Mi madre estuvo catorce horas de parto conmigo. Fue el mes de mayo más caluroso que se ha registrado. Hacía tanto calor que no llevé nada de ropa durante las dos primeras semanas de vida.
—Te tumbaba sobre mi estómago y nos pasábamos horas durmiendo —me cuenta mamá—. Con tanto calor, no se podía hacer nada más que dormir.
Es como las charadas esto de repasar recuerdos.
—En el autobús, cuando iba a reunirme con papá en su descanso para comer, tú te sentabas en mi regazo y mirabas a la gente. Tenías una mirada muy penetrante. Todo el mundo lo comentaba.
La luz es muy brillante. Un rectángulo de luz, grande como una losa, entra por la ventana y aterriza sobre la cama. Puedo descansar la cabeza al sol sin siquiera moverme.
—¿Recuerdas cuando fuimos a Cromer y perdiste tu pulsera de dijes en la playa?
Ha traído fotos, me las muestras una a una.
Una tarde verde y blanca ensartando margaritas.
La luz lechosa del invierno en la granja urbana.
Hojas amarillas, botas embarradas y un cubo negro mostrando orgullosamente.
—¿Qué cogiste? ¿Te acuerdas?
Philippa dijo que el oído sería lo último que perdería, pero no me dijo que vería colores cuando la gente me hablara.
Frases enteras formaban arco iris de lado a lado de la habitación.
Mis pensamientos se tornaban confusos. Estoy junto a la cama y es mamá la que agoniza. Aparto la sábanas y está desnuda; es una mujer arrugada y tiene el vello púbico gris.
Lloro por un perro al que atropelló u coche y enterraron. Nunca tuvimos perro. No es un recuerdo mío.
Soy mamá en un poni cruzando la ciudad al trote para visitar a papá. Él vive en unas viviendas de protección oficial, y mi montura y yo nos metemos en el ascensor y subimos hasta el octavo piso. Los cascos del poni hacer ruido metálico. Río.
Tengo doce años. Vuelvo a la casa del colegio y mamá está en la puerta. Lleva puesto el abrigo y hay una maleta a sus pies. Me tiende un sobre. "Dale esto a papá cuando regrese".
Me da un beso de despedida. La observo hasta que llega al horizonte, y en lo alto de la colina se desvanece como una nube de humo.
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Antes de Morirme
Teen FictionTessa, una adolescente de 16 años, desde hacen años padece cáncer. Sabe que sus días son contados y que puede morir de un momento a otro por lo que decide hacer una lista de cosas que hacer antes de morirse. Pero en esta lista no hay nada complicado...