Narras Tú:
Paseaba por las hermosas calles de Italia. Las calles por donde aun no paseaba. Tomé fotografías a casi todo. Había mucho que retratar y mucho que ver. Es una ciudad con no muchas distracciones, pero de lo que tiene no me quejo. Caminaba cerca de un hermoso puente. No era transitable, así que no había autos. Comencé a retratar a parejas posando inconscientemente. Luego a niños jugando, arboles, paisaje, naturaleza. El día estaba hermoso. Estaba soleado. Lo acompañaba un hermoso arcoíris al horizonte. Quise retratarlo, pero alguien se intervino en mi camino. Era un chico moreno con cabello negro. Estaba de espaldas a mí, así que no lograba ver su rostro. Pareciera como si posaba para mí. Su buen cuerpo hacía un buen contraste con el paisaje en aquel puente, recostado del poste, con un hermoso arcoíris de fondo. No lo pensé dos veces. Le tome una fotografía a aquel chico. Pero seamos sinceros... No pude resistirme solo a una.
Al parecer, el flash de mi cámara, llamo su atención. Lo que hizo que se girara a verme. Me giré hacia otro lado para disimular.
-Disculpa, ¿Me estabas tomando fotos? -Preguntó una voz masculina, lo que hizo que me girara rápidamente.
-Eh, bueno yo, lo siento, es que quería retratar ese hermoso arcoíris, pero tu cuerpo estaba en el medio. -Dije algo nerviosa, sintiendo como mis mejillas comenzaban a coger algo de color.
-Me hubieras avisado, así no hubiera dañado tu foto. -Sonrió. Me regalo una cautivadora sonrisa.
-No, no lo hiciste. -Dije más nerviosa que la vez anterior.
-¿Podría ver las fotos que me tomaste? -Pregunto con esa perfecta sonrisa.
-Por supuesto. -Extendí mis manos para mostrarle las fotografías; pero se coló una que había tomado hace unos días de mi perfil.
-Oh, son buenas fotos. Y por cierto... eres muy hermosa. -Dijo devolviéndome mi cámara.
-No se suponía que vieras eso, pero gracias. -Dije sonrojada.
-No es nada. Me llamo Zayn Malik. -Me extendió su mano.
-______. Me llamo ______. -Sonreí y le correspondí el gesto.
-Debo irme, tengo que trabajar. ¿Guardas mi número? -Sacó un papel de su bolsillo. -Toma, aquí está. Cualquier cosa, llámame. -Sonrió y se fue. Me había entregado una pequeña tarjeta con su nombre y ocupación. En ella decía una dirección y su número de teléfono. La guardé en mi bolso y comencé a caminar para seguir retratando esta hermosa ciudad.
Narra Niall:
Me monté en mi auto dejando detrás de mi otro hotel donde ella no se encontraba. ¡¿Dónde rayos está?! No puedo estar tanto tiempo sin obtener lo que quiero. No es agradable para mí. ¿Por qué se iría tan lejos? Solo tengo una opción para mis planes. Y solo una persona me puede ayudar. Y como siempre, es Kelly. Tomé mi teléfono y marqué su número.
-¿En qué te puedo ayudar ahora, cariño? -Pregunto su dulce voz.
-No puedo aguantar más. -Dije desesperado, lo que hizo que ella soltara una carcajada. - ¿De qué te ríes?
-Sabía que no aguantarías tanto tiempo, Horan. -Dijo divertida.
-¿Por qué lo dices?
-No tienes paciencia. Siempre te han dado las cosas en una bandeja de plata y las cosas no son así. Hay que ser realistas.
-Ya lo sé, Kelly, pero estoy mal acostumbrado y ya es tarde para cambiar eso. Necesito saber dónde está. Mi fierecilla no deja de fastidiarme y las malditas sensaciones me hacen ver recuerdos que me hacen sentir extraño.
-¿Fierecillas? ¿Sensaciones? ¿Recuerdos? ¿Estás enamorado, Horan? -Dijo preocupada.
-¿Podrías dejar de decirme Horan? -Dije algo alterado.
-Lo siento, Niall. -Dijo inocente.
-Bueno, sí. Eh estado sintiendo esas cosas. Pero no estoy enamorado. Nunca lo eh estado y no veo la hora de estarlo. Eso jamás pasará conmigo. Sabes cómo soy y sabes que para mí el amor no existe.
-Pues deberías comenzar a creer en él, porque lamento informarte que te estás enamorando de tu jueguito.
-¡Basta! -Detuve mi auto. -Solo búscala como hiciste con Val y dame su dirección, ¿puedes? Necesito encontrarla y es ¡ya!
-De acuerdo, cariño. Haré lo que pueda. Cuídate, ¿quieres? Y sal de México porque no está ahí. Creo que sería demasiado obvio.
-¿Estas burlándote? ¿Qué quieres decir?
-Niall, amor, ella sabe que ese sería el primer lugar a donde irías, ¿Por qué abría de irse ahí?
-No pensé en eso. -Me bajé de mi auto y tome las llaves, adentrándome en mi hotel.
-Nunca lo haces, cariño. Luego te llamo. ¡Besos! -Cortó.
¡Genial! Mi mejor amiga piensa que soy un ingenuo, ¿Qué más puedo pedir? Luego de entrar a mi habitación, decidí darme una exquisita ducha. Lavé mi cuerpo y cabello, escuché ruidos que provenían de la puerta. Como si alguien estuviera tocando. Así que me sequé y me puse algo ligero y cómodo en mi cuerpo. Caminé hasta la puerta y abrí. Me encontré con dos tipos vestidos de negro y sus rostros cubiertos con máscaras. Antes de poder decir una palabra, llevaron una pequeña toalla a mi rostro, provocando que se me nublara la vista y cayera entre sus brazos. Después de ahí, no recuerdo más nada.
Narras Tu:
Me adentré en mi habitación luego de una larga tarde, mi amiga ya estaba ahí, sin Harry. Tiré mi bolso a un costado de la sala y puse mi cámara en la pequeña mesa. De pronto un dolor en mi pecho se hizo presente, pero este era muy fuerte.
-¡Ouch! -Me doble y me puse en rodillas. Puse mi mano derecha en mi pecho para tratar mi dolor, pero no se iba. Mi amiga se acercó rápidamente a mí para ayudarme.
-¿______, estas bien? ¿Qué tienes?
-No lo sé. Mi pecho duele y mucho. -Dije con dificultad.
-Llevas dos noches seguidas con diferentes dolores. Creo que debemos llevarte al doctor. Esto no es normal.
-Estoy bien. Ya se me pasará. -Dije levantándome como si el dolor hubiera disminuido, pero no había sido así. Me dirigí a mi cama y me quité mis zapatos. Me acosté y en unos minutos mi amiga llego con una toalla húmeda, una pastilla y un vaso de agua. Puso la toalla en mi frente y me tomé aquella pastilla. Supuse que seria para calmar el dolor.
-Descansa. Debes descansar. Le diré a Harry que no saldré con el mañana. Me quedaré contigo e iremos al doctor. No estás bien. -Dijo mi amiga tomando asiento junto a mí.
-No tienes por qué hacer eso. Ya te dije que es algo pasajero. Mañana estaré bien. -Dije mientras el dolor iba calmándose un poco.
-No se dice mas nada, ______. Iremos al doctor y punto. -Dijo levantándose y dirigiéndose a la cocina para tomar el teléfono. No podía escuchar bien la conversación, pero algo había hecho que me durmiera profundamente.