[Kunai 12]

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—No es cierto...

Fueron las palabras que salieron de los labios de la pelinegra. Sus manos temblaban mientras quitaba la sangre que había en su rostro, era una mezcla entre la del bandido y de ella misma. Aún no entendía porqué su ojo empezó a sangrar.

No era miedo del todo por haber matado a una persona, claro que le afectaba, pero había algo que solamente ella notó. Los movimientos no los hizo a voluntad, simplemente en ese momento no había sido dueña de su propio cuerpo.

El sello de Orochimaru empezó a quemar, por instinto, con su otra mano apretó la zona donde estaba la marca, pero apenas la tocó su mano de inmediato se alejó, su muñeca de verdad estaba ardiendo.

Podía percibir los pasos de los refuerzos dentro del bosque, se estaban separando, buscaban rodearlos.

Veía como sus compañeros y su profesor peleaban un poco más lento, cualquiera se cansaría de literalmente una pelea sin fin.

Un poco menos mareada vió como con los que antes estaba peleando se veían más amenazantes.

Ellos estaban a punto de hacer unos sellos, pero de inmediato la pelinegra intervino; Con gran rápides formó los sellos correspondientes, "Rata, buey, perro, caballo, mono, jabalí, tigre"

—Katon: Gōka Messhitsu.

Sus compañeros con velocidad se apartaron ante tal ataque; Les sorprendía ver que ella pudo lograr hacer un Jutsu tan avanzado para el nivel que tenían ahora.

Varios de los Bandidos adquirieron heridas, no graves pero si les dificultaría pelear ahora.

—Bien hecho, Sara-

Boruto cortó sus palabras al ver como la chica estaba casi ausente. Su mirada estaba perdida y sus ojos completamente opacos.

La cuarta aspa desapareció, pero aún así su ojo derecho seguía sangrando y esto estaba preocupando a la pelinegra.

—Los hubieras matado.

Ella negó ante las palabras que provocaban eco en su cabeza, odiaba que él tratara de meterle esas ideas tan retorcidas.

Los refuerzos llegaron rápidamente. Ahora sí sería imposible luchar contra ellos, tenían más ventaja, una aplastante.

Mitsuki, Boruto y Konohamaru pensaban en opciones, pero era como si sus cerebros no trabajaran como era debido. El albino se encontraba más serio, tanto que la idea de ayudar a Sarada pasó a segundo plano.

—Muy buenos días. —Empezó a hablar uno de los bandidos. Pero este era diferente. Su porte y forma de hablar lo eran. Seguramente era el líder. —Me da muchísima flojera explicar todo, pero como tengo a una belleza frente a mi, voy a contarles. —Le guiño un ojo a Sarada y esta gruñó levemente. —Escuchamos no hace mucho que Konoha tenía un equipo prometedor y no solo eso, eran hijos de leyendas. —Señaló a Boruto. —Nieto del cuarto Hokage, hijo del Séptimo Hokage el héroe de la cuarta guerra ninja, un niño que tiene un gran futuro. —Ahora señaló a Mitsuki. —Un experimento de nada más y nada menos que de Orochimaru, un poco más fuerte de lo que debería ser a su edad y aunque es extraño, tiene también un futuro prometedor. —Al término, apuntó a Sarada —Ahhh... Pero tú —se rió de forma totalmente burlesca mientras chasqueaba la lengua reiteradas veces. —Hija de Sasuke Uchiha, el cual era un asesino en su tiempo de juventud, despertó la maldición de odio, heredera de su clan maldito... —Bajó su mano, dejando de señalarla. Pasó su mano por su cabeza hasta llegar a su nuca y rascarla. —No tienes ningún futuro... ¡Ah! Cierto, si lo tienes —Levantó una ceja mientras la miraba con desprecio. —La muerte.

Boruto, Konohamaru y Mitsuki lo miraron molesto, estaban hablando mal de su amiga/alumna y eso no lo permitirían.

Pero algo en Sarada hizo click, dejándola un par de segundos sin saber qué contestar.

—¿Y si no tengo futuro a tí que te importa? —Todos se sorprendieron al oír a la chica finalmente responder después de esa pausa. —Por lo menos puedo enfrentarme a alguien sin un maldito ejercito detrás que me cuide el trasero. —Sacó un kunai y señaló al bastardo con el arma, haciendo que este diera un paso atrás. —Ven aquí, te enseñaré como pelea la hija de Sasuke Uchiha. —El hombre la miró molesto. —Ah... Cierto, no puedes hacer nada sin tus amigos.

Boruto sonrió, le fascinaba el hecho de que pusiera en su lugar al imbécil ese. Le gustaba esa parte de ella.

—Maldita insolente. —Dijo uno de los bandidos. —Ni en mil años te podrás poner al nivel de nuestro lider.

La pelinegra rió sarcasticamente, haciendo que los enemigos gruñeran con rabia.

—¿Enserio es su líder? Entonces si él es una basura, ustedes son escoria.

Y ante esas palabras todos los bandidos juntaron sus manos, listos para atacar con sus mejores jutsus.

—Esperen.

La voz del Lider logró que todos se relajaran y bajaran las manos. Era una orden y debían obedecer.

—Hablas demasiado, princesa. —Se acercó a la chica en un suspiro, quedando sumamente cerca de ella. —Eres de muchas palabras pero poca acción. —Boruto, Mitsuki y Konohamaru estaban alerta por si el hombre hacía un movimiento en falso. —Seré sincero. Me llama la atención enfrentarme a una Uchiha. —Tomó la parte central de las gafas ajenas y las retiró, logrando ver el Sharingan aún más intenso y potente que antes. —Hagamos un trato. Sé que tenemos ventaja, así que esta es mi propuesta. —Cerró las gafas y las colgó en el borde de su propia camisa. —Tú y yo en un uno a uno. Si gano mis hombres le darán la paliza de sus vidas a tus amigos y me quedaré contigo. —Con una de sus manos tomó un cabello de la chica y lo jaló, arrancándolo para después, enredarlo en su mano. —Y si ganas, los dejaré en libertad.

—¿Solo eso? —Preguntó la pelinegra seriamente. —Tienes más premios tú.

—Vale, vale... —Movió sus manos en señal de rendición. —Si esque llegas a ganar —Hizo unas comillas con sus dedos. —Te serviré y mis hombres también.

Enrealidad no le interesaba tanto, pero así más o menos sería parejo.

Sus compañeros y profesor la miraban con severidad. Se reflejaba la preocupación en sus ojos y en una súplica muda, le rogaban no aceptara.

Tomó uno segundos para pensar y finalmente, aceptar. —Está bien. —Respondió la chica decidida.

El hombre sonrió satisfecho, eso iba a ser divertido.

—Muy bien. Cuando este cabello toque el suelo, empezará el duelo.

Apenas la pelinegra asintió de acuerdo, el hombre soltó el cabello. Este caía con lentitud, una que casi llegaba al punto de desesperar. Cuando por fin tocó el suelo, empezó una batalla bastante seria para la edad de la chica. Todos miraban espectantes, cada uno poniendo su fé en la persona que apoyaban.

En las sombras alguien miraba todo, con una sonrisa obsena y poco confiable.

—Creo que esto será interesante.

La Maldición de Sarada Uchiha [👓] NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora