SOY TUYA GREY (fanfic Grey)

Capitulo treinta y tres.

POV PAUL

¿Donde mierda se ha metido Anastasia? Lo he buscado por toda la casa, y no la encuentro. Seguramente salio escapando, pero volverá, y vas a cumplir con tus deberes de esposa. Por mientras me seguiré divirtiendo con mi nueva "amiga"

- Debo irme- me dice ella, mientras se pone las bragas.

- Quedate un momento-

-¿Y si llega tu esposa?-

- Te escondes- le digo, no sería la primera vez, que escondo una mujer, cuando Anastasia llega.

- No...no quiero pasar un mal rato-

- Como quieras- me levanto de la cama, debo arreglarla, porque mas tarde compartiré esta cama con mi esposa. Debo sacar ventaja que no recuerda el episodio de Carla, tuve que aguantarme todo el noviazgo con su maldita estupidez de llegar virgen al matrimonio...

Mi amiga se ha ido, y nada que llegue Anastasia. Estoy bebiendo un vaso de jugo cuando escucho el sonido de la puerta abrirse. Por fin llegaste esposa mía, y ahora vas a dejar que te folle. Me encamino hacia el salón, y me llevo una no grata sorpresa. El imbécil y cornudo de mi suegro, y otro sujeto mas acompañan a Anastasia.

-¿Que significa esto Anastasia?- Pensé que llegaría sola.

- Eh...bueno el es Christian Grey-

-¿Christian Grey?¿El empresario de Seattle?- No puedo creer uno de los hombres mas rico del planeta esta en mi casa.

Estoy por saludarlo y decirle que es un honor tener al gran Christian Grey en mi casa, cuando Ray dice algo que me deja de piedra.

- El es el hombre con el que estuvo mi hija, cuando estuvo desaparecida.- Su tono de voz es triunfante.

-¿Que...quieres decir?- Me he quedado muy desconcertado.

- Paul, Yo me enamoré de Christian, lo amo- dice ella sonriendole a el. Y el le brillan los ojos por la emoción.

Ya entiendo, la perra estuvo todo este tiempo engañandome, y ahora regresó diciendo que perdió la memoria. Nunca perdió la maldita memoria, estuvo con su amante. La ira empieza correr por mi sangre.

-¡Maldita puta!- Trato de abofetearla, pero el impacto de un golpe en mi boca me tira en el piso.

- ¡No te atrevas, a tocar a mi mujer!- Dice el hijo de puta de Grey, levantándome del suelo.

-¡¿Tu mujer?! ¡Ella es mi esposa!- Grito furioso, pero el maldito vuelve golpearme.

Del suelo observo a Ray y la perra de su hija, mirando como el desgraciado de Grey, me humilla.

- ¡Vas a darle el divorcio a Anastasia!-

-¡¿Crees que haré eso?! Te equivocas, demandaré a este perra por infidelidad-

Maldición, el hijo de puta me dio una patada en el estomago dejándome sin aire.

- Los...los voy...a demandar a los dos-

-¡AAAHHH!- Grito al sentir otra vez una patada en mi estomago. Este bastardo va a matarme.

Puedo sentir el sabor metálico de mi sangre en mi boca.

- ¿Pensaste que por acabar con mi matrimonio, te saldría con la tuya?- Me dice Ray, con rabia- te equivocaste, y ahora te tocará pagar por tus errores-

-¡AAAHHH!- grito retorciendome de dolor porque el viejo cornudo, me dio una patada en el estomago.

- El día de la fiesta había mucha gente, que puede atestiguar que tu me fuiste infiel, ¡Maldito hijo de puta!-

-¡AAAAHHH!- Anastasia me dado una fuerte patada en los testículos. ¡Como duele!

- No quiero volver a verte el resto que me queda de vida- dice la perra con rabia. Y me escupe.

- Vamonos, no vale la pena ensuciarse las manos con alguien tan insignificante como esta basura- escucho que dice el viejo cornudo.

Trato de respirar, me duele el estomago y mis testículos. Pero ya verán, esto no se quedará así.

POV ANASTASIA.

Ray, Christian y yo salimos del departamento de Paul.

-¿Creen, que quiera darme el divorcio?-

- Lo hará...por las buenas o por las malas, pero te librarás de el- afirma Christian.

Me pregunto como lo haré para conseguir el divorcio eclesiástico, no va hacer nada fácil, y tampoco va hacer nada barato.

En todo el camino a casa, vine en silencio, solo pude como de vez en cuando Ray y Christian intercambian opinión acerca del béisbol.

- Anastasia- me dice Christian, cuando iba entrar a la casa

- Los dejo solos- nos dice Ray, y entra a la casa.

- ¿Estas bien?- Me toma por mi brazo, haciendome estremecer.

- Si-

-¿Te hubiera gustado que las cosas con ese maldito hubieran sido diferente?- Pregunta cauteloso

- No voy a mentirte...me casé ilusionada, pensaba que Paul, sería el hombre de mi vida...pero me equivoqué- le digo, su expresión se vuelve fría.

-¿Aun siente algo por el?-

- Si- Se queda petrificado

- Lo odio...el me hizo pasar por la peor de las humillaciones. Por su culpa perdí a mi madre- me pregunto adonde se fue Carla, no es que quiera verla, pero si me gustaría saber a donde se fue.

- Entiendo- responde y su mirada se dulcifica.

- Anastasia...yo- toma mis manos- no quiero perderte, quiero que te vengas conmigo a Seattle.- Me mira a los ojos con sus hermosos ojos grises.

- No puedo Christian, acabo de salir de una relación, que solo fue una ilusión, no podría iniciar otra relación ahora, no estoy preparada- su semblante cambia, se ha entristecido.

- Comprendo- susurra con voz teñida de tristeza.

- Dame un poco de tiempo, quiero pensar en mi y en mi bebé en estos momentos- acaricio su mejilla.

- ¿Me llamará, cuando estés lista?- Asiento.

El pega su frente con la mía, no quiero que se vaya, pero por ahora no puedo ofrecerle nada.

- No quiero dejarte sola-

- No estaré sola, mi padre estará conmigo...además puedo defenderme sola.

Cierro mis ojos, sintiendo su olor. De repente siento sus labios contra los mios, yo aprovecho la oportunidad para deslizar los dedos entre su pelo

agarrárselo con las dos manos y devolverle el beso invadiéndole la boca con mi lengua. Él inspira bruscamente y se aparta con la mirada ardiente pero cautelosa.

- ¿Hasta pronto?- Pregunta tratando de normalizar su respiración.

- Hasta pronto- aun no se ha ido y ya lo extraño.

Me suelta y se encamina hasta su auto.

- Llamame cuando llegues a Seattle- le pido

- De acuerdo, y se ves al idiota de mi hermano le dices, que enviaré a Taylor por el.

- Ok- le sonrío.

Christian, entra al auto y de inmediato enciende el motor ¿Por que tiene prisa de irse?.

Observo como cada vez Christian, se va alejando, hasta desaparecer por completo de mi vista. Solo espero que llegue bien.