Pensé lo peor yo...

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~ Emma ~

- Gracia Eli - Dije luego de salir del baño tomando la toalla que me tendía.

- De nada señorita Potter, Eli está muy feliz de que el amo Malfoy le haya mandado a ayudarla - Dijo dando una reverencia.

- Dime Emma, no hay necesidad de tanta formalidad.

Me senté en la cama luego de que ella me ayudará a cambiarme.

- Muchas gracias por todo Eli, ¿Pero donde está Draco?

Eli comenzó a jugar nerviosamente con su vestido (Que era una funda de almohada).

- El amo Draco recibirá un castigo por haberla defendido, señorita P... Emma.

- ¡¿Qué?! ¡No! - Grité corriendo a la puerta.

¿Qué le harían? ¿Y si le hacen mucho daño? ¡No! El estará bien.

Traté de abrir la puerta pero estaba cerrada con llave y no tenía mi varita.

- ¡Eli ábrelo por favor!

Justo en ese momento escuché un grito de dolor.

- ¡Eli! - Dije casi sollozando - ¡Ábreme por favor!

- Lo siento, el amo Draco le prohibió a Eli que dejara salir a Emma de su habitación.

- ¡Eli tengo que salir! - Grité golpeando y pateando la puerta - ¡Le harán daño!

- Eli no puede dejar que Emma salga de la habitación.

- ¡Eli pueden matar a Draco! ¡Por favor tengo que salir!

Eli negó y yo solo pateaba la puerta escuchando los gritos de Draco.

- No... esto es mi culpa yo... Draco está en peligro por mi culpa - Dije parando de golpear la pared dejando que lágrimas cayeran por mis mejillas - Esto es mi culpa... yo merecía ese castigo, no él...

(...)

En la noche no pude dormir, Draco no había vuelto y la puerta seguía cerrada.

Lo único que podía hacer era revisar la habitación. Y como la buena novia que soy...

Me levanté de la cama y me acerqué a la repisa. Habían varias fotos de él y su madre, en una sola estaba su padre. Había una Serpiente de cristal, unos libros. Lo único que no vi fue los regalos que le he dado. Busqué y busqué en la habitación pero no los encontré.

¿Será que no le gustaron? ¿Qué hizo con ellos?

Suspiré al no encontrarlos y me acerqué a la Serpiente de cristal, espera, tenía un pequeño botón en la cabeza. Lo toqué y un espacio en la mesa de trabajo se abrió. Dejé la Serpiente sobre la repisa y me acerqué a ver que había.

Dentro estaban todos los regalos que le había dado y todos los dibujos que hizo de mi. Sonreí y tomé uno de los dibujos.

Éramos él y yo en Hogsmeade en Navidad. Sonreí y una lágrima cayó por mi mejilla. Estoy un poco sentimental últimamente.

En ese momento se abrió la puerta y yo dejé el dibujo dentro del cajón de nuevo. Levanté la mirada y vi a Draco en la puerta, sus ojos estaban rojos y su cabello más despeinado de lo usual. Corrí y salté sobre él dándole un abrazo.

- Lo siento tanto todo esto es mi culpa, yo... - Sollocé en su pecho - Pensé lo peor... pensé que...

- No lo digas, te prometí que no moriría y tú igual lo prometiste. Y si moría lo haría junto a ti - Dijo besando mi frente.

Asentí y me abracé más a él.

- Ven, vamos a dormir.

Asentí y el camino conmigo encima hasta la cama donde me dejó a mí y luego se acostó a mi lado.

- Te quiero Draco.

- Yo más Emma.

Nos acurrucamos y por fin pude dormir luego de tres moches aquí. Segura en sus brazos.

Mellizos (2) ( Trilogía Generaciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora