Capítulo 79

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La culpa me consumía, ¿y como no hacerlo? Yo había sido la culpable de que Lauren pasara noches enteras sin poder dormir. A causa de que fui una cobarde que no quiso contarle por miedo a su reacción, ¿pero que estúpida no? No me puse a pensar en sus sentimientos, no pensé en como le afectaría aquello y en verdad me detesto por eso.

Me resistía a caer en un río de lágrimas, no quería verme débil, y principalmente porque nunca me gusto el mostrar públicamente mis emociones. Pero ahora... Justo ahora eso no me importó. No podía evitar la tristeza que sentia en este momento, un sentimiento tan vacío y doloroso que invadía lo más profundo de mi ser. Estaba tan furiosa conmigo misma, por ser de esta forma con Lauren. Yo jamás deje de amar a mi prometida, jamás fue una opción dejarla a un lado, jamás fue una opción herirla de esa manera, jamás fue una opción el ocultarle mi empleo.

Pero si, fui una idiota. 

Exhale profundamente y me preparé mentalmente para lo que diría. No podía ser una simple disculpa, ella merecía explicaciones, merecía conocer la verdad. Porque no pensaba hacerla sufrir más por mi culpa.

Porque la amó.

— ¿Q-Que haces aquí? —Pude localizar manchas amoratadas en torno a la base de sus párpados inferiores. Sus rasgados ojos verdes se hallaban hinchados, y di por hecho que no hace mucho había estado llorando, y ese solo pensamiento termino desgarrándome por dentro. La voz que utilizó sonó bastante rota y sus palabras al hablar fueron con interrupciones, parecía dificultoso para ella el hablar conmigo.

"Lo siento..." quise murmurar, pero sabía que aquellas no eran las palabras adecuadas si pretendía disculparme, o en este caso, arreglar las cosas entre nosotras, porque si, lo había jodido.

—Yo... —Las palabras no salían, había venido a disculparme, a enmendar mi error; pero el verla tan frágil hizo que un pedazo de mi corazón crujiera y se desmoronará en mil partículas. Elevó la vista y sus ojos se conectaron con los míos, por un momento pude jurar que vi a través de aquellos opacos iris, pero se dio cuenta de cómo miraba sus ojeras e intentó removerlas, pero claramente no funcionó y al darse cuenta de ello volvió a mirarme con los ojos lagrimosos—. Por favor vete...

Pero no pretendía retroceder.

—Tenemos que hablar, Lauren.

—Pues yo no quiero hablar contigo.

Entendía su enfado, entendía que después de muchos días de haberla estado ignorando ella estuviera tomando represalias, pero no me rendiría, no ahora cuando finalmente había decidido ser valiente.

—Mi amor... —Pero rápidamente me di cuenta del terrible error que había cometido en cuanto sentí su mano chocar contra mi mejilla. Solté un quejido de dolor que desvaneció al escuchar sus palabras cargadas de resentimiento.

—No vuelvas a llamarme de esa forma.

Lleve la palma de mi mano hacia mi mejilla y la mantuve ahí mientras observaba su dolida expresión, sus manos comenzaron a tiritar e intente acercarme pero ella retrocedió al intentarlo. Trague saliva. Lleve las yemas de mis dedos a su mejilla y acaricie con ternura, aunque al principio se resistió dejo que prosiguiera, su piel tan pálida y de porcelana. Sonreí levemente mientras miraba sus brillantes pupilas, aún seguían cristalinas pero conseguí ver cómo su expresión se relajaba al sentir mi tacto.

Me acerqué con pasos lentos y está vez no retrocedió, se encontraba inmóvil  pero sus ojos continuaban conectados con los míos, mire sus labios al quedar a pocos centímetros de su rostro, y relamí mis labios al sentir su mirada sobre los míos. Recorrí su mejilla con la yema de mi pulgar antes de capturar sus labios entre los míos, dando comienzo a un apasionado beso que fue llenado por inocentes sentimientos. Nuestras bocas encajando a la perfección, sintiendo sus labios más suaves que la colchoneta en la que dormía. Profundice el beso al sentir sus dedos enredarse en mi cabellera, saboreando sus tiernos pero carnosos labios y estremeciéndome ante la dulzura que me transmitía.

—Te amo, Lauren... Y perdóname—. Me miró con compasión y mi corazón se comprimió al sentir su calor corporal sobre mi cuerpo. La respiración se quedo atascada en mi garganta al sentir como me envolvía entre sus acogedores brazos.

—Yo también lo siento...

Si fueras mi esposa 2 ➳ CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora