Kunai 32

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El camino a Konoha fué relativamente rápido, tardaron alrededor de 15 minutos.

-¡Que eterno fué este viaje!- Dijo ChouChou respirando agitadamente.-

Todos la miraron y rieron.

-Deberias dejar de comer tantas patatas, eso te tiene tan gorda y fea.- Inojin siempre a sido un insensible al igual que su padre.-

Todos callaron al ver a la Akimichi literalmente hechando humo.

-¡¿Gorda?! ¡Por lo menos no me preguntan si soy hombre o mujer!-

Todos estallaron en carcajadas, todos menos el Yamanaka.

Sarada estaba relativamente tranquila, muy probablemente tendría que ver al Hokage, aquel hombre al cual le dió sus ultimas esperanzas, la poca confianza que le quedaba y pues... Fué cruelmente herida.

La torre era exactamente igual, y no solo eso, la aldea era identica a como la recordaba.

Shikadai tocó la puerta de la oficina del Hokage, despúes de oir un suave "Adelante" los chicos entraron al lugar.

El rubio al levantar la mirada de sus papeles vió a dos rostros desconocidos y uno que había cambiado un poco pero aún asi logró reconocerlo.

Se puso de pie casi sin darse cuenta.

-¡Sarada!-

La nombrada se arrodilló, lo cual sorprendió a los presentes.

-Hokage-sama, es un honor estar ante su presencia.-

El Uzumaki estaba afligido, la manera de llamarlo sonaba tan especial... Nadie nunca lo hacía sentir tan poderoso e importante como aquella chica.

La pelinegra miró con severidad a sus compañeros, los cuales imitaron la pose de la Uchiha.

-Por favor levantensen.- La petición fué escuchada y acatada.- ¿Quienes son ustedes?- Dijo mirando a los desconocidos.-

-Mi nombre es Uzumaki Rin, hija de Uzumaki Karin.-

-Mi nombre es Haruo.-

-¿Apellido?- Preguntó el Hokage.-

-No tengo... Soy un experimento de Orochimaru.-

El rubio asintió entendiendo, era como Mitsuki.

Notó como la Uchica llevaba la banda de Konoha amarrada a su cintura, lo cual le dió una pequeña señal de que aún amaba a su aldea natal.

-Bueno, siento que tienen algo que decirme y pues... Los escucho.-

El primero en hablar fue Haru.

-Orochimaru nos prometió poder, seguridad y un hogar.-

Le siguió Rin.

-Pero nos dimos cuenta que nos traicionó, asi que creemos correcto contarle sus planes a usted.-

La encargada de completar el relato fué Sarada.

-Él creó un clan con los ideales de Akatsuki, lo nombró Minatsuki.- Dijo a la vez que buscaba algo en su bolso de misión.- La mayoria de los miembros son experimentos con células de anteriores shinobis al igual que Haru. -Extendió un mapa en el suelo de la oficina, todos se acercaron a mirar.- Su actual base está cerca de la aldea del Sonido, si acaso a una hora de aqui.- Decia mientras con su dedo indice señalaba el camino que querían tomar.- Piensan bajar por el Noroeste del País del fuego, hasta llegar a la frontera, de ahí se van a diriguir directamente aqui.-

El Hokage miraba con atención el mapa, tratando de crear algún plan

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El Hokage miraba con atención el mapa, tratando de crear algún plan.

-Entonces hay que reforzar la frontera con los del Sonido.- Decía el rubio.-

-No.- Negó Rin.- Orochimaru no es tonto, al notar nuestra ausencia dará por un hecho de que los vinimos a delatar.- Se arrodilló al lado de Sarada.- Hará todo lo contrario, va a ir a la Hierba o a la Lluvia, de ahí todo lo anterior es exactamente lo mismo.- Dijo poniendose de pie nuevamente.- Yo diria que hay que reforzar las fronteras entre esas dos aldeas.-

Sarada y Haru asintieron aprobando la idea de la pelirosa, no era fuerte en combate, pero la maldita era buena estratega.

-Bueno...- El Uzumaki estaba algo confundido.- Retirensen todos menos Sarada.-

-¿Y nosotros?- Preguntó Haru.-

-Shikadai se encargará de llevarlos a una celda, será por lo mientras que pienso en que pueden ayudar.-

El pelinegro y la pelirosa no les quedó de otra que aceptar.

Cuando solo quedaban el Uzumaki y la Uchiha en la oficina el mayor comenzó a hablar.

-¿Cómo te atreves a poner un pie en esta aldea de nuevo?-

-Hokage...-

-¿Puedes acaso imaginar lo que a sufrido tu madre?-

-Yo no...-

-¿No fué tu culpa? ¿No fuiste tu?- El rubio se acercaba lentamente a la menor.- ¿Te dejaste controlar?-

-¡No me dejé!-

-¡¿Entonces?!-

-¡Fuí obligada!-

Un sonido sordo inundó el lugar, a la vez que la mejilla de la Uchiha se volvía roja.

-¡¿Quién fue la que se dejó controlar por el odio?!-

La chica estaba en shock, aquella persona que consideró su figura a seguir... La había golpeado.

-¡¿Quién fué la que asesino a su propio hermano?!-

Le dolía, pero no la zona que recibió el golpe, si no su corazón.

-Ustedes...-

-¡¿Qué?!-

El Hokage estaba fuera de si, nisiquiera se dio cuenta del momento en que golpeo a su sobrina.

La pelinegra respiró ondo un par de veces.

-Gritame, golpeame, juzgame... Pero no recibirá ninguna respuesta negativa por mi parte.- Miró a los ojos a su tio.- Me di cuenta de que haga lo que haga, no podré cambiar la imagen que tienen las personas de mi.-

Separaba y juntaba sus labios, no sabía que decir ante aquellas palabras. Era un maldito.

-Sarada-chan... Sakura es mi mejor amiga y no me gusta verla mal.-

-Ella es mi madre Hokage-sama, ¿Me cree con tan poco corazón como para haber hecho eso sin arrepentirme cada día?- La chica fijó su mirada en el suelo.- Sé que no hay excusa que valga por lo que eh hecho, pero no hay castigo más horrible que la culpa.-

Un par de golpes en la puerta interrumpieron las palabras del mayor.

-Adelante.-

Sarada sintió un nudo en su garganta al ver a la persona que pasó; Era de las últimas que quería ver.

-Papá...-

La Maldición de Sarada Uchiha [👓] NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora