—¿Para qué me necesita Hokage-sama?
—Deja las formalidades Konohamaru, el día de hoy te tengo una petición bastante importante.
Asintió aún manteniendo esa postura recta y respetuosa. —¿De qué se trata?
El rubio suspiró agotado, todo lo que pasó el día anterior lo tenía con los pelos de punta, tenso e inseguro.
—Es sobre un estudiante de tu equipo, Sarada.— Konohamaru asintió sabiendo perfectamente a quién se refería— Seré claro y directo; Ella tiene la maldición de Odio.
Los ojos del menor se abrieron levemente más de lo normal por la sorpresa, ¿Sarada? ¿Su rival? No puede ser... Pero de todos modos no es tanta la impresión porque se notaba la frialdad en los ojos de ella. Era más que claro que el odio que almacenaba en su corazón era cada vez más grande, provocando que tuviera esta horrible maldición.
—Es terrible, ¿La retiraremos del equipo?
—No, eso es lo último que debemos hacer, sería como la cereza del pastel para que se vaya de la aldea.
—¿Entonces?
—Trátala como a tu propia hija.
La sorpresa no fué para nada disimulada por parte de Konohamaru. No era nada dulce con los niños y por eso nunca se le pasó por la mente tener hijos, su frialdad con los pequeños hacía que sus alumnos fueran severos; No le pintaba mejor trabajo que el de profesor... No el de padre.
—Naru- Hokage-sama. Con todo respeto, no puedo hacer esta tarea; Me doy cuenta a simple vista de que lo que usted quiere es que la trate cariñosamente ¿Correcto? —El mayor asintió— Pero nunca seré así con un niño, Señor, esa frialdad es la que me permitió estár aqui como profesor.
—Y esa misma frialdad puede que esté jugandose la vida de una niña, Konohamaru.
El nombrado bajó la mirada, él jamás había pensado de esa forma, y era verdad, estaba jugándose el futuro de su alumna, la niña con la que compartía su sueño.
—Señor-
—Hablé con Boruto, él te va a ayudar a que Sarada se vea cómoda y alegre el mayor tiempo posible— se levantó de su asiento para acercarse al menor— Confio en tí, trata de hacer tu mayor esfuerzo.
No podía negarse, el Hokage había puesto toda su confianza en las manos de él. Admiraba a Naruto por lo que aceptó ya que le debía muchas.
Salió de la torre Hokage y se diriguió al campo de entrenamiento #7, hoy tendrían que entrenar ya que hace mucho que no lo hacían.
Comenzaba la misión.
—¡Llega tarde Konohamaru-nii-chan!-
—Lo lamento. Y también no me digas así Boruto, llámame Sensei.
No pudo evitar diriguir su mirada a la azabache, esta tenía una mirada tan vacía que pareciera que no tuviera alma; Un escalofrío recorrió su columna vertebral al ver esos orbes ónix tan profundos.
—Hoy vamos a prácticar lanzamiento de shurikens. Primero tú, Mitsuki.
El nombrado lanzó un total de seis shurikens, dando en el blanco cinco.
—Muy bien, ahora es turno de Boruto.
Este también lanzó seis, acertando solamente tres.
—Deficiente.
—¡Déjame intentarlo de nuevo!
—No, es el turno de Sarada.
La nombrada no permitió que el mayor se apartara del frente. Lanzó un total de ocho shurikens, acertándolos todos.
Konohamaru iba a regañarle por no haber esperado a que se apartara; Pero en sus ojos se veían dos sharingans de dos aspas, así que por el momento optó por ignorar la situación anterior.
—Muy bien, nunca desepcionas con tu puntería.
Ella dió media vuelta y se sentó en una roca cruzando sus piernas. Suspiró cansada y apoyó su mejilla en su mano.
Boruto y Konohamaru le ponían especial atención a cada movimiento y gesto por parte de la chica, intentando ver algo que les indicara que todo iba bien. Ella claro que se daba cuenta, pero los ignoraba.
—Ahora vamos a practicar el Jutsu multiclones de sombra. —Decía Konohamaru.— Inténtelo en el mismo orden en que pasaron en el ejercicio pasado.
Mitsuki hizo tres clones sólidos sin mucha dificultad. Boruto cinco. Pero Sarada solo logró crear dos ilusiones.
La chica de inmediato lo intentó de nuevo, una y otra vez, pero de dos ilusiones terminó haciendo solo una como resultado de agotar su chakra.
—Sarada no te preocupes... —Decía el mayor hasta que la chica le miró con frustración y rabia contenida.
—Sigan con sus cosas, terminaré cuando logre hacer clones sólidos.
No pudo evitar fruncir el ceño. Esa niña le acababa de dar una orden, faltándole el respeto y quitándole la autoridad a él mismo.
De nuevo se mordió la lengua, estaba haciendo todo lo contrario a lo que hubiera hecho en otra situación; Pero le sorprendía el hecho de que la actitud de Sarada era más parecida a la de Boruto y el último había adoptado la personalidad de la chica ¿Qué había pasado ahí?
Media hora, una hora, dos horas... Aún cuando sus compañeros y profesor se habían ido, ella seguía ahí.
Sus manos temblaban, sentía su pulso acelerado e irregular y sus ojos ardían, casi como lo habían hecho el día anterior.
Sin fuerzas se dejó caer de forma seca sobre el verdoso y semi húmedo pasto, miró un punto fijo en el cielo color naranja. Era tarde, pero eso no le importaba.
¿Porqué? no entendía porqué fué que atrasó su huída porque realmente tenía claro que ya no había nada para ella en esa aldea.
Quizá tenía miedo. Por más odio que había en su corazón, aún existía una parte de su cerebro que pensaba de forma neutral; Tenía solo doce años, era una presa fácil, cualquier ninja renegado podría hacer con ella lo que le diera la gana.
Si comparaba su fuerza con la de su madre no había ni una pequeña de duda de que ella perdería inmediatamente ante la Kunoichi; Su padre tenía un Rinnegan y un Mangekyo Sharingan, ella nisiquiera tenía el Sharingan completo; No era una Jinchuriki. Simplemente apenas intentara irse su familia la encontraría y traería de vuelta en un dos por tres.
Era una niñata que nisiquiera sabía hacer un clon de sombra sólido.
—Te puedo ayudar con eso.
Una voz cerca de su oido le provocó un escalofrío que la impulsó a levantarse, pero su acción fué interrumpida por algo que la sujetaba alrededor de su cuello.
Con palabras ahogadas pudo formular con dificultad su incógnita. —¿Quién eres?
—¿Quieres ser fuerte?
Por más que intentaba voltear el rostro para ver quién era el que le hablaba, simplemente no podía, aplicaba mucha fuerza en su cuello para que no pudiera voltearse.
—Si. Pero sin tu ayuda bastardo.
Una suave risa fué lo último que escuchó antes de sentír un fuerte dolor en su muñeca.
Su grito fué ahogado por una biscosa mano, movió su cabeza con fuerza hasta que vió una serpiente mordiendo su muñeca; No... ¡Era una cabeza!
—Serás mi favorita ahora.
Y así la chica se dejó vencer por el dolor, respirando cada vez más lento hasta desmayarse y dejando que la espesa neblina de sus pensamientos y cordura la invadiera.
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La Maldición de Sarada Uchiha [👓] Naruto
Fanfiction©Historia Original Prohibida su copia y adaptación. (La historia es mia, algunos personajes son inventados pero los demás son del artista Masashi Kishimoto) ➡Lenguaje vulgar ➡Sadismo ➡Violencia ⚠Aclaraciones⚠ ✔Esta historia no tiene nada que ver co...