Flores

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-¿Crees que a Leila le interesaría estar en nuestra "banda"? - Diana hizo comillas en la última palabra.

-La verdad, no lo sé, yo aun no me lo creo que vamos a hacer una banda sólo porque quieres conocerlos - dijo Violetta parándose y caminando junto a Diana hacía la salida.

-Es que no quiero que me conozcan como si fuera otra simple coder, no quiero eso ¿qué tal si esto funciona y conozca a Alonso (el chico más perfecto que he visto en toda mi vida)? - dijo Diana con un brillo en los ojos.

-Bueno pues... seguiremos con esto. Eso si, tú le tienes que decir a Leila lo que planeas- dijo Violetta.

-Yo le diré, es una coder de verdad y no se podrá resistir a lo que le voy a ofrecer- dijo Diana.

Cuando llegaron a la florería, después de pararse frente a un cartel donde decía dónde encontrar las tiendas se dieron cuenta de que estuvieron buscando en los lugares equivocados, al entrar el olor a flores naturales inundó el ambiente, flores amarillas, rojas, azules, naranjas, rosas y de muchos otros colores estaban en todo el lugar, la posición de cada una de ellas hacía una perfecta combinación del lugar. Un señor ya grande que usaba un traje hecho a la medida se les acerco al verlas entrar, él tenía unas gafas de media luna en su nariz chata, con pómulos muy marcados y líneas de expresión que revelaban algunos años de los que tenía.

-Buenas tardes señoritas ¿puedo ayudarles en algo?

-Buenas tardes, si quisiera hacer un pedido- hablo Diana cortésmente.

-Por favor, pasen por aquí- las dejó pasar el señor como todo un caballero.

Caminaron hacía el mostrador, pasando por tulipanes, hortensias, girasoles, rosas y mucha otras flores, tazas con formas distintas, colores muy llamativos y todas se veían como si el lugar fuera un prado lleno de aquellas flores. Las paredes del lugar estaban pintadas de distintos colores, una verde pastel, otra azul cielo, otra rosa pastel y la última que se podía ver a simple vista era de color blanco, en cada una de las paredes estaban acomodadas las flores que más resultaban por el color de la pared. No sólo había flores sino que también tenían pintadas algunas mariposas y caballos por todo el lugar. En si, la tienda parecía sacada de un museo.

-Mi nombre es Michael- a presentó el señor.

-Mucho gusto soy Diana y ella mi amiga Violetta-.

-Un placer señoritas, díganme ¿en qué les puedo ayudar?

-Bueno ya va a ser mi cumpleaños y estamos planeando una fiesta para el fin de semana, el sábado, es una fiesta en la piscina y queríamos tener collares hawaianos de los que se ven en las películas para que encaje con la temática de la fiesta, estos collares deben de ser flores naturales nada de artificiales- le explicó Diana a Michael.

-Muy bien señoritas, ¿para cuantos invitados necesitan?

Buena pregunta, Diana había invitado a casi toda la preparatoria y lo más seguro era que su mamá ya haya invitado a más personas, le encanta hacer las cosas en grande.

-Como al rededor de 200 personas, si creo que con esas alcanzarán- contestó Diana.

-Perfecto señoritas, les aseguró que tendrán las mejores flores para su fiesta-dijo Michael anotando unas cosas en la computadora.

-Muy bien, gracias. Lo puede cargar a la tarjeta de mi madre -.

-Si, por supuesto. Yo personalmente me encargaré de que todo este listo para el fin de semana.

-Muchas gracias Michael, ha sido un placer- se despidieron y salieron de la tienda.

Caminaron y caminaron por todo el lugar viendo ropa y más ropa, según un mensaje de la mamá de Diana, ella debía de comprarse un vestido nuevo para la fiesta, Diana ya tenía muchos al principio se negó pero su madre siempre gana en los desacuerdos.

Muchos pensarían que la vida de Diana es la perfección pura, pero la perfección trae muchos problemas para Diana.

-¿Qué te parece este?- dijo saliendo del probador.

-No me gusta, párese que sólo le echaron pintura como si fueran niños de cinco años. Siguiente - dijo honestamente Violetta.

Habían entrado a H&M a buscar el vestido perfecto después de pasar por otras cinco tiendas; American Eagle, Forever 21, Ferriano, Bershcka y Stradivarius. Los pies le dolían a Diana, se había probado fácil unos veinte vestidos, pero todos eran muy largos o muy cortos o muy feos o muy grandes o muy pequeños o simplemente no le quedaban bien. Violetta sabía que su mejor amiga necesitaba un día de comprar para despejar la mente así que no se rendiría hasta encontrarle en vestido perfecto para su amiga.

Violetta estaba sentada en un sillón que estaba en los probadores para observar a su amiga cuando saliera con los vestidos que había escogido. Los primeros dos fueron un fracaso, uno amarillo que no quedaba ni con su figura ni su color de piel, la había ver más pálida de lo que se veía normalmente. El otro de color blanco con algunas manchas de colores, definitivamente descartado por Violetta desde que vio que Diana lo tomaba para probárselo.

Mientras Diana se probaba el siguiente Violetta hojeaba la revista de "Tú" donde salía CD9, todos tenían un gran escándalo por los nuevos sencillos de los chicos. Simplemente eran perfectos, sobre todo porque en estos los cinco tendían más solos no solo Alonso, aunque a Diana le encantaba cuando sólo cantaba Alonso pero los demás chicos le daban un toque distinto a las canciones y eso los hacía especiales.

-¿Qué te parece este?-dijo Diana saliendo del probador.

Violetta bajo la revista, la miró de arriba a bajo. Se quedó unos segundo sin decir nada mientras Diana se miraba en el espejo más grande que tenía la tienda, del tamaño de una pared.

-Te queda bien, pero no creo que sea el indicado. Aun así nos lo llevamos-.

Diana no podía dejar de mirarse al espejo, con ese vestido de veía hermosa. Un vestido de color rojo con algunas flores alrededor, el color hacía que le resultará su tez blanca y su cabellera negra.

-Ahora soy "la del vestido rojo"- lo dijo en un susurro y sonrió al espejo.

Volvió a entrar a probarse los otros cinco que le había escogido Violetta. El siguiente que se probó era uno azul pastel con rayas verticales y straple, no le quedaba nada mal pero según Violetta la hacía verse más chaparra de lo que ya era. Él que le siguió no convenció a ningún de las dos. El último que Diana tenía esperanzas era un blanco con un escote de corazón, lo que lo hacía interesante eran los tirantes que iban por el cuello y un poco de los hombros al igual que en la espalda, muy sencillo era el vestido.

Diana al probárselo se miró al espejo que estaba en el pequeño probador y se dijo a si misma "este es". Salió tímidamente del probador, tenía miedo de que a Violetta no le fuera a gustar tanto como a ella.

Violetta la vio, suspiró y sonrió.

-¡Este es!- grito de la emoción.

Corrió a abrazar a Diana, las dos estaban emocionadas, por fin lo encontraron. Después de que Diana se cambiará con su ropa normal salió del probador y entregó los vestidos que no se iba a llevar sólo se quedó con el blanco y el rojo.

La música nos unió (Alonso Villalpando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora