Kunai 33

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Naruto dejó de respirar un momento, casi se atraganta con su propia saliva.

El Uchiha mayor miraba a su descendiente fijamente, la chica casi sentia que la estaba apuñalando con esos ojos tan frios.

Sasuke se acercó a la pelinegra, Sarada estaba preparada para otro golpe, pero se sorprendió al sentir la cálida mano de su padre acariciar con lentitud y cuidado su mejilla, la misma que el Uzumaki había golpeado.

-¿Con qué derecho tocaste a mi hija?-

El rubio estaba estático.

-¿Como..?-

-Estaba afuera desde que los demás mocosos se fueron.- Un brillante Sharingan decoraba el rostro del hombre.- Pudo haber cometido algo muy desagradable.- La chica bajó la mirada.- Pero eso no es excusa para haberla golpeado.-

-Sasuke...-

La pequeña notó como ahora el que estaba siendo juzgado era el Hokage, aquel que hace unos momentos hacia lo mismo con ella.

-Estás abusando de tu poder como Hokage, Naruto.-

El Uzumaki estaba muy molesto, nadie tenía derecho de decirle lo que hacia mal o lo que hacia bien.

-¡¿Qué te pasa Teme?! ¡Esta niña que defiendes es la asesina de tu hijo!-

-Si yo la quiero odiar, golpear o maltratar seré yo, ¿De quién era el hijo? El único que tiene derecho de molestarse con ella soy yo.- El Uchiha abrió la puerta y empujó un poco a su hija para que saliera.- Ni yo, que soy el padre que la engendró la juzgo.-

Sarada estaba sorprendida, no se esperaba para nada esa reacción.

Salieron de la oficina del Hokage, el cual estaba que hechaba humo, podía ser su mejor amigo, pero había irrespetado su autoridad.

La pelinegra estaba algo incómoda, solo seguía a su padre, el cual pareciera que no sentía nada; No le gustaba eso de él, nunca se sabe si está feliz, triste, molesto... Es como si estubiera siempre en un estado neutro.

-Sarada.-

La chica se detuvo, estaban en el que fué alguna vez su hogar.

Pero Sasuke no entró, se sentó en unas de las rocas que tenían forma de asiento ubicadas en el patio; Ella no se sintió con confianza por lo que se quedó de pie.

-Sasuke yo...-

-Dime papá-

La chica bajó la mirada.

-No creas que te eh perdonado, eso no pasará ni en mil años.- Se desabrochó su capa y la dobló en sus piernas.- Pero no te puedo rechazar, castigar u odiar, porque en mi tiempo también hice lo mismo.-

La ex-miembro de Minatsuki se sentía mal consigo misma, casi estaba empezando a sentir como Kirai se apoderaba de su cuerpo de nuevo.

-Papá.-

-Como pasé la pérdida de un hermano, y además que el que acabó con su vida fuí yo, sé que el castigo más grande es la culpa.- Sonrió levemente.- No hay día que no recuerde a Itachi, su sonrisa, sus ojos... Esa es mi tortura, saber que yo terminé con todo eso.-

Sarada sabía algo de esa historia, por el Genjutsu que le hizo su padre tiempo atrás y por las historias que le contó Orochimaru.

-Puede que nunca escuchaste su voz, nisiquiera viste sus ojos; Pero era tu hermano, y para que tengas el Mangekyo lo amaste aún sin conocerlo.-

La menor levantó el rostro sorprendida.

-¿Cómo..?-

-Boruto, él te vio antes de que te fueras esa noche.-

Sus manos temblaban levemente, él la vió... Conoció el monstruo que era.

-No te equivoques, el mini dobe bipolar no te odia.- Suspiró.- Es un insistente, Naruto no lo dejaba salir a buscarte.-

-¿Porqué?-

-Pensaba que eras una mala influencia para su hijo.-

Sarada bajó la mirada.

-Y lo soy...-

-Boruto no piensa así, a veces pienso que en el pasado ustedes tuvieron algo porque no es normal que sea tan intenso.- Bufó algo molesto.- Parece que te quiere mucho.-

La chica rió levemente, si supiera que se besaron en más de una ocasión.

-Y creo que el sentimiento es mutuo.-

Su risa cesó para darte realce a un fuerte sonrojo que decoró su levemente pálido rostro.

-¡E-Eso no es cie-erto!-

Sasuke sonrió.

-Sarada.- La menor miró a su padre.- Quiero que sepas que aunque ni tu madre ni yo te perdonaremos nunca.- Se puso de pie y se acercó a su pequeña.- Te queremos mucho, y eso no lo puede cambiar nadie.-

Con su dedo indice y medio dió un suave golpe en la frente de su hija, la cual derramó un par de lágrimas por la felicidad.

-Ahora ve a buscar al mini dobe, a estado esperándote desde hace bastante.-

No esperó más y se marchó de ahí, pero antes gritó un poco alto para ser bien escuchada.

-¡Te quiero papá!-

Sasuke sonrió y cuando la niña ya no estaba a la vista, escuchó la puerta de su casa abrirse.

-¿Porqué le dijiste cosas tan lindas?-

-Sabes que no le queda mucho tiempo.-

La pelirosa se puso al lado de su esposo a la vez que miraba a la misma dirección que él.

-Pero eso no tiene que pasar, podemos...-

-No Sakura, desde que nació sabiamos esto.- Tomó la mano de su mujer.- Solo espero no la afecte en el peor momento.-

-Perdón Sasuke-kun, no fuí una buena madre.-

-Ni yo un buen padre, nuestros hijos son el reflejo de nuestra inmadurez.- Miró a un par de niños correr por ahí.- Por culpa de nuestros errores nuestro hijo ya no existe y nuestra hija está a punto de perder lo único que le permite ser una ninja.-

La Maldición de Sarada Uchiha [👓] NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora