Es hora

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-¿Hola?-.

-¡Dylan!- dijo Diana desde su celular.

-¿Qué sucede? Violetta me llamó y dijo que habías regresado antes- dijo preocupado.

-¿Puedes venir a mi casa?- dijo ella con los ojos cristalinos, pero tratando de que su voz sonará normal.

-En seguida voy- dijo y colgó.

Diana no tuvo que espera demasiado para que llegará su amigo.

Cuando llegó Dylan, estacionó su auto afuera, se dirigió al timbre y Diana le abrió la puerta antes de que si quiera alcanzará el timbre.

-Qué bueno que ya llegaste, ven vamos. Necesito tu ayuda- dijo jalando a su amigo hasta su auto.

Dylan estaba aturdido por el recibimiento que había tenido por lo que no objetó cuando se subió al auto de su amiga.

-¿A dónde vamos?- preguntó cuando salió de su trance.

-Ya lo verás- Diana manejaba tan rápido como lo permitía el límite de velocidad.

No tardaron más de treinta minutos en llegar, Diana estacionó su auto enfrente de la casa de sus padres, sus autos estaban ahí, lo que significaba que aún estaban en casa. Las manos de Diana sudaban en frío, el corazón le latía tan rápido que lo único que podía escuchar era su corazón, le faltaba el aire, sus pulmones no se abrían lo suficiente como para que respirara bien.

-¿Qué hacemos aquí?- dijo Dylan viendo hacía la casa con el ceño fruncido.

-Bueno es hora de que cierre este capítulo de mi vida y no podré cerrarlo hasta decirles lo que siento... o eso espero- dijo con una mueca.

-Oh, ya veo. Y quieres que sea tu apoyo- afirmó él.

-Sí- dijo encogiéndose de hombros.

-Bueno, si vamos a hacerlo hay que hacerlo bien- dijo Dylan y abrió la puerta.

Diana imitó su acción y los dos caminaron hasta la entrada de la casa. Diana tocó el timbre, los dos esperaron impacientes a que les abrieran.

-Hola, tengo que hablar con ustedes- dijo Diana cuando su padre apareció por la puerta.

-Hum...no creo que sea...

-No me importa, es necesario- Diana entró sin permiso.

Los dos la siguieron hasta la sala donde estaba también su madre. Cuando estuvieron los cuatro juntos, la mamá de Diana está revisando unos papeles por lo tanto no se dio cuenta de que unos "intrusos" habían entrado a su casa.

-¿Mamá, papá?- dijo Diana para llamar su atención.

Su madre levantó la vista, hace más de medio año que no veían a su hija, ella ya había cambiado. Creció unos centímetros de altura, la cara le cambió, ahora se veía más grande, toda una mujer.

-¿Diana? ¿Qué haces aquí?- preguntó su madre quitándose los lentes y acomodando su cabello haciendo que ella se viera como todo un ejemplo a seguir.

La mirada de sus padres la incomodaba un poco y sobre todo la ponía muy nerviosa. La garganta se le había secado y ya no recordaba lo que quería decirles, todo el discurso que había preparado durante el vuelo y las horas en las que se armaba de valor.

-Bueno...yo - los dos alzaron las cejas esperando una repuesta de su hija.

Diana respiró profundo, Dylan le puso su mano en el hombro mostrándole su apoyo en esa situación. Y Diana recuperó de nuevo la confianza en si misma para decirle a sus padres.

La música nos unió (Alonso Villalpando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora