Shuriken 2

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Al escuchar susurros cerca de él, inmediatamente se puso alerta.

Se agachó para esquivar un kunai que estaba diriguido a su sien.

Miró de donde venía dicha arma y pudo ver una silueta femenina tambalearse entre los árboles a su alrededor.

-¡¿Sarada?!-

La chica salió de su escondite para revelar a una joven bastante atractiva, pero esa no era su pelinegra.

-¿Quién eres?-

Una suave risa sarcástica salió por parte de la contraria.

-Solo por ser tú te diré, me llamo Rin Uzumaki.-

Él la miró con desconfianza, esa peliroja no le daba muy buena espina.

-Hija de Karin, no somos familia, aclaro por si acaso.-

-Lo sé, te pareces mucho a ella.-

-¿Lo tomo como un alago?-

Vió de reojo como un par de sombras saltaban entre los techos de la aldea.

-¿Quieres distraerme?-

-¿Lo hago bien?-

Ambos chocaron kunais y se miraban fijamente, casi sus respiraciones se entrelazaban.

-¿De donde eres?-

-Solo eh venido a dejar algo, lo demás no es de tu incumbencia.-

-¿Tanto os preocupo que tuvieron que enviar a alguien exclusivamente para entretenerme?-

-No te creas demasiado, hijo del Hokage.-

Los ojos de la chica eran marrones con una cierta tonalidad de verde; Una convinación bastante llamativa.

-Y tú no juegues de fuerte cuando no lo eres.-

La peliroja saltó hacia atrás mientras desaparecia entre los árboles.

-El plan a concluido.-

El Uzumaki quedó solo en la mitad de la noche, un grito desgarrador llamó su atención y de inmediato se diriguió al lugar de donde provenía.

Su mente intentaba analizar todo lo ocurrido ¿Qué había pasado? ¿Porqué esa chica tenía un uniforme similar al de Akatsuki? ¿Porqué varios sujetos más entraron a la aldea? ¿Porqué nadie los vió?

No tardó en llegar a su destino, se preocupó al ver que el grito provenía de nada más y nada menos que del hogar de sus tíos.

Entró sin ningún cuidado y su sangre se heló al ver la escena que se encontraba frente a él.

Tembló levemente y sintió que alguien los observaba en donde estaba ubicada la cocina; Volteó la mirada para encontrar unos hermosos ojos escarlata, en ellos se veían perfectamente un par de Mangekyo Sharingan.

-No...-

Al parpadear la silueta de su amiga desapareció.

-¡MALDITA SEAS SARADA!-

El llanto de su tía le provocó escalofríos y juntó sus párpados para no volver a ver aquella escena tan desagradable.

¿Porqué?

La sangre espesa y brillante rodeaba el cuerpo inerte en el suelo, los ojos de este eran opacos, sin vida.

¿Lo hizo por el poder? ¿Enserio? Entonces... Si lo quería tanto, ¿Porqué lo asesinó? De no haberlo amado seguro su Mangekyo no hubiera despertado.

La Maldición de Sarada Uchiha [👓] NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora