Capítulo 63

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Faltaba un día para que fuera navidad y mentiría si dijera que no estaba emocionada, porque lo estaba. Los centros comerciales estaban escasos de mercancía; las personas habían comprado grandes cantidades de cosas para ponerlas debajo de sus arboles navideños. Me alegraba saber que las personas todavía tenían ese toque navideño para regalarle obsequios a sus seres queridos, pero el único problema era que en los últimos días no había tenido tiempo para ir a hacer las compras e iba a necesitar mucha suerte si quería encontrarle un buen regalo a Lauren.

Me levante muy temprano para ir al centro comercial, para evitar meterme entre montones de personas. El frio en Miami cada vez era más notable y es ese el momento en el que te arrepientes por no haber comprado aquel suave suéter de algodón que estaba en oferta la semana pasada. Por lo que tuve que optar por un viejo suéter que tenía guardado en unas de las cajas de mudanza. Por lo general aquí en Miami hace calor y no vi necesario comprar suéteres nuevos, pero ahora sin duda me estaba más que arrepintiendo.

Primero porque el suéter estaba roto de muchas partes y segundo porque casi no abrigaba, pero tenía que apañármelas, no iba a salir afuera con ese frio. Al final decidí ponerme tres playeras holgadas y de manga larga y encima de eso el suéter viejo.

Al llegar al centro comercial la mayoría de los locales estaban cerrados y muchos otros con poca mercancía y es que había olvidado por completo que hoy era domingo.

—Genial. —Reproche sin mucho humor.

Mañana seria navidad y la pasaría junto a la familia Jauregui por parte de Lauren. Todos estarían entregando regalos ese día, excepto yo. La única que decidió comprar los regalos en el último momento y la que encontró todo cerrado. Y justo ahora le encontraba lógica a esa frase:

"El que madruga encuentra todo cerrado"

—Disculpe, sabe de alguna tienda que este abierta a estas horas. —Pregunte a un señor que enseguida me ignoro, perfecto hasta las personas se me cerraban.

Lo intente de nuevo, pero esta vez a una chica que tenía aproximadamente tres años más que yo. La chica muy amablemente me respondió y no me ignoro como aquel señor.

—Mi familia tiene una tienda no muy lejos de aquí. También vendemos artículos navideños y demás—Menciono la chica con una amplia sonrisa.

— ¡Muchas gracias! No sabes lo que eso significa para mí. —Estaba siendo salvada por este ángel sin nombre. —Por cierto, me llamo Camila.

—Ally Brooke, un placer.

Si fueras mi esposa 2 ➳ CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora