[Kunai 8]

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Sus párpados pesaban, algo en su mente le rogaba que despertara, pero su cuerpo parecía incapaz de lograrlo.

Sentía como si su muñeca estuviera entumecida, una sensación que ocultaba el agudo dolor de la zona.

—Duele...

—Es normal, a tu padre también le dolió.

De nuevo esa voz ronca, quería darle un puñetazo por provocarle tremendo dolor. Aún cuando no podía verlo, sentía la cercanía de la voz del sujeto, sintiendose completamente vulnerable.

—¿Qué quieres?

—Aqui el que hace las preguntas soy yo.

Claro que le fastidiaba que le hablaran así, era como cuando los aldeanos la despreciaban.

—¿Quieres destruir Konoha?

Esa pregunta la hizo reflexionar un segundo, ¿Enserio quería eso? Si decía que si... ¿Cómo lo haría? ¿Con qué poder lo haría?

Eso es, no tenía la fuerza para hacerlo, en este momento pensar en contra de la aldea era casi querer matar a al Hokage, simplemente era imposible.

—Si, pero no tengo la fuerza para hacerlo.

¿Y si te ayudo?

—De seguro vas a querer algo a cambio ¿Qué es?

Despúes lo sabrás, ¿Aceptas o no?

Era tentador, claro que lo era; Pero podía ser una trampa, alguien de la aldea puede que la estuviera probando para ver su lealtad ante Konoha...

"No puedes matar a al Hokage sola, pero claro que puedes con un poco de ayuda"

Este tipo tramaba algo, pero si tenía que pagar un precio para hacer pagar a los malditos que dudaron o hablaron mal de ella, lo haría con gusto.

—Suena prometedor.

Muy bien pequeña, creo que puedo explicarte. Tienes un sello en tu muñeca, con él puedes hacer jutsus o ninjutsus más eficasez, tu chakra será más poderoso a la vez que tu fuerza. Consideralo una "pequeña ayuda"

—¿Nos volveremos a ver?

Gracias al sello puedo hablar contigo telepáticamente, como una voz en tu mente.

Sus párpados se dignaron a abrirse, mostrándose ante sus ojos un hombre bastante tétrico.

Te dejaré esto —le deja unos calentadores negros con los bordes rojos en el suelo.— Úsalos, así tus "amigos" no van a notar la marca. Nos vemos.

La presencia de ese hombre se desvaneció en el aire, dejando una extraña sensación de relajación en su cuerpo.

Poco a poco logró sentarse, aún estaba mareada y el dolor en su muñeca persistía, aunque ya no era tan intenso como antes.

Levantó su brazo y lo mantuvo quieto frente a ella, observando detalladamente la marca que se encontraba en esta.

Levantó su brazo y lo mantuvo quieto frente a ella, observando detalladamente la marca que se encontraba en esta

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Era muy extraña, pero no cabía ninguna duda de que esto era el "Sello" al que se refería aquel tipo.

—Bonita marca.

Aún con su cuerpo débil se levantó rápidamente para encarar a la persona que estaba detrás de ella, se sorprendió notablemente al ver a su compañero albino.

—Mitsuki...

El nombrado le sonrió, esa sonrisa tan tétrica de la cúal dudas si es sincera o hipócrita. -Buenas noches señorita Uchiha.

Al escuchar aquellas palabras se percató que efectivamente era de noche, se maldijo internamente por no haberse dado cuenta antes, ahora sus padres estarían buscándola como unos malditos jugando a ser padres responsables.

—Quiero ayudarte.

—¿Con?

—Tu venganza, sé que hablaste con mi padre

Sus ojos se abrieron un poco por la sorpresa.

—¿Tu padre?

—Larga historia, lo que pasa es que nunca me agradó esta aldea. —Se acercó y tomó las manos de la chica, sorprendiéndola por tal acción— Acéptalo. A ambos nos tratan como fenómenos, no merecen vivir...

¿Qué demonios? Nunca pensó que Mitsuki tuviera esas ideas tan retorcidas, era solitario y aveces demasiado callado, pero nunca en su vida creyó oir esas palabras salir de la boca del albino.

Sus ojos brillaban intensamente, demostrándole que no tenía ni una pizca de duda en sus palabras.

—Lo siento, pero no quiero más ayuda —Dicho esto retiró sus manos de las del chico— Quiero vengarme, pero si no lo hago por mis propios méritos sentiré que no hice nada— El chico la miraba fijamente— Comprendo perfectamente tu dolor, pero mi venganza es mia, tú haz la tuya.

La chica empezó a caminar en dirección a su casa, odiaba ver a su madre "preocupada". Cuando esta antes de que llegara Sasuke la evitaba como a un perro, y ahora se cree la mejor madre del mundo.

—Aceptaste la ayuda de mi padre.

—Es diferente. —Decía sin detener su paso a la vez que se acomodaba los calentadores para que la marca de su muñeca no se viera— No me quedaba más que aceptar ahora que lo pienso, ya me había puesto el sello.

—¿Qué tiene de malo que te ayude?

—Él solo me está dando el poder, no quiero pelear al lado de nadie. —Se detuvo un segundo y le miró de reojo— Tú tienes gente que te aprecia, aún puedes pensar más sobre todo esto —Le sonrió, provocando que el albino se sonrojara levemente— No quiero quitarte la oportunidad de arrepentirte, creeme, no es para nada bonito vivir con odio. —Levantó su mirada para observar las estrellas que iluminaban el manto oscuro de la noche, tan oscuro como el odio que había en su corazón— Te aprecio, solo por eso te digo esto. —volvió la mirada al chico para darle realse a sus palabras.— No soy la única que busca destruir Konoha, se están creando varios Clanes que buscan lo mismo que yo... La guerra no a terminado.

Reanudó su camino, aún con su cuerpo adolorido podía permitirse caminar más o menos bien.

—¿Sabes que es lo peor? —Decía la Uchiha mientras jugaba con un kunai— Que los Kages están totalmente enterados de esta situación.

La Maldición de Sarada Uchiha [👓] NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora