Kunai 25

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Se sentía vacía, casi como si su cuerpo se moviera por sí solo.

No tenía voluntad, esta ya la había perdido hace mucho; Deseaba no volver a vivir todo eso, que quedara como un horrible pasado ya superado.

Pero la vida le jugó sucio, le castigó de la peor forma posible; Volviendo al pasado.

Maldecia una y mil veces a Orochimaru, recordaba que justo en esa época fué que viajó al futuro y para nada le gustó lo que vió. Intentó evitar lo inevitable, pero solo logró hacer nada.

Se había tomado en lo que cabe bien todo el asunto, sabía el lapso de tiempo que le costaría a su otro "yo" de volver todo a la normalidad. Por eso ella estaba tranquila.

Pero el peso del odio era insoportable, ¿Cómo hizo en ese tiempo para aguantar todo eso?

Solo pensar en cualquier cosa la volvía loca, veía a una persona y lo único que sentía era odio. Los aldeanos se encargaban de hacer este sentimiento aún más profundo.

Todo lo odiaba; Odiaba ver a los niños, odiaba a los adultos, odiaba las sonrisas, odiaba a las personas felices.

Solo llevaba una semana y su mente estaba completamente agotada, en su verdadero tiempo ya no existía el odio en su corazón. Una persona se encargó de hacerla ver la luz.

No entendía como su "yo" de este tiempo no notaba el rostro de preocupación por parte de las personas que la querían; Nada más veía lo malo y no apreciaba lo bueno.

Se apoyó tanto en Boruto que hasta le llegó a hacer daño, pero nunca notó que habían más manos brindandole su apoyo.

Fué totalmente egoísta, "Todos me odian" Vamos... Era muy ególatra.

Pero no podía quejarse, en su tiempo cometío el mismo error y ahora se arrepentía. Por su culpa muchas personas sufrieron.

Ver a su madre le dolía, más que pronto ella misma sería la fuente de sufrimiento de la pelirosa; Ahora si la odiaría durante un lapso de tiempo.

Maldecía una y mil veces la forma en que obtuvo el Mangekyo, nisiquiera valió la pena ya que no podía usarlo.

Respiraba hondo cada vez que se sentía mareada, hace mucho no cargaba con el peso del Odio.

Estaba la impotencia de su Sharingan, este no era ni la mitad de bueno del suyo verdadero, límitaba sus verdaderas capacidades y esto frustraba a la Uchiha.

No le gustaba para nada dejar a su aldea a manos de una principiante, ella seguramente se congelaría al ver una verdadera pelea, solo sería una carga para su novio y para sus mejores amigos.

Deseaba con todo su corazón volver, sabía que justo ahora estarían en la batalla definitiva contra Minatsuki y solo podía suplicarle a la nada que todo saliera bien. En todo caso ni ella sabía que hiba a pasar.

Sus recuerdos eran vagos y vacíos, esa pelea solo terminó en nada puesto que en el momento de la verdad todo se tornó negro. Un "desmayo" que le cobró la paz a Konoha.

Los días entrenando eran aburridos, lo peor era sentir la tensión en el ambiente por parte de todos, era como si la juzgaran con la mirada; Bueno, como si tuvieran derecho de hacerlo.

Ver a Boruto y no poder besarle o mínimo abrazarle era muy estresante, con el tiempo ese rubio se volvió su fuente de vida.

Sabía que ya le había dado un beso, pero no quería acercarse mucho y robarle los primeros recuerdos junto al Uzumaki a la menor. Lo más bello de su adolescencia.

La Maldición de Sarada Uchiha [👓] NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora