Capítulo 80

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Lauren me pidió que me pusiera cómoda en el sofá mientras traía dos tazas de café caliente. Escuche como encendía la cafetera y me giré un momento para observarla mientras vaciaba los granos de café pero a los segundos me distraje con su trasero. Mis mejillas enrojecieron al darme cuenta de ello, se suponía que estaba aquí para disculparme con ella no para pensar en cosas sucias.

—Toma. —Me extendió la taza de café.

—Gracias.

Aunque acabáramos de besarnos en la entrada de la casa de sus padres, que por cierto se encontraban ahora de vacaciones en París no significaba que no siguiera enojada conmigo. Era como un acuerdo de paz hasta que le explicará todo, porque sabía muy bien que no había sido una buena prometida. Porque fue egoísta lo que hice y nunca lo reconocí porque pensé que era lo correcto, quería la mejor boda para ambas pero fue estúpido no comentarle sobre mi empleo, porque debido a eso cree muchos mal entendidos.

Es decir, ¿que pensarías si tu novia llega toda sudorosa a media noche? ¿Que pensarías si está pasa de ti por estar cansada? ¿Que pensarías si cuando le pidieras una explicación de porque llega tan tarde no te da una respuesta coherente y piensas que te está mintiendo?

Tan solo de recordarlo quería golpearme.

—Se que estás nerviosa, pero no tienes que ocultarlo más. Solo dilo, sé que me estás engañando con otra persona.

Mierda. Mierda.

—No es así—. Me apresuré a decir.

—Por favor no me mientas más.

— ¡No te estoy mintiendo! Solo... Déjame explicarte.

Si fueras mi esposa 2 ➳ CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora