Sorpresa

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El día de su cumpleaños Diana la pasó muy bien junto a sus amigos más cercanos Violetta y Dylan. Como siempre sus padres le habían decorado su casa para anunciar que ya cumplía 17 años, uno más y sería mayor de edad. Todo su cuarto estaba iluminando por pequeñas lucecitas todas de color blanco, había globos en el suelo, y justamente en la pared estaban dos globos enormes de color plateado con los números 1 y 7.

La emoción de Diana se le veía en los ojos, sólo con el simple hecho de despertar y ver aquella encantadora sorpresa era espléndido, nunca nadie le había hecho algo así. Decidió que bajaría a ver que le habían preparado de desayunar, pero antes de que se pudiera levantar entraron sus padres y sus dos mejores amigos contándole las mañanitas un poco desafinadas. Dylan traía una bandeja con el desayuno para Diana, waffles con crema de avellanas y miel, junto con un vaso de leche y una flor de color naranja sus favoritas.

-Feliz cumpleaños hija- dijo su madre acercándose para darle un abrazo y un beso en la frente.

-Gracias, mamá-.

-No puedo creerlo, ya son 17 años, aun recuerdo cuando estabas del tamaño de mi mano, que tiempos aquellos-dijo su papá también dándole un abrazo.

- Mis mejores tiempos, cuando podía dormir cuando yo quería- dijo Diana.

Las felicitaciones de sus amigos llegaron cuando sus padres se fueron ya que los dos tenían compromisos que debían cumplir, casi siempre era así, a Diana ya no le importaba mucho. Lo único que agradeció fue que la fueran a felicitar, hubo años en los que nada más dejaron una nota pegada en el refrigerador.

-¡Feliz cumpleaños, Diana!- dijeron sus amigos al mismo tiempo que se abalanzaron sobre ella para darle su abrazo.

-Gracias, pero sino se quitan mi acta de defunción va a decir: muerta en su cumpleaños por asfixia- dijo Diana.

-Ay, no exageres-dijo Dylan.

Mientras Diana desayunaba entraron en una intensa plática para ver que iban a hacer en la tarde después de la escuela.

...

Ese día fue especial para Diana, sólo ella y sus dos mejores amigos, le hubiera gustado que sus padres la acompañarán en ese día, pero en este mundo no lo puedes tener todo siempre. Luego de terminar el examen los tres se subieron al auto de Violetta y fueron rumbo al cine, no había películas buenas esa semana así que eligieron una de niños, el niños que llevamos dentro nunca muere, después de pasar la película con la sala sólo para ellos fueron a comer unas pizzas y a jugar bolos.

Al terminar ese día Diana tenía una sonrisa de oreja a oreja cuando se fue a dormir, no podía pedir un mejor cumpleaños.

El siguiente paso era la fiesta más esperada del año. Todo ya estaba organizado, los encargos de flores, las bebidas, la botana, los inflables en la piscina, las luces. Y sólo faltaba la llegada del día, sábado, para terminar la celebración. Aunque a veces pensaba que eran exageradas las fiestas que daban sus padres siempre le gustaban mucho sobre todo las de su cumpleaños, en ellas ella era la protagonista de toda la fiesta.

-¿Leila ya te confirmó de que iba a venir el sábado? -pregunto Violetta.

-Si, hasta me dijo que iba a traer a su prima, bueno me preguntó que si estaba bien así que dije que si. Entre más seamos mejor- dijo Diana con una sonrisa de oreja a oreja.

La idea de formar un grupo y que ya lo estaba formando la emocionaba. Uno de sus sueños estaban más cerca de cumplirse y no podía resistir la idea de que esto estuviera pasando, sobre todo que le pasará a ella.

-Genial, ya la quiero conocer. También es coder ¿no?

-Obvio, sino no la traería- dijo en tono fresa.

La música nos unió (Alonso Villalpando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora