Kunai 36

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Los ANBU's habían llegado al hospital, pero el que cargaba a la chica en especial buscaba a alguien.

-¿Qué sucede?-

Una enfermera apareció frente al grupo, ella notó de inmediato a la chica que estaba entre los brazos del que era un poco más alto entre los presentes.

-Tratenla lo más pronto posible.-

-Pero en este momento...-

-Ordenes del Séptimo Hokage.-

La mujer asintió sin poder negarse y les señaló unas escaleras al final del pasillo.

-Porfavor suban por ahí y dejenla en el cubículo B6, voy a informarle a la doctora Uchiha para que la atienda.-

Le tendió una llave a uno de los enmascarados para despúes retirarse.

Subieron y la dejaron en el lugar indicado.

Ella tenía toda la zona de la nariz hinchada y con rastros de sangre; Los tres sabían que la Uchiha no pudo haber hecho la escena del Departamento de Policia por el simple hecho de que los restos de Chakra en el lugar no era del mismo tipo que el de ella.

Además de que esos hombre no fueron atacados, si no controlados.

-Deberiamos irnos.-

-No podemos, el Hokage nos ordenó la vigilaramos.-

-Pero para eso solo basta que uno se quede.-

-Entonces lo haré yo.- Dijo el de máscara de conejito.- Si sucede algo les informaré.-

Los otros dos asintieron dando su aprobación, en una leve nube de humo se retiraron de la habitación.

El chico que había quedado se ocultó en una esquina del lugar, donde nadie lo viera para así tener la ventaja por si alguien llegara a atacar.

-Sarada...- Fijó sus orbes en la chica.- Te extrañé mucho.- Terminó de decir el chico de cabellera albina.-

-¡Doctora Uchiha!-

Se maldecía una y otra vez, si no encontraba a la pelirosa a tiempo de seguro el Séptimo se daría cuenta y la despedirían por su poca eficasia.

-¡Doctora Uchiha!-

Suspiró aliviada al doblar en el pasillo y verla tomando una taza de té a la orilla de la ventana.

Pero sintió su piel erizarse, algo no estaba bien con ella... Se veía aún más fría de lo que normalmente era.

-¿Qué ocurre Akira?-

-Ah ingresado una nueva paciente, el Hokage ordenó se le atendiera enseguida.-

La mujer volteó el rostro levemente hacia la principiante.

-¿Nombre de la paciente?-

La menor palideció, había olvidado preguntarle el nombre y el apellido.

Sakura notó el nerviosismo de la chica.

-Olvidalo, ¿En qué habitación se encuentra?-

-¡B6!-

-No creas que por decirme un número voy a olvidar esto.- le lanzó la taza de té y la chica la tomó en los aires, notó que dicha pieza de porcelana ya no tenía líquido.- Voy a decirle a Shizune que se encargue de ti, parece que te hace falta repasar un poco más antes de empezar trabajar enserio.-

-Si... Si Señora Uchiha.- Respondió la chica cabizbaja, normalmente le llamaría la atención de forma muy suave, algo estaba muy mal.-

Hiba a paso decidido hacia la habitación de la paciente "urgente"

Las enfermeras al verla se apartaban y le hacian una leve reverencia; Aquella pelirosa había sido su profesora o sensei en algún punto de sus vidas, le estaban rotundamente agradecidas porque gracias a ella esque tenían ese trabajo.

Pero desde hace un tiempo atrás la ex-Haruno ya no era como la recordaban, aquella hermosa sonrisa ya no existía y sus orbes esmeralda perdieron su brillo.

Vamos, ¿Quién seguiría viviendo igual despúes de lo que le pasó? Ino, Hinata, Tenten y hasta Temari intentaron sacarle una sonrisa, pero fallaron en el intento.

Abrió la puerta de golpe, le molestaba que Naruto-baka le trajera idiotas y dijera "Es urgente" ¿Qué se creía?

Pero al acercarse a la camilla su respiración se detuvo al igual que sus manos. Un frío recorrió su cuerpo, un frío asesino.

Las palmas de sus manos temblaban con ansiedad.

-Tú...-

Una sonrisa decoró su muy levemente arrugado rostro, podría tomar venganza.

Rodeó sus manos a lo ancho de la garganta de la pelinegra y empezó a apretar suavemente.

-Señora Uchiha.-

No se detuvo, aún cuando sintió un Kunai presionar su cuello, al igual como hacia con la chica que se empezaba a ahogar.

-Detengase.-

-No.-

-Es tu hija.-

Los ojos esmeralda de la mayor seguían opacos, consumidos por la sed de venganza.

-Quítate Mitsuki.-

-No permitiré que le hagas algo.-

-Estoy tomando su pulso...-

La pelinegra abrió sus ojos, estos se abrieron aún más al ver la mirada de su madre fija en ella.

De inmediato tomó por las muñecas a la pelirosa y trató de quitarselas de encima.

-Mamá...- Nombró Sarada en un suspiro, se estaba asfixiando.-

-¡No me llames asi!- Apretó aún más fuerte por lo que la menor chilló.- ¡No te reconozco como mi hija!-

La Uchiha menor casi escuchó como su corazón se rompía, había sido un golpe muy bajo.

-¡SEÑORA SAKURA!-

El albino escuchó un ruido afuera del hospital, pero de no haber sentido un Chakra diferente a lo que realmente conoce segurente lo hubiera ignorado.

Soltó un segundo a la pelirosa y se asomó rápidamente por la ventana. Notó una sombra bajo el enorme árbol que decoraba el patio trasero de la gran edificación.

Lanzó un par de Shurikens y la sombra desapareció; No antes sin haber escuchado una clara maldición.

Se volteó preocupado al escuchar un golpe seco.

-¿Qué hice..?-

Tomó la mano de la mujer que estaba en el suelo y la miró fijamente.

-¿Cómo se encuentra?-

-¿Qué hice?-

Movió su cabeza siguiendo el punto que miraba con tanto interés la pelirosa hasta posarse en la camilla de la habitación, se puso de pie  y empezó a tomarle el pulso a la chica.

-Maldita seas Sumire.-

La Maldición de Sarada Uchiha [👓] NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora