La primavera es un poderoso Hechizo.
El azul. Las nubes altas y esponjosas. El aire más calido después de semanas de frío.
—La luz es distinta esta mañana —le digo a Zoey—. Me ha despertado.
Ella cambia de postura en la hamaca.
—Que suerte. A mi me ha despertado un calambre en la pierna.
Estamos sentadas bajo el manzano. Zoey se ha traído una manta del sofá para envolverse, pero yo no tengo frío. Es uno de esos suaves días de marzo en que la tierra parece inclinarse hacia delante. La hierba se ha cubierto de margaritas. Crecen los tulipanes. En los bordes de la valla. El jardín incluso huele diferente, a algo húmedo y secreto.
—¿Estás bien, Tess? Te veo un poco rara.
—Estoy concentrada.
—¿En qué?
—En señales.
Suelta un leve gemido, coge el folleto de vacaciones de mi regazo y lo hojea.
—Entonces me torturaré con esto. Avísame cuando acabes.
—Nunca acabaré.
Esa brecha en las nubes por la que pasa la luz.
Ese pájaro osado que surca el cielo volando en línea recta.
Hay señales por todas partes. Protegiéndome.
Cal también las busca ahora, aunque de un modo más práctico. Las llama "Hechizos para alejar la muerte".
Ha puesto ajo encima de todas las puertas y en las cuatro esquinas de mi cama. Ha hecho letreros de "No Pasar" para la puerta de adelante y la de atrás.
Anoche, mientras veíamos la tele, ató nuestras piernas juntas con una comba. Parecía que fuéramos a participar en una carrera a tres piernas.
—Nadie podrá llevarte si estás atada a mí.
—¡Podrían llevarte a ti también!
Se encogió de hombros, como si eso le tuviese sin cuidado.
—Tampoco podrán llevarte en Sicilia; no sabrán donde estás.
—Mañana sale el avión. Una semana entera al sol.
Le doy envidia a Zoey con el folleto, pasando el dedo por la playa volcánica de arena negra, el mar bordeado de montañas, las cafeterías y las piazzas. En algunas fotos aparece el Etna con su enorme mole cuadrada en el horizonte, remoto y feroz.
—El volcán está activo. Suelta chispas por la noche, y cuando llueve todo se cubre de ceniza.
—Pero no va a llover, ¿verdad? Deben de estar a unos treinta grados.— Cierra el folleto —. Aún no acabo de creerme que tu madre le haya dado su billete a Adam.
—Mi padre tampoco.
Zoey piensa en ello un momento.
—¿No estaba en tu lista conseguir que volvieran a juntarse?
—El número siete.
—Qué horrible. —Lanza el folleto a la hierba—. Me he puesto triste.
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Antes de Morirme
Teen FictionTessa, una adolescente de 16 años, desde hacen años padece cáncer. Sabe que sus días son contados y que puede morir de un momento a otro por lo que decide hacer una lista de cosas que hacer antes de morirse. Pero en esta lista no hay nada complicado...