Puede que suene cursi pero simplemente es lo único en lo que pienso al verla.
Su sonrisa tan adorable y encantadora, sus ojos de gatito tan brillantes y verdosos que al mirarme solo logran derretirme por tanta dulzura acumulada. No puedo parar de pensar en su sedoso cabello, en su suave piel de porcelana quienes expulsan esa fragancia tan embriagante y deliciosa que impregna mis fosas nasales de tal forma que me vuelvo automáticamente adicta a ella.
Para muchas personas el simple hecho de que una persona sea gorda o este rellenita se le hace desagradable pero para mí era totalmente distinto, no me importaba su masa corporal o la cantidad de grasa que su cuerpo acumulará, de hecho creo que era algo que me encantaba de ella. Puesto que a todas horas deseaba comerme esa papada a besos o acariciar esa barriga que simplemente me parecía adorable o al contrario de muchas veces, me excitaba.
No había ninguna cosa que la hiciera imperfecta.
Me encanta verla sonreír, me encanta verla reír, me encanta verla emocionada como una niña juguetona, me encanta cuando hace berrinches o pucheros, me encanta cuando pide mimos de mi parte, me encanta cuando quiere ponerse sería conmigo pero acaba fallando en el intento, me encanta como me protege, me encanta como me consiente con cualquier antojo que tenga, me encanta cuando se vuelve loca al verme en ropa interior... o cuando no tengo ninguna prenda de vestir encima. Me encanta cuando me besa con suavidad y dulzura o cuando el momento se torna caliente y los besos se vuelven más intensos y apasionados. Me encanta cuando en las épocas de lluvia hace un frío increíble y ni siquiera las sabanas pueden dejar de hacerme temblar, pero ella está ahí para abrazarme y cubrirme con su calor corporal. Me encanta cuando me enfermo y ella se toma el día entero para cuidar de mi y asegurarse de que nada me haga falta. Me encanta cuando deja un rastro lleno de besos por toda la extensión de mi rostro para tranquilizarme al estar demasiado nerviosa. Me encanta cuando me hace el amor con toda la pasión del mundo, sin prisa, como si el tiempo fuera interminable, disfrutando de cada segundo a mi lado. Me encanta cuando no me puedo dormir y ella se toma el tiempo de leerme un cuento. Me encanta cuando se pone cariñosa e intenta abrazarme en cualquier momento. Me encanta su actitud y la forma en las que enfrenta las cosas.
Amo profundamente cada pequeña cosa de ella y nunca me cansaré de decirlo. Y no, no me arrepiento sobre la decisión que he tomado, pues ella es mi única luz entre tanta oscuridad, mi compañera de vida, la otra mitad de mi corazón, mi complemento... La persona que me hace feliz y con la cual quiero compartir el resto de mis días.
Lauren Jauregui es la persona a la cual amo y no temo en admitirlo.
—Así que Camila Cabello. ¿Acepta como legítima esposa a Lauren Jauregui para respetarla y amarla, en la salud y la enfermedad, hasta que la muerte las separe? —Sentí nuestras manos entrelazadas, sus manos temblorosas, y mis dedos acariciando el dorso de sus manos. Mis ojos no despegándose de los suyos. Pudiendo percibir la emoción que sentia en este momento, al igual que yo.
Recordé todos los momentos que pasamos juntas, y todos los obstáculos que superamos juntas. Aquellas veces que reíamos sin cesar por cosas sin sentido, cuando nos comportábamos como niñas pequeñas solamente por diversión, o cuando nos manchábamos al intentar preparar una receta de cocina. Una leve sonrisa se dibujo en mis labios al recordar todo lo que había pasado a su lado, y no cambiaría nada de lo que he vivido pues estaba muy agradecida con el rumbo que vida había tomado. Mire sus facciones, ella seguía siendo tan hermosa como la primera vez que la vi, ella seguía siendo tan perfecta y única, y amo absolutamente todo de ella...
La amo demasiado.
Y mi respuesta siempre estuvo decidida.
—Aceptó.
Pronuncie aquella palabra que fue el detonante para observar cómo se dibujaba una leve curva en la comisura de sus labios.
—Entonces las declaró esposa y mujer. Pueden besarse. —El cura quien tenía una reluciente sonrisa en su rostro retrocedió algunos pasos antes de que me lanzara con locura para reunir sus labios junto a los míos, enredando mis dedos en su larga cabellera azabache. Los gritos de la multitud no tardaron en hacerse sonar pero en ese momento nada me importaba más que la chica frente a mí.
— ¡MIS CAMREN FEELS! —Gritó la polinesia a lo lejos, su voz sonando algo quebrada. Parecía estar llorando, después escuche el sonido de un pañuelo siendo utilizado.
Nuestros labios se separaron y junte nuestras frentes. El marrón de mis ojos y el verde de los suyos mirándose fijamente, con una increíble dulzura la tome de las mejillas con ambas manos y acaricie sus mejillas con mis pulgares, sintiendo la suavidad de su piel sobre las yemas de mis dedos, y las pupilas de sus ojos ahora brillaban más que nunca.
—Lauren Jauregui te amo y te seguiré amando hasta el resto de mis días.
Ella sonrió.
—Te amo Camila Cabello y no me cansaré de repetírtelo.
F.I.N
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.¡Hey! Muchas gracias por leer esta historia ya que me tomo un montón de tiempo pero me divertí un montón creándola, incluso creo que deje escapar alguna que otra lágrima de cocodrilo. Pero no se desanimen aún seguiré escribiendo Camren por siglos.
Créanme cuando les digo que me duele muchísimo más que a ustedes el terminar finalmente esta historia. Pero bien, ahora me concentraré en mi otra historia, que si muchos han estado al pendiente ya sabrán cuál es y al terminar esa no se preocupen, claro que continuaré Pretty Soldier, no la abandonare, de hecho todas mis historias las continuaré pero a su debido tiempo.
Y por último los invito a seguirme en mis redes sociales. Pueden encontrarme en Twitter e Instagram como » @LernMapleSun
Nos leeremos pronto. Bye, bye ♡