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« Justin »

{Unos años atrás}

Mamá me llama desde lejos con una sonrisa, tengo que llegar a ella, corro para intentar alcanzarla pero con cada paso que doy  queda más fuera de mi alcance, pronto comienzo a sentir fuego en mi estomago, es tan fuerte que creo que estoy muriendo hasta que abro los ojos.

Me ha despertado el dolor por el hambre, debería resistir, sólo han sido dos días sin comer ¿eran dos?, camino hacia la cocina y veo a mi padre —aunque prefiero llamarlo por su nombre Jeremy, romper cualquier lazo afectivo que la palabra “padre” posee y el no merece—recostado en el sofá, ruego en silencio porque no despierte.

En la alacena hay miles de cosas, aunque viva en una casa pequeña estamos muy bien abastecidos o más bien Jeremy lo está, no se me permite tocar nada que él no autorice pero mi estomago está gritando tan fuerte que no tengo otro remedio, tomo un paquete de galletas e inmediatamente las como al igual que un par de uvas, tengo que agarrar cosas que no se note están faltando, cierro las puertas y me doy vuelta.

Mierda.

Jeremy me ha estado viendo todo este tiempo.

—A ver pequeño ratero ¿Qué te he dicho sobre tocar mi comida? —Jeremy me toma del pelo, dolor es lo único que atraviesa mi cabeza cuando mis pies dejan el suelo y caigo sintiendo cada hueso de mi cuerpo.

—Tenía mucha hambre, llevo 2 días sin comer —mi voz no es más que un susurro, Jeremy se acerca y me patea el estomago, retengo las nauseas porque si dejo ir la comida entonces me dará más hambre y no sé si podré resistirlo.

—Vas a aprender a ganarte este tipo de cosas ¿crees que todo esto es gratis he? ¡No idiota, se trabaja por ello! —Otra vez me sujeta del cabello, arrastra mi cuerpo hasta el patio y caigo sobre una laguna de barro— Ahí te vas a quedar hasta que te lo ordene puerquito, vamos a ver si vuelves a robarme.

«Se fuerte, se fuerte»

Pero no puedo ser fuerte, o no quiero… Mis pensamiento se nublan, cierro los ojos un momento y cuando los abro de nuevo no sé nada excepto que estoy cubierto de barro y ya es de noche, me mandíbula tiembla tanto que creo que va a romperse. Me pregunto en silencio si en el mundo habrá otro niño de 9 años tirado en el patio de su casa por querer un poco de comida.

«Se fuerte Justin, se fuerte»

—Papá… papá —Grito dándole la satisfacción que el busca, sabe que estoy sufriendo y quiere que pida disculpas porque existo— Lo siento.

Escucho carcajadas y le veo regresar —Has estado ahí mucho tiempo. Anda, ve a bañarte, come un poco y duerme porque necesito que estés listo, mañana hay trabajo.

Sonríe como si dejarme estar limpio y comer fuera un acto de caridad y no parte de sus obligaciones.

Entro al baño con una nueva muda de ropa, el café cubriendo mi cuerpo se desvanece con la lluvia transparente, esta helada y ruego por no enfermarme, Jeremy me haría trabajar aunque tuviera 40 grados de fiebre. Sé que está mal pensarlo pero a veces durante las noches fantaseo con su muerte, una dolorosa… Entonces el sufrimiento le nubla los sentidos y comienza a pedir perdón por sus fallas y todo vuelve a su orden natural.

Al terminar mi no muy extensa ducha voy a la cocina, un plato de comida helada me espera y la recibo con asco, él ha tirado latas de lo que sea sin calentar y me las ha dado para cenar.

«Soy tratado como un perro ¿es así como él me verá? “Justin la mascota”»

Minutos después me recuesto en mi cama, cierro los ojos pero sé que no voy a dormir sino hasta altas horas de la madrugada.

