[Kunai 11]

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El viento rápidamente azotó su cabello, provocando que perdiera un poco la velocidad con la que corría.

Si no se apresuraba de seguro se molestarían con ella, eso le importaba poco, pero había que evitar cualquier antercado.

El viento de nuevo la empujó, en ese momento se dió cuenta de que no era normal, alguien estaba usando un jutsu de dicho elemento.

Se detuvo y observó todo cuidadosamente son su Sharingan activo. Descubriendo a los segundos quién era sin ninguna dificultad.

-¿Qué quieres Mitsuki?

El nombrado salió de su escondite y se acercó a la chica con paso lento, haciendo que la pelinegra se moviera un poco inquieta en su lugar.

-¿Es hoy?

Desactivó su Sharingan a la vez que lo miraba fijamente.

-¿Para qué me preguntas si sabes bien la respuesta?

-Esque en realidad esa no era la pregunta. ¿Vas a irte hoy?

Ella se ajustó sus gafas un poco incómoda, no le gustaba hablar de sus decisiones con alguien que no tenía nada que ver con ellas.

-No lo sé, tengo que ver si se da la oportunidad, Konohamaru y Boruto me tienen muy vigilada.

El albino tomó un mechón del cabello de la chica, lo inhaló lentamente, recordando el dulce aroma de ella y sonrió.

-Me gustas

La Uchiha solo lo miró, se había dado cuenta ya de esos sentimientos hace algún tiempo, pero era lógico que no eran mútuos.

-Y por eso quiero ayudarte -se alejó de ella mientras le sonreía ladeadamente.- Te daré la oportunidad, tú aprovecha. Me encargaré de distraerlos.

Sarada no pudo dar su opinión ya que el albino se desvaneció rápidamente en varias serpientes albinas.

Ella había notado las verdaderas intenciones de su compañero, desde que él se unió a su equipo se notaba la obsesión que tenía con ella. Pero en serio solo quería a Mitsuki como un amigo, un compañero, como alguien a quien podía confiarle su vida. Nada más.

A paso acelerado y decidido llegó a la entrada de Konoha, ahí estaba todo su equipo excepto ella, claro. Mitsuki la miraba con complicidad, ella por su parte lo ignoró para no levantar sospechas de ningún tipo.

Despúes de unas cuantas reglas por parte de su Sensei pudieron empezar la misión.

El paso de los cuatro era tranquilo, tenían unos 3 días para llegar, era bastante tiempo pero el Hokage no quería que el viaje fuera agitado, de todos modos no era un mensaje tan urgente.

Llevaban media hora caminando, estaban bastante lejos de la aldea, era la oportunidad perfecta para escapar.

Mitsuki estuvo a punto de crear la distracción, pero unos bandidos interrumpieron su cometido.

-Awww. Son los mimados de Konoha.

-Niñatos de mierda.

-¿Qué quieren? -Les cuestionó Konohamaru manteniéndose sereno y atento a todo el alrededor.

-Un poco de atención. -Hizo unos sellos con sus manos y el equipo se dió cuenta que era un elemento madera- Y no hay nada mejor que conseguirla lástimando al hijo del Hokage.

Boruto y Konohamaru se posicionaron defensivamente. Sarada y Mitsuki los miraban un poco más atrás.

-Es tu oportunidad. -Dijo el albino en un tono más bien bajo.

-Yo sabré cuando lo será.

Y como si de por arte de magia fuera, empezó una pelea que a ojos del equipo 7, era innecesaria y que sólo los atrasaría de cumplir la misión.

Los que antes estaban hablando se dispusieron a pelear, no era justo un diez a dos, y ni aún asi con ellos atacando la batalla era justa.

Sarada peleaba más que nada por Boruto, ella le tenía un cariño extraño a ese rubio y tampoco quería que algo le pasara. Era su compañero y amigo desde la infancia, no podía dejarle en ese momento.

Activó su Sharingan, la situación se había puesto tan seria que ni Konohamaru había podido acabar con los dos con los que peleaba.

Quien estaba peor era Boruto, este peleaba con cuatro a la vez, ni con sus cuatro clones de sombra sólidos podía hacerles frente. A los pocos minutos empezaron a atinarle golpes que lo hacían equivocarse con sus propios ataques.

Konohamaru y Sarada estaban un poco desesperados, en cierta forma les molestaba que no pudieran con unos simples bandidos.

Un grito desconcentró a Sarada, provocando que los tipos con los que peleaba le dieran un golpe certero, cayó de lleno en el suelo a la vez que salía sangre de su boca.

Volteó a ver el lugar de donde venía el sonido que la desconcentró, notando que no era Boruto como pensaba. Vió que a unos 20 metros venían un grupo grande con más personas, se dió cuenta de que estos eran bandidos al igual que con los que estaba ahora.

-¡Vienen más..!

No pudo terminar de dar el aviso porque un pie en su abdomen le sacó el aire. Levantó la mirada y lo miró con toda la rabia que sus ojos escarlata podían expresar.

-Maldita zorra, me doy cuenta a simple vista que eres una Uchiha.- El tipo se acercó lo más que podía al rostro de la chica y le escupió. -Gracias a Dios que ya no hay basura como tú, te mataré para que no te reproduzcas como la cucaracha que eres.

El bandido sacó un kunai, los chicos se dieron cuenta de las intenciones del hombre demasiado tarde.

-¡Sarada!

La tibia sangre corrió lentamente, se veía tan roja como sus ojos. Ante la atónita mirada de los presentes vieron como la Uchiha en un hábil movimiento le había dado vuelta al Kunai en el último momento. La sangre del contrario había manchado el rostro y manos de la chica.

La sonrisa de ella era sádica, casi como si estuviera viendo la mejor escena de su vida.

Sus ojos tenían algo raro, y ellos se dieron cuenta.

-Imposible...

Y era verdad, era imposible, ¿Un Sharingan de cuatro aspas? No, eso no era para nada normal, nadie en el clan Uchiha había despertado tantas aspas, creían que el máximo eran tres.

Su ojo derecho empezó a sangrar y unas punzadas en su cabeza la hicieron reaccionar, darse cuenta de que había matado a una persona, ella, con sus manos.

Se levantó de golpe. No se molestó en quitar el arma que había dejado en la garganta de su enemigo, simplemente quería huir de ahí. Eso era lo que la había shockeado en el Genjutsu de su padre, ese era su mayor temor, matar a alguien.

Y lo acababa de hacer, sin haberlo pensado un segundo antes... La Sarada de antes hubiera pensado en otra salida, pero lo hecho, hecho estaba. Había matado a una persona.

La primera.

La Maldición de Sarada Uchiha [👓] NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora