[Kunai 13]

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Los chillidos que provocaban las armas al chocar una con la otra mantenían a los espectadores tensos. Ambos bandos sabían a simple vista de que el encuentro era bastante violento; Ninguno tenía pensado dejar al otro en buen estado.

-¡Katon: Gōkakyū no Jutsu!

Una bola de fuego salió disparada en dirección a su contrincante, quien rápidamente reaccionó.

-¡Doton: Doryūheki!

La bola de fuego chocó con la pared que formó el sujeto, provocando que ambos Jutsus desaparecieran.

Sarada sabía que el elemento tierra funciona más que todo para defender, por lo que no le serviría atacar a distancia.

-¡Kage Bunshin no Jutsu!

La pelinegra notó cómo él hacia el Jutsu clones de sombra, pero aunque ella tenía el sello de Orochimaru, no confiaba del todo en hacer clones para pelear con ellos; Asi que con su Sharingan pudo deshacer los clones rápidamente.

Tenía que plantear un plan, pero esque era su primera pelea real, donde si se distraía un segundo, podría salir gravemente herida.

-Mátalo.

El hombre diriguió un golpe a la chica, pero esta enrealidad era un tronco "Kawarimi no Jutsu (Jutsu reemplazo de cuerpo)" Sin darse cuenta había caído en una trampa, estaba encima de varios papeles bomba.

-¡Maldición!

Como era de esperarse la chica los activó, provocando que el contrario obtuviera varias heridas y quedara bastante mareado.

-Katon: Ryūka no Jutsu.

Un potente hilo de fuego fué diriguido al hombre, dándole de lleno en el estómago.

Las llamas consumian el cuerpo de él, se movía desesperado, pero al estár perturbado por los papeles bomba no podía reaccionar bien.

Los bandidos miraban a su lider retorcerse, no sabían ayudarlo o si salir corriendo como los malditos cobardes que eran.

Una cuarta aspa aparecía en los ojos escarlata de la Uchiha, pero de inmediato reaccionó logrando que esa aspa desapareciera, no quería matar a nadie otra vez.

Con un hábil movimiento de manos las llamas cesaron, dejando a la vista un hombre con quemaduras graves.

-Lástima, esperaba un poco más de diversión.

Las palabras sádicas de parte de la chica tensaron a los bandidos, los cuales levantaban a su líder y se lo llevaban lejos de ese lugar, dentro del oscuro y espeso bosque.

-Sarada...

La chica volteó la mirada en dirección a su equipo, un poco más relajada desactivó su Sharingan y suspiró.

-Vayamos a un río, necesito lavarme el rostro.

-¿No es mejor volver a la aldea?

Negó. -No es necesario, es importante ese mensaje ¿Verdad Sensei?

El nombrado asintió pero aún asi hablo firme. -Sarada, no pasaré de alto todo esto. -La pelinegra le miró seriamente. -Tú no deberías ser capaz de hacer los jutsus que hiciste antes. Te falta muchísimo más tiempo de entrenamiento y manejo del chakra. -Todos miraban a Sarada con interés. -Además ¿Porqué demonios tenías cuatro aspas en tu Sharingan? eso es- -Fué interrumpido por la chica.

-No lo sabes todo de mí, Konohamaru-sensei -Dijo mientras se colocaba de nuevo sus lentes que le había quitado al bastardo de antes. -Y por cierto... -Sus ojos tenía un color más opaco, no había brillo alguno en estos. -Odio que me subestimen.

Y con esas últimas palabras empezó a caminar en dirección al río más cercano, solo con poner un poco de atención pudo localizar el sonido del agua golpeando con insistencia las piedras.

El mayor del equipo se veía molesto, ¿Se estaba mandando sola? ¿Le dió una orden? No recordaba en ningun momento haber aceptado la idea de ir al maldito río del demonio.

