La Maldición de Sarada Uchiha [👓] Naruto

[Kunai 22]

—A ver...

El Uzumaki llevaba caminando un rato al lado de la pelinegra.

—¿A quién buscamos?

—¡Mitsuki! —llamó el rubio a su amigo cuando lo vió a unos metros de ellos.

No, ese no podía ser Mitsuki, era... Bueno, se veía bastante bien, lo que no entendía era el medallón de su capa, era un símbolo que no reconocía.

—Hola Sarada. —saludó el albino con el respeto que le caracterizaba mientras le dedicaba una suave sonrisa a su amiga.

El rubio le hacia señas a Sarada de cómo debería responder, y ella captó de inmediato.

—Hola Mitsuki-kun~

Los cómplices sonrieron, salió perfecto. Aun que realmente a la Uchiha no le hacía la mínima gracia hablar así. Eso le quedaba a la delegada ¿Pero a ella? ¿Qué pasó para que se volviera así?

—Mitsuki, necesito que me ayudes.

—¿Con qué? —Preguntó tranquilo Mitsuki.

—Con ella. —Señaló a Sarada.

—Ah, ¿Con la Sarada del pasado?

—Si, exacto. Necesito qu- ¡¿Qué?!

Las miradas atónitas de sus amigos obligaron a Mitsuki a estallar en carcajadas. Para él era extremadamente cómico verlos así.

—¿Olvidaron que soy hijo de Orochimaru? Yo ya sabía de su plan desde años antes.

Tardaron unos segundos en analizar la información. La primera en captar fué la pelinegra. —¡¿Entonces sabes como revertirlo?!— Preguntó con emoción.

—Si te soy sincero, no.

La chica bajó la cabeza desilusionada, pensaba que la solución iba a ser fácil, pero vamos, Orochimaru no era ningún idiota.

—¿Sabías que justo iba a ser hoy? —Preguntó ahora el rubio.

Respondió un seco —Si.

La Uchiha separó sus labios para hablar, pero algo no la dejó pronunciar palabra alguna. Juntó sus labios de nuevo, fingiendo que nada había pasado.

—Eres un desgraciado, me hubieras dicho. —Reprochó con un claro tono de enojo.

—Sabes que es mi padre. —Levantó los hombros, quitándole hierro al asunto. —No puedo desobedecerle.

—Pero es Sarada. —El rubio señaló a la chica con insistencia. —Y esta no es la Sarada que amo. Es una de hace mucho tiempo atrás. Quiero a mi Sarada de vuelta.

—Aunque la verdad se está ahorrando algunas cosas.

—¿Qué cosas? —preguntó de inmediato la Uchiha.