Heartless |Justin Bieber|

35.

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Voy afuera del lugar en busca de un poco de aire, definitivamente no estaba esperando que todo eso pasara tan rápido. No me preocupa que Valeria y Justin tengan algo porque sé que no durará pero verlo besándola de esa manera a sabiendas de que estaba al frente logró hacer que mi corazón se cortara en miles de pedazos, si tenía alguna duda de que Justin no iba en serio conmigo ya está todo aclarado.

¿No es esto lo que yo quería? ¿Por qué no puedo sentirme contenta?

—Oye ¿por qué te fuiste de ahí? —Valeria me mira sorprendida— ¿Por qué estás llorando?

Me seco las lágrimas, esto de llorar sin notarlo se está haciendo una costumbre demasiada fea.

—Perdón, necesitaba un poco de aire.

—Eso no explica las lágrimas…

No sé qué decirle, la veo captando cada cosa de ella que pudo hacer que le gustara a Justin. No sé cómo demonios ella lee mí mirada — Oh, creo que ya lo entiendo.

—No puedes, ni siquiera yo lo entiendo.

—Escucha, eso que paso con ese chico no es nada ¿de acuerdo? Yo no lo sabía, sabes que de habérmelo dicho ni siquiera lo habría intentado, no soy tan perra.

Me río porque al decir eso al menos acepta que es algo perra —No, está bien.

—Tú me incitaste a que fuera a hablarle.

—Lo sé.

—¿Eres una idiota?

—Probablemente.

Ahora ella sonríe, me siento en la acera y Valeria se coloca a mi lado con su brazo sobre mi hombro —Aunque él me haya besado lo hizo por ti, te estuvo viendo todo el tiempo mientras bailábamos, no sabía que te gustaba.

—Yo tampoco lo sabía… No completamente.

—Eres tan complicada.

Valeria tiene razón, no entiendo la manera en que yo misma arruino las cosas.

—Lo es, muchísimo. —Reconocería esa voz donde sea, Justin.

—Los dejare solos, hay muchos chicos calientes en esta zona de aquí, Vendré a verte más seguido ____.

Me río un poco mientras mi prima se va, Justin toma su lugar, volteo a ver hacía otro lado, a lo lejos un semáforo se encuentra en mal estado tintineando de rojo a verde y amarillo en cuestión de segundos.

—Hey —Dice Justin pero no lo veo. —¿Puedes soportar verme?

Levanto mi mirada a sus increíbles ojos color miel, estoy convencida de que si lo deseo con firmeza puedo vivir en ellos para siempre.

Ninguno sabe que decir, un auto pasa corriendo rápido y me sorprendo a mi misma hablando del tema que más escondo.

—Fue luego de una fiesta, algún tipo que conducía ebrio por la carretera.

—¿Eh? —Justin no me entiende al principio, dirijo mis ojos hacía al frente cuando el entendimiento cruza por su cara.

—Me gustaba mucho salir de fiesta antes, tomar hasta perder el conocimiento y meter toda clase de sustancias en mi cuerpo, salir y hacer todo tipo de cosas con chicos desconocidos, a Zac no le gustaba eso de mí. En realidad a nadie le gustaba y creo que ni a mí misma. En el fondo probablemente solo quería llamar la atención de mi papá porque toda se la daba a Zac, mira como logré cumplir mi cometido.

  »Pero le había prometido a mi hermano que no volvería a salir así y si lo hacía le llamaría cuando estuviera muy borracha. —Las lágrimas me caen a cascadas y me doy cuenta que todo este tiempo desde su partida el dolor seguía ahí, inexorable y palpitante recordando con cobardía “Hey, se supone que no deberías estar aquí”. 

—Shh, ven aquí —Justin me recuesta en su pecho y estoy segura de que puedo seguir mi relato.

—Entonces una noche estaba más borracha de lo que podía recordar, olvide la razón por la que me fui… Llevaba más de un mes sin hacer esas cosas pero papá dijo algo estúpido y me fui, llame a Zac y él llegó rápido.

  »Me regaño, estaba muy molesto y comencé a llorar como una loca diciéndole que no me entendía y que lo odiaba, corrí lejos de él… Fui tan estúpida, no fue ningún accidente el que Zac muriera.

Me abrazo más a Justin intentando dejar salir todo de una buena vez.

—Yo ni siquiera podía distinguir las calles, estaba cruzando sin fijarme cuando sentí que algo me golpeo. Creí que me habían atropellado, cuando recobré el conocimiento segundos después me di cuenta que ese algo había sido Zac empujándome lejos y ahora él estaba tirado en la calle. El auto se fue, llame por una ambulancia y mantuve a Zac en mis brazos. No quería que hablara, estaba sangrando mucho. —Mi voz se quiebra a medida que avanza la historia y agradezco que Justin no haga preguntas— Lo tuve ahí por lo que pareció una eternidad, le dije que todo iba a estar bien y él no paraba de decir cuánto nos amaba ¿no es estúpido? Se estaba muriendo por mi culpa y él seguía diciéndome que me quería. Le prometí que iba a dejar de salir de fiestas… que iba a recuperarse pero ¿sabes? Soy una maldita mentirosa, mira donde estoy y donde está el ahora.

  »Estaba desesperada y era demasiado tarde… Incluso la luna debía estar durmiendo pero lo dije antes, soy estúpida. Y entonces Zac me dijo que me quería una última vez, sus ojos comenzaron a perder brillo. Él se estaba yendo en mis jodidos brazos y no podía hacer nada, la ambulancia llego demasiado tarde o Zac se fue muy temprano, parece que el golpe fue muy fuerte porque murió en menos de 5 minutos.

  »Todos los días desde entonces recuerdo esa mirada, papá tiene razón… Es mi culpa, yo mate a mi hermano ¿ves lo que estoy haciendo? Estoy de nuevo en estas estúpidas fiestas.

»Todo fue muy doloroso pero seguimos viviendo en la misma casa durante un tiempo, mi amiga Cassia luego me metió en problemas y terminé aquí.

—¿Estás arrepentida? Me refiero a haber terminado aquí…

Justin me mira expectante, esperaba que después de mi confesión él desapareciera de mi vida o me dijera que era una asesina. Nadie puede quererme después de lo que hice pero a pesar de que no sé muchas cosas si tengo una respuesta para eso.

—No. Si no estuviera aquí no te habría conocido. —Él se levanta de inmediato y comienza a caminar lejos de mí, le tomo de la mano—No, no me dejes sola Justin.

—No te estoy dejando ____, tengo que estar lejos de ti por tu propio bien sino podría hacer algo estúpido… como besarte.

Ni siquiera me pregunto porque eso podría ser estúpido —No, no. —Me levanto y lo miro directamente a los ojos, soy mucho más pequeña que él pero hoy estoy a la altura de su mirada— Bésame.