Capítulo 13: Petrificado

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Habían pasado un par de semanas desde la noche con Sarah y Paul. En ese momento, Jack caminaba, tranquilamente, por las calles de Duluth en dirección a su cafetería favorita. Cuando llegó, al abrir la puerta, se encontró de frente con una joven de mediana estatura, con el pelo castaño y corto a capas hasta los hombros. Sus ojos eran color avellana y cuando te miraban podías sentir como si una capa de bondad te abrigara.

La muchacha se quedó allí, quieta y sorprendida, mirando fijamente a Jack. Cuando logró reaccionar, se movió rápidamente y se marchó sin mediar palabra, desapareciendo entre dos casas.

Jack fue incapaz de moverse ni articular palabra. Se quedó allí, de pie, mirando al punto en donde su mirada la había visto por última vez antes de que desapareciera.

"No puede ser... ¿Qué hace aquí? Estamos cerca de Sault Ste. Marie pero... ¿Por qué ha venido hasta aquí? ¿No tenía todo lo que quería en su maravillosa ciudad, a la orilla del río?", pensó Jack.

Jack seguía allí mismo, como si fuese de piedra, pensando. Entonces algo lo trajo de vuelta al mundo, un puñetazo de Max.

― ¿Qué te pasa? ¿Nunca has visto a una mujer? ¿O es que te sientes intimidado por las mujeres despampanantes? Por el amor de Dios, si yo misma estoy tan buena como esa chica ― dijo Max intentando espabilar a Jack.

―Mira que eres bromista. Anda, vamos dentro y ponme una cerveza, necesito relajarme un poco ― dijo Jack con un deje extraño en la voz, tan extraño que Max no hizo ni un solo comentario al respecto.

Al cabo de media hora y tres cervezas seguidas, a las nueve de la mañana, Max se decidió a preguntar.

― ¿Qué es lo que te pasa con Lucy? ― Max hizo una pausa sin darse cuenta, como asustada, con miedo de espantarlo ― Si es que se puede saber.

― ¿Conoces a Lucy, Max? ¿Cómo es posible? Si ella vive en Sault Ste. Marie, queda cerca pero, ¿qué iba a necesitar ella de Duluth?

―Hay que ver, sé algo que Jack no sabe, esto es impresionante. Creo que voy a enmarcar este día. Este será el día en que casi...

―Max, céntrate ¿qué sabes? ― dijo Jack con premura.

―Vale, vale, relájate Mad Max, que no se la va a tragar la tierra ni nada por el estilo. Pues resulta que, aquí nuestra amiga Lucy, está algo colada de ese joven apuesto de ahí y como Oliver sólo viene a Duluth los martes por motivos de trabajo, haz las cuentas. A mí, sí me preguntas, preferiría un trabajo de mierda en un lugar cerca de casa que tener que patearme más de medio estado todos los días.

―Al grano, Max. Ya sabemos por qué vienen ambos aquí y cuando. ¿Han llegado a hablar?

―Eh...No, más bien no. Siempre pensé que esa chica era más decidida, nunca pensé que tendría miedo de los tipos como Oliver. Es un tipo normalito; pelo castaño, callado y de palabras claras. Ahora que lo pienso se parece un poco a ti... Sí, en el blanco de los ojos quizás. O en el de la cocaína, ya no lo distingo, verás de pequeña mi madre...

De repente Max se calló. Cosa que sólo hacía cuando cocinaba o cuando pensaba, pero esta vez no era ninguna de las dos. Una chispa, una pequeña conexión en el sitio y momento oportuno, una sinapsis llevada a término, o casi.

― ¡Por las barbas de Neptuno! ¡Vosotros dos os habéis acostado! Eh... ¿Pillas el chiste? No, ahora en serio, tiene que ser eso, o acaso... La hiciste daño, Jack, confiésalo, que te he pillado.

― ¡Max, cállate un poco! No puedes estar más equivocada y no me cuentes más cómo, de pequeña, tu madre esnifaba cocaína y te dejo probar, ni cómo después se te subió hasta los ojos y luego estos explotaron. Déjame pensar. Y no, no me acosté con ella, aunque sí que la hice daño, de cierta forma.

Tras un rato en silencio y con Max boquiabierta unos segundos, buscando una forma de contraatacar, Jack se levantó, decidido, de la mesa. Miró a Max, la agarró de los hombros y le dijo siete palabras, siete palabras que la chica guardaría como un tesoro.

―Gracias Max, te debo una. Eres increíble.

Sin más demora, Jack salió a toda prisa de la cafetería en dirección al motel. Una vez allí, recogió sus cosas, las guardó en su maleta, a medio hacer y puso rumbo a Sault Ste. Marie. Tenía que hablar con ella y arreglar las cosas.


Hola a todos, espero no haberme hecho demasiado de rogar al tardar tanto en subir capítulo. He tenido un verano de no parar ni un segundo, así que me disculpo sinceramente. Por eso mismo subiré un capítulo más esta semana que también será corto, a modo de toma de contacto, mientras preparo el siguiente que, espero subir la semana que viene . 

Por cierto, os dejo aquí una imagen de Lucy, la actriz que he escogido es Lucy Hale y me encanta, simplemente sublime.

Gracias a todos por leer y no os olvidéis de votar, un saludo ;).

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