LIX. Star Trail

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—Todo se dejó tal y como estaba, a excepción de unas cintas policiales en la entrada principal y unos muebles de la sala cubiertos con plástico, donde asesinaron a esta gente. Hicieron una limpieza superficial, prácticamente. Claro, este apartamento se ha ofrecido en venta, a precios muy bajos, pero a nadie parece gustarle la idea de vivir en un lugar como este. Así que no se ha vendido y creo que no lo hará en un largo tiempo. Y bueno, por la constante persecución en la que vivimos Wen y yo, pensé que este sería un buen escondite. Y a veces vengo aquí, en la madrugada, para guardar algunas cosas o adecuar algunos espacios.— explicaba Jasmine.

—¿Y por qué no lo usaste ese día?— preguntó la chica, que parecía preocupada.

—Lo hice. Aquí pasé la noche.— respondió. Hizo una pausa, y luego su tono se tornó aterrorizado. —Wen, no te imaginas la suerte que tuve...

Jasmine habló de cómo había escapado. Me había parecido realmente sorprendente cuando llamó a Wendy, pues a esas alturas parecía que era imposible que Jasmine huyera de sus perseguidores. Le habían disparado, y al estar en el suelo, no podía hacer mucho, por lo que no hubiera sido difícil capturarla. Y hubiera sido así, de no ser porque alguien llamó a la policía a tiempo, desde que empezaron a escucharse ruidos extraños en el techo de este mismo edificio. Entonces, cuando los criminales estaban a punto de cumplir su orden, las sirenas policiales se escucharon, lo que a su vez comenzó a llamar la atención de las personas, que comenzaron a salir de sus casas.

—Ellos tienen una regla que obedecen a como dé lugar. Sin testigos. La atención era demasiada, por lo que tuvieron que desistir. En el momento en el que se fueron, corrí a esconderme aquí. Pero lo más importante: tú tuviste aún más suerte que yo. Dejaron muy claro que también iban por ti. Huyeron en la misma dirección en la que te fuiste. Eso casi me vuelve loca. No te imaginas el alivio que sentí cuando contestaste la llamada. Es por eso que de verdad me siento agradecida contigo, Tony.

La morena guardó silencio unos segundos, en los que yo bajé la mirada y sonreí inconscientemente. Yo la había salvado. Algo que volvería a hacer sin pensar.

—¿Y la policía?— preguntó Wendy, después de su silencio.

—No lo sé, supongo que habrán pensado que no llegaron a tiempo. Gracias al cielo la bala no me tocó. Sólo tengo un pequeño esguince en el tobillo, nada que hielo y vendas no puedan reparar. El disparo me hizo tambalearme y terminé torciéndome el tobillo. Pero ellos creen que el disparo sí me hirió, por lo que creerán que estoy en un hospital o en algún lugar con gente, lo que nos da más tiempo.

Jasmine hablaba como si fueran buenas noticias, y lo eran, pero el silencio de Wendy decía que ella no pensaba exactamente lo mismo. La miré, y con la poca luz que iluminaba su bello rostro, noté una expresión algo incrédula. Pasaron unos largos segundos antes de que la chica volviera a hablar. Yo no me atrevía a decir nada.

—¿Qué fue eso último?— preguntó.

—¿Qué cosa?

—Eso de... de que habías matado al rey...

La oscuridad impidió ver con claridad la expresión de Jasmine después de eso, pero tardó un poquito en contestar, una insignificante fracción de segundo.

—Bueno... esta vez no me buscaban por los archivos, cielo, o eso creo. Me acusaban de un asesinato... no sé qué habrá sido. Pensé que tal vez era una especie de trampa para poder conseguir los archivos... sinceramente, no sé qué haya sido, pero no es nada bueno.

Su tono sonaba bastante honesto, casi como una confesión. Pero había algo que no pintaba bien, algo que no hacía la explicación del todo creíble. Normalmente hubiera pensado que no me incumbía, y lo dejaría de lado para seguir escuchando, esperando con ansias la información que me ayudaría a mí. Pero no era la primera vez que me pasaba algo como esto. Algo me decía que Jasmine estaba mintiendo. Y esta vez no lo ignoraría.

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