— ¿Estás lista? —Asentí—No estés nerviosa. Es normal que te sientas así, yo me sentiría de la misma forma si estuviera en tu lugar. Pero bien, sé que mi momento tardará aún en llegar.
El día finalmente había llegado y como toda persona normal me encontraba demasiado nerviosa pero al mismo tiempo entusiasmada. Hoy sería el día en el que finalmente me casaría con Lauren. ¡Me casaría! Siéndoles sincera, nunca me imaginé así, el tema de las bodas nunca pasó por mi cabeza si se trataba de mi, bueno... No hasta el momento en el que conocí Lauren.
Sonreí.
—Yo no estaría tan segura, Dinah Jane.
Sus ojos se ampliaron.
— ¿Sabes algo que yo no? —me encogí de hombros presionando los labios—. Oh por Dios, Camila. Soy tu mejor amiga, ¡Tienes que contármelo!
—Ya cálmate, Hansen. Si no te lo digo es por algo y créeme que te estoy haciendo un gran favor. Ahora ayúdame con el cierre, que yo no alcanzó.
Reviro los ojos.
—Esta bien. Pero solo porque es tu día especial.