XXIII. Cometa*

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El vuelo más próximo saldría cinco días después

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El vuelo más próximo saldría cinco días después. Jasmine siempre procuró salir sólo cuando era estrictamente necesario, y tratando de ocultar su identidad lo más posible durante ese tiempo. La niña estaba de vacaciones, lo que era un alivio, pues salir todos los días a la escuela era considerablemente riesgoso. Una noche antes del vuelo, ninguna de las dos podía dormir. Estaban sentadas en la sala, en silencio, frente al balconcito que daba directo al cielo despejado. El aire nocturno era fresco y agradable.

—Jas...— la llamó la niña. Jasmine se volvió hacia ella. —¿Qué les pasó a mis papás? Sé que se fueron y nunca van a volver, pero no sé por qué. Nunca nadie me lo ha dicho.

La adulta cerró los ojos un momento, con dolor, buscando una respuesta a eso. Lo meditó unos segundos. Merecía saber. Eran sus padres, después de todo. Lo último que quería era lastimarla, pero seguir ocultando lo que pasó únicamente iba a generar más problemas.

—Ay, mi niña... — tomó un último suspiro. —Sí, tus papás se fueron, pero no porque ellos quisieran.— buscó las palabras para evitar decir la verdad en crudo. —Alguien los obligó.

—¿Quién?

Jasmine vaciló antes de hablar. Le hubiera gustado poder seguir mintiendo indefinidamente. —Tu tío Albert...

Sus enormes ojos oscuros se abrieron, llenándose de agua, el color abandonó su bonita cara, la voz se le cortó y su respiración se agitó. En el fondo lo sabía, pero no quería creerlo. ¿De verdad había sido él? ¿Su tío más querido, idéntico a su padre, quien le daba tanto cariño y regalos? ¿Él era el asesino?

—Nena, él no es una buena persona. Ha hecho muchas cosas malas, y tu mamá lo sabía. Por... —Jasmine se interrumpió un segundo. Las lágrimas escapaban de los ojos de la pequeña.— Por mucho que fuera tu tío, las cosas malas deben ser castigadas. Pero a él no le parecía bien eso.

La niña no podía hablar, un nudo gigantesco en su garganta se lo impedía, pero ahora estaba furiosa. "¿Cómo se atrevía? ¿Así de malo era? ¿Quitarle la vida a alguien por tus errores?" pensó la niña.

"Las cosas malas deben ser castigadas. Mira quién lo dice. " una voz interna culpó a Jasmine. No era lo mismo, pensó. Lo de ella había sido un accidente... pero un asesinato, a fin de cuentas. Su castigo venía igualmente, pero ella logró evadirlo, al menos temporalmente. ¿A qué precio? Huidas apresuradas, culpa, su mejor amiga muerta...

 ¿A qué precio? Huidas apresuradas, culpa, su mejor amiga muerta

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