Kunai 35

1.1K 96 14
                                    

-¡¿Qué les pasa a todos?!-

Un disparo dejó sorda unos segundos a la pelinegra y por reflejo cerró sus ojos, ella tenía la cabeza ladeada. Abrió sus ojos de nuevo cuando ya podía escuchar bien, pero hubiera preferido no hacerlo.

El más mayor de los policias descansaba en el suelo rodeado de su propia sangre.

Él intentó defenderla, hacer cambiar de opinión a sus hombres... Pero no lo logró.

-Jajajaja.-

Una risa sarcástica se acercaba a ella, con solo ver sus dos trenzas púrpuras supo quien era.

-Sumire...-

No pudo ni quizo ocultar el odio que acompañaba a su voz al pronunciar ese nombre.

-Sarada, déjame ayudarte.-

La Uchiha no respondió, si dejaba a Kirai al mando seguramente ella solucionaría todo de la forma fácil, y no quería eso.

Ahogó un grito al sentir como le dislocaban su pierna con una precisa patada.

-¿Qué de-demonios estás haciendo?-

-¿Pensaste que al saber que estabas aqui te dejaría hacer lo que quisieras? Me quitaste a Boruto, eso no te lo puedo dejar pasar.-

-¿Quitarte?- No pudo evitar soltar una leve risa irónica.- ¿Cómo te puedo quitar algo que nunca a sido tuyo?-

La Kakei en un arranque de furia pateó la cara de la chica, rompiendole el tabique nasal.

-¡Cállate maldita zorra!-

Sarada respiraba agitadamente, no podía inhalar por su nariz ya que estaba llena de sangre y su garganta no daba del todo sustento a sus pulmones.

-¡Sarada! ¡Déjamelo a mi!-

Cerró los ojos, no debía salirse de control.

-¿Qué les ofreciste a estos hombres?-

-¿Ofrecer? Los estoy controlando con ayuda de Nue, idiota.-

Ahí todo encajó, era como lo que había pasado en su niñez; No podía ver la energía de Nue aún con el Sharingan, pero si sabía como funcionaba todo el asunto.

-¿Estás loca? ¡¿Cómo se te ocurre matar a un hombre inocente por tus estúpidos celos?!-

-¡No son celos!-

-¡¿Entonces?!-

Sumire bajó la mirada, gracias a su flequillo no podía ver sus ojos.

-Si tu existes... Él se va a ir contigo.- Cerró sus puños.- ¡NO QUIERO DEJAR A MI HIJO SIN PADRE!-

Sarada casi estaba en Shock, pero en vez de ponerse a llorar un sentimiento de rabia se apoderó de todo su cuerpo.

-¡¿QUÉ MIERDA PASA CONTIGO?!- Sumire dió un paso hacia atrás.- ¡ME DICES ZORRA CUANDO LA QUE SE EMBARAZÓ A LOS CATORCE AÑOS ERES TÚ!-

Le dió una patada al hombre que estaba sobre ella y se puso de pie, aunque con algo de dificultad; Activó el Sharingan de cuatro tomoes.

-¿Cu-cuatro?- Ella no sabía de su Dojutsu especial.-

La pelivioleta solo había dicho eso de que estaba en cinta para dejarla herida mentalmente, pero no se dió cuenta de que fué todo lo contrario. Ahora era imposible controlarla con Nue.

La pelinegra lanzó varios Shuriken para despúes formar tres sellos.

-Katon: Hōsenka Tsumabeni.-

Los Shuriken ahora estaban rodeados de fuego y eran el doble de rápidos.

Sumire rápidamente salió corriendo del lugar, pero Sarada estaba de verdad muy molesta y no hiba a dejar el asunto sin terminar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sumire rápidamente salió corriendo del lugar, pero Sarada estaba de verdad muy molesta y no hiba a dejar el asunto sin terminar.

-Katon: Gōkakyū no Jutsu.-

Pero no pasó nada.

Tenía Chakra, hizo bien los sellos... ¿Qué fué lo que hizo mal?

Se dejó caer en el suelo, no tenía fuerzas para cuestionarse nada. Sumire se había escapado.

Poco a poco las personas empezaban a llegar, ellos notaron a todos los policias en el suelo, varios inconcientes y uno muerto.

La señalaron a ella como la culpable.

-¡Es la asesina!-

Los aldeanos se alejaron y llamaron a ANBU's, estos llegaron casi de inmediato y con mucha precaución y delicadeza levantaron a la chica.

Notaron que ella tenía varias heridas y moretones, además de que no podía ponerse de pie por si sola.

Sin pensarlo dos veces la llevaron a la oficina del Hokage.

Sarada tenía mucha dificultad para respirar.

Miró la máscara de la persona que la llevaba entre sus brazos, rió al ver que era un conejito.

-¿Un conejo? ¿Es enserio?-

Los ojos de la persona la cual creía que era un hombre por sus levemente marcados brazos la miró de reojo sin responder.

-Me siento mal...-

El ANBU bajó un poco la velocidad, la chica se sintió aliviada al poder respirar mejor gracias a que el aire no era tan tosco.

Bastaron unos minutos más para poder llegar a la oficina del Hokage.

Dos de los enmascarados tocaron la ventana de la oficina del Séptimo; Este al verlos les permitió pasar.

-¿Qué sucedió?- Preguntó de inmediato el rubio al ver a la Uchiha casi inconciente.-

-La encontramos en la estación de Policia junto a varios hombres inconcientes y uno sin vida.-

Naruto suspiró frustrado, pero algo en él le decía que ella no era la culpable; Sus ojos onix entreabiertos le suplicaban confiara en ella.

-Llevenla al hospital.-

Sarada se removió un poco, no quería ir al hospital, era casi seguro que se encontraría a su madre.

No quería verla, no tenía el valor para hacerlo.

-Hokage-sama...- Dijo la chica en un suspiro.- Mi madre...-

-Lo primero es que te cures para poderte interrogar, hasta ese entonces permaneceras en el hospital y tu resposo será en la casa de Sakura y Sasuke Uchiha.- Lo último era casi una orden para el ANBU que la cargaba.- ¿Entendido?-

-Si Hokage-sama.- Dijero en coro los tres ANBU's.-

Ella sin más fuerzas se permitió descansar en el pecho de ese sujeto, el cual le transmitía una calidez particular.

La Maldición de Sarada Uchiha [👓] NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora