Mellizos (2) ( Trilogía Generaciones)

Gracias Draco

Narrador Omnisciente

Luego de capturar a Emma la habían llevado a la mansión Malfoy, nadie hablaba con ella, no le traían comida. Solo a dejaron encerrada aprovechando el hecho de que Draco no estaba para protegerla.

Pero el día de hoy las cosas se saldrían de control.

- ¡Quítame las manos de encima rubio teñido! ¡Asqueroso Mortífago déjame ir! - Emma pataleaba y patalean mientras la traían a la sala principal de la mansión. Aunque Lucius Malfoy no pensaba soltarla, al menos no en ese momento.

Cuando llegaron a la sala ahí estaba Bellatrix Lestrange con su varita en mano y una navaja muy puntiaguda.

Lucius la tiró al suelo haciendo que Emma golpeara su cabeza contra el suelo.

- ¡Auch! Se más cuidadoso la próxima vez.

- Solo te haremos unas preguntas - Dijo Bellatrix soltando una de sus típicas risas.

- ¿Donde está Harry Potter?

- No. Lo. Se - Respondió Emma dando una pausa entre cada palabra.

- Bien, ¿Puedo hacerlo Lucius? - El nombrado solo asintió con la cabeza y Bellatrix apuntó con su varita a Emma.

- Te lo preguntaré una sola vez más, ¿Donde está Harry Potter?

- ¡No lo sé! - Respondió Emma preparándose para lo que venía.

- ¡Crucio!

La maldición cayó sobre ella y no duró mucho para que empezara a gritar del dolor. Era como si clavaran varias cuchillas en su cuerpo al mismo tiempo.

- ¡Dinos donde está Harry Potter! ¡CRUCIO!

Emma no respondería, sabía perfectamente dónde estaba su hermano, en la casa de Sirius, pero no lo diría.

- ¡Crucio!

Emma volvió a sentir el insoportable dolor y empezó a llorar más fuerte.

Bellatrix tomó su cabello y la jaló hasta que Emma pudiera verla a los ojos.

- Mira asquerosa mestiza, dime dónde están Harry Potter y sus amigos o no pararé de usar la maldición en ti.

- Entonces tendré que soportar el dolor.

Emma podría estar peleada con Harry, pero nunca lo pondría en peligro, era mejor que ella sufriera en ves de él.

- Bien - Respondió Bellatrix - ¡Muchachos! ¡Encárguense de ella!

Emma volteó y se alarmó al ver a Greyback y a sus amigos caminando hasta ella.

Cuando se le acercaron trató de alejarse pero Greyback tomó una de sus piernas y la pegó contra él.

- Nos divertiremos mucho juntos - Dijo pasando sus filosas uñas por la cara de Emma dejando un pequeño raspón.

Emma solo pudo llorar cuando Fenrir acercó su mano a los pantalones de ella y desabrochó el botón y bajó el cierre.

- ¡No suéltenme! ¡Por favor suéltenme! ¡No me toquen! ¡AYUDA!

Greyback y uno de los chicos subió su mano dentro de la camisa de Emma y acarició sus pecho, ella seguía suplicando y retorciéndose tratando de que no la tocaran.

Justo en ese momento llegó Draco que al escuchar los gritos, les parecieron tan conocidos que corrió hasta la sala.

Cuando llegó vio a Emma siendo tocada por esos... malditos y corrió a ayudarla.

- ¡Suéltenla ahora o no dudaré en matarlos! - Gritó apuntando a Greyback en especial.

Emma no paraba de llorar, aunque sabía que estaba a salvo, no podía parar.

- ¡Draco! ¿Qué haces? - Dijo Bellatrix que le había seguido - ¿Por qué se detienen? ¡Sigan!

Draco apuntó a Greyback y con un movimiento de su varita lo empujó contra la pared.

- Te pasaste esta vez Bellatrix, ¿Con los hombres lobos? ¡Pudieron hacerle daño! ¡O violarla!

Draco se acercó a Emma, le acomodó su ropa y secó sus lágrimas.

- Ven - Dijo cargándola en sus brazos y dejando que llorara en su pecho - Esto no se quedará así, luego hablaremos.

Draco subió las escaleras y entró a su habitación, poniendo a Emma sobre su cama.

- ¿Estás bien? ¿Te hizo daño? - Preguntó acariciando la mejilla de Emma y buscando por algún rasguño en su cuerpo. Si había notado que estaba más flaca, su cabello más desarreglado que de costumbre y sus mejillas no tenían ese color rozado de siempre.

- Es-estoy bien - Respondió dejando que más lágrimas cayeran por sus mejillas - Gracias Draco, si no hubieras llegado tal vez y ellos...

- Ni se te ocurra decirlo, estás conmigo y eso es lo que importa. Tienes un pequeño rasguño en tu mejilla debería...

Draco no pudo continuar ya Emma había chocado sus labios con los suyos.

- Te extrañé, estuve oculta en la casa de mis padres todo este tiempo, yo...

- Estás bien y conmigo ahora, eso es lo que importa. ¿Te han dado de comer?

Emma negó con la cabeza y Draco suspiró separándose de ella.

- Iré a buscarte algo de comida, no tardo.

~ Draco ~

Bajé las escaleras molesto dispuesto a enfrentarme a mi padre y a mi tía, ¿Cómo pudieron? ¡No le dieron comida, la dejaron en ese calabozo, la torturaron y dejaron que casi la violaran!

- ¿Cómo se les ocurre? - Les dije entrando a la cocina - ¡Saben que ella es importante! ¡Pudieron hasta haberla mordido y convertirla en uno de ellos! ¡Incluso dejarla embarazada! ¡¿Y sin comida?! ¡Estuvo aquí dos días sin comer! ¡¿Cómo se les ocurre semejante cosa?!

- Draco, sé razonable si nos decía donde estaba el otro Potter el señor...

- ¡Ese señor! ¡El señor aquello, el señor lo otro! ¡Sean conscientes una vez en su vida! ¡Se obsesionaron con esto padre! ¡Y tú Bellatrix te enamoraste de un ser que no puede amar!

- ¿¡Cómo te atreves a insultar a nuestro amo?! ¡Te mereces un castigo!

- Denme los castigos que quieran, pero no le hagan daño a ella, por favor.

- No la tocaremos, por ahora.

Asentí con la cabeza y me acerqué a Eli, la nueva elfina doméstica y le pedí que por favor subiera un poco de comida a mi habitación para Emma y que la atendiera en cualquier cosa que necesitara. Luego de que se fuera me di media vuelta y volví con mi padre y la loca de mi tía.

- Estoy listo para mi castigo, padre.