Miedo a perderte

132 8 0
                                    

Diana había colgado la llamada con Dylan a las tres de la mañana. Suspiró y se quedó pensando en el enorme silencio de la noche. No había nadie afuera, parecía que todos dormían excepto el chico que venía caminando en su dirección. Traía un pantalón a cuadros azul y negro y una sudadera azul marino. Diana se puso nerviosa pues estaba en pijama y muy pocas personas la habían visto así, le daba pena mostrarse así ante todos.

Los pasos se oían más y más cerca, Diana se distrajo con su celular, entró a Twitter y vio que la revistas ya había publicado lo que había pasado esa noche, claro sólo especulaciones como "Diana se enojó con Alonso, pero él no dejó que se fuera a dormir enojada" o "El encantador romance de la pareja del momento, Diana y Alonso, podrá llegar a su fin muy pronto. Se dice que Diana viajó a la Ciudad de México para salvar su relación".

-¿Diana?- preguntó el chico.

-¿Jary?- lo miró extrañada-. Hola, qué gusto encontrarte aquí- dijo una vez que se puso de pie.

-Hola, Diana. El gusto siempre es mío-dijo con una sonrisa-, ¿qué haces aquí afuera a estas horas?- preguntó curioso.

-Bueno la verdad es que no puedo dormir, adentro están las chicas, así que preferí mejor salirme. Quería despejar mi mente- dijo mirando a un punto fijo en la nada -, ¿y tú, qué  haces caminando por los pasillos tan tarde?-.

-Tampoco puedo dormir, iba por algo de comer, conozco a los de la cocina ¿quieres venir?- le propuso.

-Sí, vamos. Muero por un bocadillo de media noche- dijo con una mano en su estómago.

Jary se rió por su expresión y después fueron al elevador. Bajaron hasta el restaurante, pasaron todas las mesas solas, el comedor estaba completamente a oscuras, Jary y Diana prendieron las lamparitas de sus celulares para pasar sin tropezar con algo. La única luz que había provenía de la cocina. Los dos se dirigieron a ella. Jary le abrió la puerta a Diana y ella entró. Los empleados del hotel estaban riendo y platicando, cuando los vieron dejaron de hacerlo.

-¡Jary!- exclamó un señor y fue a abrazarlo.

Él aceptó su abrazo gustoso. Así fueron otro señor y otros dos chicos.

-Jary, ¿no nos vas a presentar?-.

-¡Ah! Sí, chicos ella es Diana. Diana, él es Carlos- dijo señalando al primer hombre que se había acercado-, él es Luis- dijo hacía el otro señor -, él Filippo y él es Marco- señaló por último los dos chicos.

-Es un gusto conocerlos- dijo saludando.

-El gusto es nuestro- dijo Carlos.

-Amigos míos, ¿qué les podemos preparar?- preguntó Filippo tomando por los hombros a los recién llegados.

-Esperaba que nos pudieran preparar algo nuevo, algo que no este en el menú- dijo Jary. 

-A la orden- dijo Luis y todos pusieron manos a la obra.

Después de un rato Carlos le dijo a Diana que si le ayudaba, mientras que Jary ayudaba a Luis. Diana con temor a incendiar algo, ayudó a Carlos en su tarea. Todos platicaban animadamente, le platicaron a Diana que ellos venían de Italia y que se especializaban en comida tradicional con un toque moderno. Después pasaron a cómo conocieron a Jary y sin saber cuanto tiempo había pasado ya habían terminado de preparar el platillo.

-Diana, no nos has dicho la razón por la que estás aquí- dijo Jary.

Todos se pusieron muy atentos a su respuesta. Diana tragó un pedazo de pan que se estaba comiendo para contestar.

-Bueno, verán. Hay un chico- Diana jugaba con el pan que tenía en sus manos-, él realmente me gusta y mucho. Vive aquí, él es... Él es perfecto y lo seguí hasta aquí con la esperanza de que se fijará en mi- dijo Diana y terminó con un suspiro.

La música nos unió (Alonso Villalpando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora