Adam se acuesta en la cama plegable. Cruje. Deja de crujir.
Recuerdo cuando me chupaba los pechos. No hace tanto tiempo se eso. Estábamos en esta habitación, en mi cama, y yo tenía su cuerpo acurrucado contra mi brazo y me sentía como su madre.
Me prometió que llegaría hasta el final. Se lo hice prometer. Pero no sabía que se tumbaría a mi lado todas las noches como el perfecto boy scout. No sabía que me dolería que me tocara, que él estaría demasiado asustado para cogerme la mano. Debería salir por la noche con alguna chica de bonitas curvas y aliento a naranja.
Instrucciones para Adam
No cuides de nadie más que de ti mismo. Ve a la universidad, haz muchos amigos y emborráchate. Olvídate las llaves de casa. Ríe. Come Pot-Noodles para desayunar.
Sáltate las clases. Sé irresponsable.
—Buenas noches, Tessa.
—Buenas noches, Adam.
—He llamado a la enfermera. Dice que deberíamos darle Oramorph además de morfina.
—¿Nadie vendrá a ayudarnos?
—Nos las apañaremos solos.
—Ha vuelto ha preguntar por su madre cuando estabas al teléfono.
…no dejo de pensar en fuegos en humo en frenéticos repiqueteo de campanas y en los rostros sorprendidos de una multitud como si les hubiera arrebatado algo.
—Me quedaré con ella si quieres, Adam. Baja a ver la tele o a dormir un poco.
—Le dije que no la dejaría sola.
Es como apagar las luces una a una.
…la lluvia cae suavemente sobre la arena y las piernas desnudas mientras papá da los últimos toques al castillo y aunque está lloviendo Cal y yo cogemos agua del mar con un cubo para el foso y luego cuando sale el sol ponemos banderines en las torres para que ondeen y compramos helados en el chiringuito que hay en lo alto de las dunas y luego papá se sienta con nosotros mientras sube la marea y juntos tratamos de apartar el agua para que la gente del castillo no se ahogue.
—Venga, Adam. Ninguno de nosotros servirá de gran cosa si estamos agotados.
—No, no me voy.
…cuando tenía cuatro años casi me caí en el pozo de una mina de estaño y cuando tenía cinco el coche volcó en la autopista y cuando tenía siete fuimos de vacaciones y el hornillo se apagó en la caravana y nadie se dio cuenta.
…llevo toda una vida muriendo…
—Ahora está más tranquila.
—Hmmm.
Oigo sólo una fracción de las cosas. Las palabras caen como grietas, se pierden dura horas, luego vuelven volando y aterrizan sobre mi pecho.
—Muchas gracias.
—¿Por qué?
—Por no huir, la mayoría de los chicos habrían salido corriendo.
—La quiero.
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Antes de Morirme
Teen FictionTessa, una adolescente de 16 años, desde hacen años padece cáncer. Sabe que sus días son contados y que puede morir de un momento a otro por lo que decide hacer una lista de cosas que hacer antes de morirse. Pero en esta lista no hay nada complicado...