Luzu se fue. Al fin y al cabo, el es padre, de verdad, 100%, no como el truño que fui yo, y tiene su novia, sus cosas...No podía quedarse conmigo eternamente, yo lo comprendía, y aunque no quería dejarme en momentos así, lo sabía.
Pero no podía volver a casa. Tenía miedo al silencio, a la tranquilidad, a tener tiempo, para pensar, para recordar...Miles de cosas giraban en mi cabeza, y ninguna buena.
La pérdida de Samuel Jr. trajo de vuelta todo aquello que sentí cuando sus padres se fueron, pero multiplicado. Era como si hubieran arrancado una parte de mí, dolía, escocía, pero no podía hacer nada, absolutamente nada. Siempre me había considerado una persona fuerte, quizá porque la vida nunca me había golpeado duro, pero ahora dudaba de mi fortaleza, dudaba de que fuera capaz de aguantar todo eso. Me sentía tan pequeño ante todo esto...Decididamente es algo para lo que no estoy preparado.
Caminaba sin un rumbo fijo por un parque, pensando en todos los momentos que había vivido con Samuel, las grabaciones, las risas, los momentos duros con buen final...En Alena, cuando la conocí, y supe casi al instante que iba a ser una gran amiga, cuando la vi con los ojos empañados, aterrada, indefensa, y cuando la vi bromista, divertida, y rebosante de felicidad. También pensé en Samuel Jr., el día de su nacimiento, algo tan pequeño, tan frágil, parecía tan insignificante...Ojalá fuese así. Levantarse de madrugada, estar lleno de porquería por su culpa, tener que cuidarle cuando se ponía malito, hartarse, pero pensar a la mañana siguiente, cuando te sonreía con el único diente que tenía, que ciertamente merecía la pena.
Agradecí que nadie pasease por el parque aquel día, pues no pude evitarlo, rompí a llorar, dolorsa y amargamente. Tuve que sentarme en un banco, e intentar calmarme, pero no podía.
Había perdido todo eso, uno a uno, me lo han ido arrebatando, aquello a lo que más importancia le dí, ya no está, no queda nada, eran todos malditos recuerdos.
Comencé a sentirme intranquilo al notar que alguien se sentaba al lado mío. ¿Quién se sentaría al lado de un hombre llorando sin conocerle?
-Nunca pensé que te encontraría así, Willy.- me sobresalté. Vale, si me conocía. Levante la mirada. Era una chica pelirroja, delgada, bajita, con gafas pasta. Vestía unos vaqueros, una sudadera gris con capucha, y unas vans negras.
-Perdona, pero...¿quién eres?.- pregunté, entre extrañado y borde. Vale, no me gusta que me vean llorar, y menos ahora ¿algún problema?. Podía haber aparecido en cualquier otro momento...
-Soy Michelle, aunque la gente suele llamarme Mich, más eficiente...- seguía sin entender nada, y ella lo notaba.- Soy una amiga de Alena.- y entonces la recorde.
-Tu estuviste en el entierro de Alena y Samuel...
-Así es.- respondió.- Te ví con el hijo de ellos. Supongo que esta a tu cargo.
-Estaba.- corte, tajante. Me dolía decirlo.- El hermano de Alena me ha quitado la custodia...
-¿¡Qué!?.- se giro, mirándome indignada.- ¿¡Ese hijo de puta se va a llevar a Samuel Jr.!?
-Ya lo ha hecho.- mis ojos comenzaban a volverse vidriosos, de nuevo.- Ahora mismo esta en un avión dirección Boston.- las lágrimas comenzaron a mojar el banco donde estabamos sentados, y ella me abrazó. Normalmente no me voy abrazando con la gente, pero esa vez...esa vez lo agradecí. Notaba que ella también estaba disgustada, pero no lloraba.
-No te conozco mucho, pero seguro que hiciste todo lo que estuvo en tu mano, no es tu culpa. Alena no era tonta, Samuel tampoco, te eligieron por algo. Pero a veces la vida nos pone pruebas duras para ver si somos capaces de aguantar.
-Pues que pare ya, joder, que pare ya.- todo aquello era...¿extraño?, si, seguía sufriendo por todo, pero ya no estaba solo, estaba con una chica que si, acababa de conocer.
-Que las ponga no significa que a veces no se pase, solo hay que ver todo lo que pasó Alena...
-¿Tú también lo sabes?
-Todo.- sentenció. Sentí como esa chica y yo conectabamos, quizá gracias a Alena. Echándome una mano hasta cuando no estaba conmigo. Quizá fuera eso, o quizá estaba en un punto en el que me aferraría a un clavo ardiendo.
El caso es que allí estábamos, sentados en un banco, en silencio, aunque no hacía falta hablar.
-Puedes contar conmigo.- Mich me ofrecía su mano, y tenía la ligera sensación de que no debía rechazarla.
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2da TEMPORADA "Tras una pantalla, Tito Willy" (Willy Fanfic.)
FanfictionLa vida puede cambiarte en un abrir y cerrar de ojos. Lo que tenias ayer, puedes perderlo hoy. Lo que ayer buscabas, hoy lo encuentras. Lo más inesperado, loco y impredecible puede ocurrir. Las cosas ocurren en la vida por una razón. Cuando la vida...