Tocaron a la puerta dos veces, sabia de quien se trataba, no podía negar que tenía miedo, lo tenía y bastante, pero esta es la única forma ¿no?
Lo siento, Lauren.
—Buenas noches, Cabello. —La irritante voz de mi ex-novio hizo presencia. —La noche esta muy linda, ¿no te parece? Y creo que lo estaría aun mas si tu le bridaras un poco de tu dulzura. —El rubio me guiñó un ojo. —Vamos Camila, no creo que seas tan tonta como para no saber a que vine.
El sonrío y ajusto la corbata que estaba en su elegante traje.
—Vamos a acostarnos.
Solo...
Solo asentí.