Mellizos (2) ( Trilogía Generaciones)

Muffiato

Los siguientes días había estado espiando a Harry, Herms y Ron.

Harry andaba preocupado con un libro que él había encontrado en pociones, "Del Príncipe Mestizo".

Hermione se preocupa que esos hechizos en el libro sean peligrosos.

Y Ron solo pelea con ella. Lo usual.

Pero lo que no saben es que voy un paso (o varios más) delante de ellos. Sé para qué sirve el Sectumsempra, Draco me lo dijo, el Muffiato lo usamos Draco y yo algunas veces.

Y también se quién es el "príncipe mestizo". Severus Snape.

— Hola Mequetrefes — Dije con una sonrisa hacia Blaise y Theo.

— Hola cabeza de chatarra — Dijo Blaise de vuelta, le saqué el dedo del medio con una sonrisa y me senté en las piernas de Draco.

— Hola hermana de rayito — Dijo Theo sin dejar de ver su libro.

— Para tú información, yo también tengo el rayo y Draco lo ha visto, ¿No es así?

— Si, también a visto muchas otras cosas de ti... — dijo Blaise moviendo las cejas de arriba a abajo.

Me puse roja al ver el doble sentido d ella palabra y me volví a esconder en el pecho de Draco mientras él reía y trataba de apartarme.

— ¿Todavía no han dado ese paso? — Dijo Theo incrédulo — Pensé que lo del tren era una broma.

— Emma sigue siendo virgen si eso te sirve como respuesta — Dijo Draco con una sonrisa burlona.

— Siguen siendo un par de pecadores — Dijo Blaise quitándole importancia.

Una chica entró a la sala común y Blaise le saludó.

— ¡Hola Leisita! ¡Espero que tengas un genial día!

Lei rodó los ojos y pasó de largo hasta las habitaciones ondeando su cabello.

Vaya, me cae bien esa chica.

(...)

— ¿Una invitación al club de las eminencias? — Le pasé la invitación a Blaise y el la revisó.

— Si, todas las personas "importantes" van. Y tú eres importante ya que ahora entraste en el equipo de Quidditch como cazadora, además de ser la "niña que vivió".

— No me gusta ese título.

Ah si, también entré en el equipo de Quidditch, ¿Sorpresa?

— Pues tampoco te gustará el del profeta — Dijo Theo en un susurro ocultando el diario debajo de la mesa.

— Déjame ver — Le ordeno a Theo.

— Nop.

— Theodore Nott déjame ver.

Theo puso cara de terror y me entregó el diario.

Blah Blah blah blah, El Niño que vivió, blah blah La Niña que vivió, Blah Blah Blah Mentirosa y traidora...

¡YO NO SOY UNA MENTIROSA MALDITA REETA DE MIERDA! ¡Y MENOS UNA TRAIDORA!

— Rubia teñida, el tinte la dejó estúpida — Mascullé lanzando el diario hacia atrás.

— ¡Auch! ¡Emma!

— ¡Lo siento cabeza de zanahoria!

Ups, golpeé a Ron, Ñe.

— Emma...

Volteé rápidamente al escuchar la voz de Draco, lo había sabido de él desde anoche.

Me lancé a sus brazos a abrazarlo. Estaba despeinado y las ojera empezaban a verse. Además de estar más pálido de lo normal.

Harry nos veía intrigado desde la mesa de Gryffindor. Es obvio que sospecha de lo que Draco está haciendo.

— ¿Podemos hablar? — Dijo en un susurro.

Le dirigí miradas a Blaise y a Theo para que no dijeran nada y salí con Draco de el Gran Comedor. Cuando llegamos a su habitación cerré la puerta con seguro y me encargué de usar el "Muffiato".

— Emma hice algo terrible — Dijo sentándose en el borde de la cama — Yo...

— ¿Qué hiciste?

— Cambié las botellas de Hidromiel en el despacho de Slughorn por veneno — Dijo abrazándome — No puedo con esto Emma.

— Déjame ayudarte, por favor — Le supliqué.

El no me había dejado ayudarle, aunque me lo prometió, siempre evadía el tema y hacía las cosas por su cuenta.

— Está bien...

— Sabes que no estás solo, me tienes a mí, a Blaise, Theo, Tory... A todos. Y te ayudaremos a pasar este mal tiempo ¿Bien? Ahora dame uno de esos lindos besos de siempre.

— ¿Puedo hacer algo por lo cual seguramente me arrepienta después? — Preguntó Draco Tomando mi cara entre sus manos.

— Depende, ¿Es bueno o malo? — Pregunté viendolo directamente a sus ojos grises.

— Para mi es bueno, para ti... puede ser.

— Muéstrame entonces — Dije con una sonrisa.

Draco sonrió y unió sus labios con los míos retirando mi capa, luego mi corbata, mi camisa mi falda...

— Eres hermosa — Dijo en mi oído antes de lanzarme sobre la cama — Te amo.

— Yo más.