Pero era cierto, el mensaje si era un poco importante, si se devolvían a la aldea Naruto le haría muchas preguntas a la vez que se atrasarían en enviar el comunicado.

Era irresponsable de su parte, pero lo más importante era terminar la misión. No dejaría que sus alumnos volvieran a peligrar, de eso estaba totalmente seguro.

-Vamos.

Dijo el mayor para despúes empezar a caminar, los menores le miraron y levantaron sus hombros mientras lo seguían, sin decir nada.

Sarada llegó rápidamente al río, notando lo pura que se veía el agua, casí transparente.

Tomó un poco en sus manos y lavó su rostro con fuerza.

"-Eres un monstruo." Pensaba la chica mientras su ceño se fruncía. "-Mataste a un hombre, uno que de seguro tenía familia." Sus manos subieron y sus propias uñas lastimaban su cara. "-Y además lo disfrutaste."

Cuando su rostro empezó a quemar se detuvo abruptamente, de verdad ya no pensaba en lo que hacía, su cuerpo no era suyo.

Su reflejo en el agua era lamentable; Rasguños decoraban cada centímetro de su piel aunque estos no durarían mucho puesto que no eran profundos, pero aún así era horrible. Verse tan lamentable era horrible.

-¿Sarada?

La nombrada se puso de pie, dándole una última mirada al río.

-¿Qué te pasó? -preguntó Mitsuki ante las finas líneas rojizas en el rostro de la contraria.

Ella sonrió muy levemente, casi imperceptiblemente, sus labios formaron una línea recta sin mucha emoción.

-La sangre no se quitaba, así que utilicé un poco de fuerza y tallé.

Un poco más arriba de la loma Boruto y Konohamaru la miraban espectantes, esperando impacientes para alejarse de ese lugar.

-Vamos Mitsuki, hay que terminar la misión lo antes posible.

Frunció el ceño curioso. -¿No te vas a ir?

Sin poder evitarlo rodó los ojos.

-Maldita sea. -se volteó para encararlo. -No es de tu incumbencia, así que deja ya la insistencia de querer saber todo lo que voy a hacer. -miró de reojo y notó que el rubio y su sensei ignoraban lo que pasaba ahí. -Si me voy es porque yo lo quiero así.

-Y no te estoy negando ese hecho.

-Pero me estás acosando y sabes muy bien que eso no me gusta en lo absoluto.

-No te estaba acosando. -bufó cansado. -Tú eres la que interpreta cosas que no son.

-Ah ¿No? ¿Entonces qué estás haciendo?

-Solo pensaba ayudarte.

Rechistó. -Pues no necesito de tu miserable ayuda.

El albino rió sarcásticamente, poniendo nerviosa a la chica. -Juegas de fuerte solo por haber derrotado a aquel sujeto -la señaló con desprecio, ya cansado de ser tratado así. -Pero los cuatro sabemos perfectamente que ese tipo no tenía nisiquiera un conocimiento básico de nada. Era como pelear con un niño que si acaso sabe un par de Jutsus, solo era suerte el hecho de que sus hombres nos lograron retener un buen rato. -Bajó la mano a la vez que la miraba con molestia. -Me gustas, sí, pero no dejaré que solo por eso te sientas con el poder de tratarme despreciativamente. -Se acercó a su oido para susurrarle lentamente. -Todos te tienen miedo, pero no me tiembla la mano para intentar asesinarte.

La pelinegra estaba levemente sorprendida, hubiera esperado esas palabras de cualquiera, menos de Mitsuki.

Ambos volvieron al lado de su equipo, pero el ambiente era tenso, casi palmable. Sarada nunca vió al albino como su cómplice, pero ahora sabía muy bien que no era un amigo.

Tendría que luchar con la voz en su mente, Orochimaru presionandola para que escapara y Mitsuki dándole miradas fastidiadas.

Esto se está poniendo de puta madre.

La Maldición de Sarada Uchiha [👓] NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora