Mi vida era un caos, un verdadero caos. No había ni un día bueno en mi vida, y odiaba eso. Y el único momento que tenía para relajarme era leer, me encantaba leer y también me encantaba la naturaleza y estar al aire libre.
Por mi colonia había un parque, uno muy hermoso. El ambiente era muy familiar y no había demasiado ruido, por lo que era perfecto para mi.
Desde ese día fue un hábito ir a leer a ese parque.