 «Por favor esta noche no, por favor»

Mis suplicas no son escuchadas, siento su cuerpo hundir el delgado colchón, los resortes suenan en cada movimiento y el sonido se expande altamente en mi cerebro. Su nariz olfatea mi cabello, toma mis pequeños codos, los planta sobre mi cabeza y pronto como sucede casi toda las noches, siento como sus asquerosas manos están sobre mí… ¡Alguien despiérteme de esta pesadilla!

Lloró en silencio cuando abandona mi pequeño cuarto, me he bañado hace poco pero sé que nada del mundo podría hacerme sentir más sucio.

{Actualidad}

Hablar y decir lo primero que se te viene a la cabeza es fácil, pensar en lo que esas palabras pueden causarle a los demás, eso es lo difícil y aunque esté consciente de ello no puedo hacer más que ignorarlo porque mi estadía en esta vida es para disfrutarla a cada momento.

Mi mundo siempre ha funcionado de esa manera desde que vivo con mis abuelos, hago lo que quiero, los demás se mueven por mí, las chicas caen a mis pies… es simple, todo lo que necesito es caminar sin importar que este haciéndolo sobre alguien porque así soy yo, no tengo la intención de agradar a nadie.

El aire choca contra mi cara con fuerza imitando a la música en mis audífonos. Cada vez que estoy sobre mi motocicleta puedo sentir la libertad por cada poro de mi piel, trabaje 2 veranos a tiempo completo y 2 años a medio tiempo en un supermercado para conseguirla. Una harley Davidson del año 85, si fuera legal estaría casado en este momento con ella, estuve tanto tiempo pensando en que nombre ponerle que aún no lo decido “Lola” “Betty” “Holly” nada, ninguno parece hacerle alusión a lo que quiero.

En este momento debería estar en mi casa, mis abuelos deben haberse preocupado de no verme esta mañana, por supuesto ellos creen que dormí en casa y no tienen idea que estuve afuera en una fiesta llena de drogas y chicas calientes haciendo lo que no quieren que haga.

Llego al pequeño lugar donde vivimos y guardo la motocicleta en el garaje, camino con cuidado en las gradas de madera pero todo ha sido en vano porque cuando abro la puerta mis abuelos Diane y Bruces me esperan con sus brazos cruzados.

—Diablos ¿es que ustedes no están jubilados? ¿Qué hacen despiertos a esta hora?

El abuelo ríe con fuerza, aprieta el hombro de Diane y susurra— Esta vez es tuyo.

—Luego de pasar una vida trabajando y despertando temprano tu reo biológico se encarga de despertarte siempre a la misma hora ¿Dónde estabas Justin?

—Bien, en ese caso voy a ser guardia de seguridad por la noche así no me pasa como ustedes…

—No vas a ser guardia —Dice molesta— porque vas a estudiar, graduarte e ir a la universidad, es lo menos que puedes hacer por nosotros y lo máximo que debe hacer por ti.

—Sí, sí. Me voy a dormir, no me esperen despiertos.

Camino unos pocos pasos cuando siento una mano en mi hombro.

—Buena broma Justin, hoy es primer día de clases ¿lo olvidabas jovencito? —es gracioso ver a mi abuela Diane con sus cejas fruncidas, me acerco y le beso la frente.

—Lo dijiste “primer día” no tengo que ir, nunca hacemos nada

Diane me mira con sus ojos entrecerrados, intento averiguar si he conseguido influirle pero pronto me doy cuenta de la respuesta negativa.

—Por lo mismo, no hacen nada así que no tienes excusa anda, vete —ruedo los ojos y camino hacía mi habitación— ¡Toma un baño! Hueles como un oso salvaje

—Hey, es mi esencia natural

—La gente siempre dice que lo natural es bueno… En este caso no señor, para algo han sido inventados los desodorantes.

Me río, cierro la puerta tras de mí y huelo mi axila, mis ojos lagrimean de inmediato ¡Demonios, realmente necesito un baño!

Heartless |Justin Bieber|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora