El comienzo

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-¿Cómo te fue?- preguntó Dylan cuando Diana pasó por su salón en dirección a la cafetería.

-Fue pan comido- dijo con una sonrisa.

-Te lo dije, yo siempre tengo la razón. Ojalá fuera una materia porque creo que voy a reprobar este examen- dijo Dylan sin perder el entusiasmo.

-Estoy segura de que no, te ayude a estudiar y por tu culpa me dormí a las 3 de la mañana, ahora tengo estas horribles ojeras- dijo Diana señalando por debajo de sus ojos.

-Y te quiero por eso, por lo menos te hubiera puesto un poco de maquillaje- dijo Dylan con tono burlón.

-Ni me lo digas, no tuve tiempo- dijo Diana dándole un pequeño golpe a Dylan en un costado.

Dylan estaba a punto de decir algo, cuando alguien le hablo a Diana. Su voz era para Diana reconocible en todos lados, el alma se le cayó al piso, no quería verlo, no en ese momento por lo menos.

-Dime que no es Alexander -dijo Diana con tono de preocupación en su voz.

-Hum... si, si es- dijo mirando hacia atrás de donde había provenido la voz.

-Te dije que me dijeras que no era, no quiero hablar con él - dijo dándole otros golpes a Dylan.

Diana miraba con desesperación a todas partes para ver si podía haber algo o alguien que pudiera salvarla de aquel momento tan penoso para ella. La biblioteca fue lo que vio primero, no sería una buena idea en esa ocasión, veía a amigos a los que saludaba pero ellos no eran lo que buscaba, inconscientemente camino un poco más rápido hasta llegar al final del pasillo donde se encontraron con las oficinas de sus maestros, el lugar ideal.

-Vamos, entremos- dijo Diana.

Una vez adentro Diana buscó a algún profesor que le impartirá alguna materia, al principio no pudo ver a ninguno hasta que Dylan se lo señaló.

Su profesor de música se encontraba del otro lado de la habitación, fueron hacia él.

-Hola, profe - saludo Diana.

Él levantó la mirada del libro que estaba leyendo y volteó a verlos.

-¡Diana! Que bueno que llegaste y justo a tiempo - se paró y se dirigió hasta el fondo de la habitación tomó su guitarra y caminó de vuelta hasta donde estaban sus alumnos.

-Estuve hablando con algunos de los otros profesores y les encantaría escucharte tocar y cantar - dijo mientras le entregaba la guitarra de tono caoba, hermosa.

-Pero profe, nunca he cantado en frente muchas personas, bueno si pero era mi familia y eso no cuenta.

-Vamos Diana, hazlo- intervino Dylan - por mí -puso una cara de perrito.

-Vale, lo intentaré- dijo Diana y el profesor de música le puso una silla justo donde todos la podían ver. Algunos maestros estaban sentados en sus escritorios, otros en unos sillones, pero todos le prestaron atención a Diana.

-La convencí de que nos tocará algo, así que aquí está, mi alumna Diana.

Todos aplaudieron, Dylan estaba con una sonrisa de oreja a oreja, tenía que grabar ese momento, ya que su amiga nunca se había dejado grabar cundo cantaba o tocaba. Casi nadie en la escuela sabía que ella tocaba la guitarra, sólo los del taller que daban en la tarde en la escuela y sus amigos más cercanos.

Dylan comenzó un en vivo en Facebook para que toda la escuela se enterara de ella.

Diana sentía un nudo en la garganta, por unos segundo se quedó en silencio, tragó saliva y comenzó a tocar la canción que se sabía del derecho y al revés una sea sus canciones favoritas.

La música nos unió (Alonso Villalpando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora