Solté un suave bostezo al despertar, y parpadee un par de veces antes de frotar mis ojos con el dorso de mi mano. Aún estaba un poco adormilada pero toda aquella pereza en mi cuerpo desapareció al observar a la hermosa chica a mi lado, sus encantadores ojos siendo cubiertos por sus delicados párpados, y sus largas pestañas encajando a la perfección con su bella expresión.
Sonreí bobamente.
Anoche después de solucionar nuestros problemas acabamos besándonos y claro, una cosa llevó a la otra... Y bien, creo que no hace falta describir lo que hicimos, claramente se pueden dar una idea.
No quise despertarla pues se veía profundamente dormida y debido a la pequeña sonrisa impregnada en su rostro pude deducir que estaba teniendo un buen sueño. Con cautela removí las sabanas que se encontraban encima mío, pero a pesar de mis intentos por no hacer ruido Lauren acabo abriendo un poco los ojos, tomándome suavemente del brazo, pero sin llegar a estrujarme.
—No te vayas... —balbuceo medio dormida.
Me pareció adorable su gesto.
—No me iré, estaré aquí. Solamente iré a preparar el desayuno. —Ella pareció haberme escuchado ya que segundos después negó la cabeza con pereza y se aferró a mi brazo, impidiendo que me apartara de su lado.
—Quédate...
Y no pude negarme a su petición.
—Todo el tiempo que desees.