Emma Alessandra Potter Evans.
Hija de dos de los mejores brujos del mundo mágico: Lis y James Potter.
Aunque ella no lo sabe...
Luego de catorce años viviendo en un orfanato, siendo la burla de parte de todo el orfanato, un hombre llega a buscarla.
...
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~ Emma ~
Me desperté gracias al canto de los pájaros y el resplandor del sol...
Ok no
Me desperté gracias a los gritos de la señora Marshall en mi puerta.
— ¡LEVÁNTATE ANORMALIDAD!
— ¡CÁLLATE VIEJA ARPÍA! - Le grité cuando abrí la puerta – ¿Qué quieres? Hoy es sábado, no hay escuela.
— Alguien vino por ti.
¿Qué rayos?
— ¿Vinieron por mí?
— Si, ya te irás de este orfanato, Emma.
Me iré de este orfanato....
¡Me iré de este orfanato!
¡ME IRÉ DE ESTE ORFANATO!
Dejé a la vieja en la puerta y corrí a buscar mi baúl en el armario.
Saqué el baúl, lo abrí y puse a dentro todas mis cosas.
En especial mis audífonos con el cassette.
Corrí al baño, me cepillé, peiné como pude mi cabello y luego metí mi cepillo de dientes en el baúl.
Me puse una camiseta morada con una braga encima y el cabello lo puse en un rodete. Y los zapatos fueron mis adidas.
Wow... nuevo récord, me vestí en dos minutos.
Al llegar abajo vi a la vieja arpía hablando con alguien.
El señor parecía de unos treinta años... tenía varias cicatrices en su cara.
— ¿Señora Marshall? - Pregunté.
— Emma, él es el señor Remus Lupin, tu padrino.
Mi padrino...
¡Pero me dijeron que no tenía familia!
— ¡Tú me dijiste que no tenía familia!
— ¿Qué hiciste qué? - Dijo el señor Lupin.
— ¡Oh! Miren qué hora es... me tengo que ir - Dijo para luego salir corriendo de ese lugar.
Maldita vieja.
— Hola... soy Emma - Dije con una sonrisa.
— Eres idéntica a tu padre... pero con los ojos de tú madre - Dijo Remus con una sonrisa nostálgica.
— ¿Qué les pasó a ellos?
— Será mejor que te explique luego en un lugar más cómodo - Dijo recogiendo mi baúl — Pero primero... ¿Crees en la magia?
— Señor Lupin, todo lo imposible es posible.
— Llámame Remus, Emma.
(...)
— ¿Qué rayos fue eso? - Pregunté soltándome de su brazo.
— Tú, Emma. Acabas de hacer una Aparición. Eso es magia.
— ¿Magia?
— Emma... ¿Nunca te han pasado cosas extrañas? ¿Cosas que nadie más puede hacer?
— ¿Cuenta hacer explotar los casilleros de los chicos que me molestaban?
— ¿Ves? No eres una chica normal. Tus padres no eran normales, tu familia no es ni era normal. Tú eres una bruja, en el buen sentido, al igual que tu padre era un Mago, al igual que tú hermano...
— Espera... ¿Tengo un hermano?
— Si... de hecho es tu mellizo. Su nombre es Harry, así que prepárate que lo vas a conocer.
— Dame un segundo, necesito procesar toda la información.
Bueno... acabo de descubrir que mis padres eran magos, que existe la magia, que tengo un hermano... Rayos y Centellas... demasiado por un día.
— Mira - Dijo señalando los espacios entre los edificios trece y once.
— Falta el número doce - Dije.
— Exacto - Dijo con una sonrisa.
El suelo empezó a temblar y el espacio entre el once y el trece empezaba a abrirse para luego mostrar un edificio algo más viejo que los demás.
