Continuaba con mi lectura al aire libre, hasta que una gota de agua impactó contra la página de mi libro y al mirar hacia arriba comprobé que si, estaba comenzando a llover. Y poco después me di cuanta de algo mas.
¡Caracoles, no traje sombrilla!
Y cuando menos me lo espere la ojiverde me estaba cubriendo con su chaqueta, me miro avergonzada y yo solo le regale una media sonrisa que ella correspondió algo nerviosa agachando la cabeza en la acción. La lluvia se hacia cada vez mas fuerte y las dos nos cubrimos debajo de un árbol, mientras me reía de los chistes que ella me contaba.