Capítulo 14: Un viaje accidentado

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Jack se había subido a un autobús que le llevaba de camino a la ciudad de Lucy. Por suerte para Jack, aquel autobús salía media hora después de que él llegara a la estación y, gracias a unos trabajos de poca importancia que estuvo haciendo en Duluth después de ver a Sarah, ahora tenía algo de dinero ahorrado con el que permitirse el viaje.

Fue un viaje relativamente aburrido y normal. Jack iba tranquilo con su música y leyendo un libro que le había pedido a la bibliotecaria unos días atrás. Con un poco de maña y el sentimiento de culpa suficiente, a Jack le fue muy fácil conseguir un préstamo de un mes para aquel libro. Por una vez no se trataba de un libro de carácter científico, sino una novela.

A Jack le estaba gustando el libro, su personaje favorito era el buen doctor. Una persona amable, que se preocupaba por las personas y con cierta chispa de carácter. Jack estaba enfrascado en el libro así que cuando se percató de lo que sucedío, ya era tarde.

Algo tan corriente como una roca afilada en el camino había sido suficiente para tumbar a aquel gran mastodonte de metal y hacerle rodar por la carretera produciendo un chirrido agudo y lastimoso, del metal contra el asfalto. Lo que más le impactó a Jack fue el calor. De repente era como si hubiesen subido unos cuantos grados la temperatura. Eso podía deberse a dos cosas: o la fricción estaba calentando el metal contra el que estaba apoyado Jack debido al golpe o algo se estaba quemando.

Sin pensarlo ni un segundo y sin saber cómo, Jack acudió a su poder, fuese útil o no. Sabía que aquello podría ser su única manera de salir de allí con vida.

El resto estaba borroso. Jack solo recordaba escenas, como pequeños fragmentos de un sueño. Recordaba reventar el cinturón como si estuviera hecho de arcilla. Recordaba haber sacado en brazos a una mujer; un hombre, adulto y alopécico y a varios adolescentes que sangraban por la cabeza, debido al golpe. Recordaba haber roto uno de los cristales de un puñetazo y haber lanzado al conductor, con asiento incluido, a través del agujero en el cristal. Recordaba haberse mirado, unos segundos, en los retrovisores y recordaba cómo su cuerpo estaba protegido por una especie de capa o aura, aunque no sabía lo que era, pero, sin duda alguna, eso le ayudo a salir con vida y no podía estar más agradecido.

Lo único malo es que no recordaba como lo había hecho. Simplemente se había dejado hacer, se había dejado llevar a rastras por un poder que no entendía y que podía ser peligroso. Se prometió a sí mismo que no lo volvería a utilizar de aquella manera.


Buenas a todos. Como os prometí aquí os dejo un nuevo capítulo y sí se que es corto pero no os preocupéis que ya he empezado a preparar el siguiente y prometo que será largo jeje.
Así que nada, espero que os guste y no os olvidéis de votar ;).

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