—Gracias por invitarme. —Me agradeciste.
Estaba hermosa, tenía el pelo hacia un solo lado, y sus labios... ¡Dios! Tambien se había aplicado un poco de maquillaje pero aún así se veía hermosa, inclusive podría decir que se veía mejor sin maquillaje, y sus labios, también su vestimenta, me encanta esa chaqueta que lleva puesta, la hacia ver mas intimidante y sus labios... Aquello me gustaba... ¿Espera que?
—Es lo menos que puedo hacer para agradecerte. — ¿Que estoy diciendo? ¿Eso es lo menos que podía hacer? ¿Enserio? Y en primera... ¿Porque la invite a mi departamento? Dios... Y esos labios que tiene...
"¡Concéntrate Camila!"
Fue una tarde asombrosa, la pasamos viendo películas acompañado con helado de vainilla, mi favorito. Hasta que note algo muy gracioso en ella y le dije:
—Te manchaste. —Y reí al ver aun mas el helado que traía en la comisura de su labio.
Se avergonzó al ver que eso era cierto, se había manchado y agacho la cabeza, sin querer mirarme a los ojos. No quería que me evitará, me gustaba que me mirara, me gustaban mucho sus ojos verdes.
— ¡Oh! —Exclamo rápidamente. —No te preocupes. —La ojiverde se iba a disponer a quitar la mancha de helado, pero no se que me ocurrió que actúe sin pensar. Me sentí impulsada a hacerlo, nadie me estaba obligando pero quería hacerlo, mi subconsciente me lo pedía y no tuve el tiempo para pensarlo mejor porque simplemente coloque mis labios sobre los suyos, quitándole consigo la pequeña mancha de helado que poseía en su labio.
Pensé que no lo haría, en verdad pensé que no. Pero ella correspondió y me sorprendí en el acto, pero tampoco me detuve, no pare el beso, yo solo prosegui con lo que hacia.
Creando así un dulce y delicioso beso.
