Capítulo 34 - IV: Luces, cámara y llantos

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John se quedó de piedra, pensaba que tendría más tiempo, pensaba que no lo mataría, que simplemente quería vengarse y estaba jugando con él, incluso pensaba que si jugaba correctamente a su juego podría salir vivo de allí, pero la realidad era aplastante, así que sólo se le ocurrió una respuesta.

-De viejo -respondió John tentando a la suerte.

-No es lo que esperaba, pero tienes razón. He formulado mal mi pregunta, bien visto. Segundo intento, responde sinceramente o te mato aquí y ahora, ¿cómo deseas morir hoy, aquí?

-¡Oye! Eso no vale, el juego era una tú y una yo -dijo John ofuscado.

-Recuerda, John, es mi juego y, como todo buen director de juegos, puedo cambiar las reglas cuando sea para el beneficio del jugador, así que responde.

"¿Para mi beneficio? Pero, ¿qué dice este majadero? ¿Cómo puede mi respuesta beneficiarme en absoluto? Si me está pidiendo que elija cómo me va a matar... Espera. Eso es. Ya lo he entendido. Al final va a ser cierto que sí que hay formas de hacerle volver", pensó John mucho más tranquilo y confiado.

-Vamos, John, responde, se te acaba el tiempo y, si se te acaba, elegiré yo -dijo Jack con altanería.

-Quiero que me mates al final, después de que todo esto acabe, y quiero que lo haga el verdadero Jack, no tú -dijo John desafiante.

Jack se quedó pensativo unos segundos y, cuando por fin decidió qué le parecía la respuesta de John, sonrió abiertamente.

-Muy bien, que así sea. De momento no tengo más preguntas para ti, pasemos al plato principal.

En un instante Jack se encontraba al otro lado de la furgoneta, removiendo la puerta que estaba sobre Claire y sacándola del vehículo con cuidado. Luego volvió donde estaba John y la dejó al lado de este.

-Despiértala. Pero no puedes decirla nada de lo que hemos hablado o me aseguraré de que no puedas decir nada nunca más, así que piénsatelo bien, John, ¿cuánto aprecio le tienes a tu lengua, o a tus cuerdas vocales?

-Entendido, no hace falta que amenaces, sádico -dijo John mientras intentaba despertar a Claire con delicadeza.

Cuando la muchacha abrió los ojos miró a John y a sus heridas.

-John, ¿estás bien? ¿Qué ha pasado? ¿Cómo has salido del coche con esas heridas?

-Claire -intentó decir John para que su compañera parara, aunque en vano-. ¡Claire! -gritó John para hacerla reaccionar, aunque fue él quien se quedó mudo al ver la expresión de la chica.

-No me grites o te dejo ahí mismo para que te desangres.

-Te creo y perdona. Pero ahora escucha: Jack quiere hacerte unas preguntas y quiere que digas la verdad. Haz lo que dice, hazme caso, confía en mí.

Claire se giró y vio a Jack detrás suyo con una cara sonriente y saludándola con la mano.

-Hola Claire, ¿puedes levantarte? Prefiero ir a un lugar más privado, no quiero que John se sienta tentado de abrir la boca más de la cuenta, sería una lástima después de haber logrado llegar hasta aquí.

Claire, confusa, pero haciendo caso de lo que le dijo John siguió a Jack hasta un callejón no muy lejano. Una vez allí, Jack se dio la vuelta bloqueando la salida y, poco a poco, sin decir palabra, fue arrinconando a Claire contra una pared.

-¿Qué quieres de mí, Jack? ¿Qué quieres preguntarme?

-¡Ah! ¿Preguntarte? Nada, eso es algo que ha supuesto John debido a su prueba, pero la tuya es más sencilla. ¿Qué estas dispuesta a hacer para salir de aquí con vida? Verás, siempre me has estado molestando, y en el fondo creo saber por qué -dijo Jack mientras se desabrochaba poco a poco el cinturón.

Defectos de fábricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora