Un parto.

999 90 7
                                    

Nunca imaginé que preparar una boda fuera tan estresante.

Habíamos decidido casarnos es Septiembre, pues es la fecha más alejada en la que el tiempo es más agradable. Pero claro, desde Mayo, que fue cuando inqué rodilla ante Mich, hasta Septiembre, solo hay 4 meses, y organizar absolutamente todos los preparativos en 4 meses...Valiente locura.

Y un mes casi tardamos en encontrar un restaurante que nos gustase a ambos con un menú que fuera al deleite de todos. No exageraría si dijera que me he recorrido la comunidad de Madrid entera, y alguna parte, seguramente, dos veces. Todos los restaurantes, los visitamos, y todos los menús, los probamos. Días de idas, y días de venidas. Pero al final, lo encontramos.

El restaurante, nada más entrar, parecía un edificio cuadrado, simplón, de paredes blancas y ventanas bordeadas en madera, y con una escalera de piedra blanca y una barandilla de madera tallada que le otorgaba un aire un tanto romántico. Sus comedores, decorados en piedra clara y madera, con un montón de sillas y mesas en mantelería de lino blanco con algún detalle en verde, exhalaban elegancia, sofisticación, y los enormes ventanales que daban a la calle en cada rincón de la estancia otorgaban una luminosidad casi cegadora. 

Lo mejor de aquel restaurante no era las estancias de dentro. Ni siquiera la comida, deliciosa por supuesto, sino el jardín.

Una extensa zona de césped verde que llegaba más allá de lo que los ojos podían apreciar, pues un conjunto de cerezos, acacias y algunos otros árboles tapaban con su densa hojarasca la línea del horizonte. Justo a la salida del edificio por la parte trasera, un lago recibía a los invitados con sus aguas cristalinas, decoradas con nenúfares, cantos blancos, y alguna carpa en su profundidad. Un puente de madera con barandilla de forja blanca lo cruzaba, y daba a 2 carpas, una donde se celebraría la ceremonia, y otra donde sería el banquete y el baile, que serían llenadas el día del evento.

Decididamente, aquel sitio era lo que estábamos buscando.

Aunque la organización iba más allá. Flores, decoraciones, la tarta, los invitados y las invitaciones, lista de regalos, el pastel, el transporte de los invitados, el mío, el de Mich, la música, fotografía, vídeo...

Y el traje, no te olvides del traje.

Dios, y de todo eso solo he hecho la mitad. Creo que me va a explotar la cabeza con tantas cosas.

Y si yo estaba agobiado, era porque quería que Mich no se preocupase absolutamente de nada. Pedía su colaboración en nada más que en lo imprescindible, pues mi intención era que aquel día fuera especial para ella, y una sorpresa fuese seguida de otra. Era nuestro día, pero sobre todo era su día. Así que únicamente contaba con la colaboración de mis padres, de Lana, de algún amigo de Mich., como Rodri, y de alguno de los chicos. Aunque con ellos me es suficiente, y estoy más que agradecido. 

El caso es que estábamos en Julio, quedaban 2 meses para la boda, y yo seguía organizándolo todo.

De repente el teléfono suena en casa, y Mich lo coge. La oígo hablar en algún rincón de la casa, parece exaltada, pues eleva mucho el tono de voz, pero ni con esas soy capaz de atinar de que habla. Pocos segundos después irrumpe en el despacho, apresurada, pero con una sonrisa de oreja a oreja.

-Ponte cualquier cosa que nos vamos...- me dice, y yo no acierto a entender.

-¿Qué ocurre?

-Es Mica.- Miro a Mich con los ojos como platos, y ella deja unos segundos de expectación que me matan.- Está de parto.

-Vamos.- Me levanto rápidamente, dispuesto a estar listo en pocos segundos y llegar al hospital lo antes posible. No quiero perderme el nacimiento del primer hijo de un gran amigo como es Alex, y menos no estar a su lado.

2da TEMPORADA "Tras una pantalla, Tito Willy" (Willy Fanfic.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora