Heartless |Justin Bieber|

53.

«Justin»

Tras un incesante parpadeo abrí los ojos. Primero me golpeo un dolor de cabeza mejor conocido como resaca, luego, lo que me pego fue la imagen de Grace a pocos centímetros de mi cara. 

Los recuerdos de la noche anterior se aglomeraron en mi lóbulo frontal exigiendo cada uno ser el centro de atención. 

—A veces babeas, Justin —Dijo y se alejó de mi —Mi hermana ha dicho toda la mañana que va a matarme, lo siento ¿Puedes volver como fantasma y contarme que tal es? 

Intente comprender de que me hablaba, pero a esta hora de la mañana pensar parece ser una de las tareas más difíciles —Mmm ¿qué tal es el qué?

—Ya sabes… ¿La muerte? 

Abrió sus ojos en grande y luego se fue, lo que me dio algún tiempo para pensar mejor en que pasó ayer.

Mierda.

—Antes que nada: ¿Puedo decir que me alegra no verte con una cacerola en este momento? —Le dije a ___ en cuanto la vi aparecer en el salón. Espere que ese recordatorio la hiciera reír o calmara un poco la situación, después de todo ella había estado igual que yo en otro momento, pero todo lo que ella hizo fue fruncir el ceño y apretar sus puños, pude ver en su rostro que había estado llorando y recé por no ser el causante.

—¿Estás echándome en cara lo de esa vez? —Joder, podía leerme mejor que nadie. Negué con la cabeza— Eso es genial porque aquello fue algo totalmente diferente, no había padres molestos en la misma casa de por medio.

Me senté en el sofá mareándome con el intento y esa sensación, puedo decir, es extraña… Como un dolor que muy en el fondo es agradable, o quizás solo fue mi cuerpo hablando “No vas a sentirte mejor que esto en mucho tiempo… Acostúmbrate a sufrir” Tarde para el aviso, eso vino en la caja de instrucciones para mi vida.

—Escucha yo lo… —____ me interrumpió antes de que pudiera terminar.

—No digas lo siento o juro que sales en el próximo programa de “Discovery investigation”… como víctima. —Me calle de inmediato, lo que pareció complacerla— Ahora si estás bien como para conducir me gustaría que te fueras de la casa si es posible mmm —reviso su muñeca fingiendo que tenía un reloj en ella— Ahora.

—Bebé…

—Nada, fuera.

Lo supe, en el momento en que vi su mirada, supe que ella no iba a hablar conmigo por mucho que insistiera y que lograr obtener su perdón podría ser incluso más difícil que haberla conseguido a ella alguna vez.

¿Cómo es que siempre lo jodes todo? —Me recriminó mi mente, nada satisfecha con lo que pasó— De todas formas siempre supimos que Jeremy tenía razón. ¿No es así? ¿Lo veas ahora, idiota?

Me levante y mire a ____ directamente, mi cabeza preparó un gran discurso para discúlpame, pero todo lo que salió fue un inaudible: —Perdón —Al momento en que la palabra se escapó de mis labios una sensación conocida se acento en todo mi cuerpo: no era suficiente y quizás nunca lo sería. Ella se alejó de mí mostrando por todo su rostro dolor, lo que lo hizo más difícil.

No la detuve cuando se fue de la sala; estaba por levantarme e irme, pero la mamá de ____ se presentó frente a mí y acarició mi frente. 

—Pobre niño, ¿necesitas una aspirina? Descuida, esta familia conoce mucho sobre resacas. —Me quede en silencio observando incrédulo las facciones de su rostro, totalmente iguales a las de ____. —Cariño, ¿estás bien?

—Sí, yo… Mmm, perdón por aparecer en su casa a medianoche.

—No hay problema, yo soy Rose. La mamá de ____ y creo que no nos habíamos visto antes, siéntate.