-No puedes amarme. Nunca has amado. Nunca lo harás. Solo eres un chico que juega con las mujeres. Eso es todo.
-______...
-Déjame terminar. -Me interrumpió. - ¿Quién era ella? -Me preguntó mientras una lágrima se le escapaba. No podía verla llorar. No otra vez.
-______...
-Contéstame la pregunta. -Volvió a interrumpirme.
-Se llama Kelly. -Suspiré. -Es mi mejor amiga.
-¿Por qué nunca me lo dijiste? Al menos ¿por qué no me dijiste que tenias una mejor amiga?
-No quiero hablar de eso. -Desvié mi mirada.
-Tenemos que hablarlo, Niall. Algún día lo haremos. -Dijo tomando mi mejilla para que pusiera mi mirada en la de ella, pero no logró su objetivo. El girar mi mejilla hizo que mi cuerpo me hiciera dar un impulso. La besé. Conecté nuestros labios como aquella primera vez. La pegué a mi cuerpo para luego hacer de aquel beso más intenso. Extrañaba su sabor, su calor, sus caricias. La extrañaba a ella. Comencé a acariciar su espalda algo desesperado. Mi erección se comenzaba a hacer notar. Ella acariciaba mis cabellos mientras contestaba este delicioso beso. Comencé a besar su cuello, pero sentí sus manos empujar mi pecho. -Aquí no, Niall. -Dijo mirando a nuestro alrededor. Había olvidado que estábamos en un restaurant.
-______, ¿estás consciente de lo que estas pidiéndome? -La mire algo confundido. ¿Ella estaba bien? ¿En verdad esto está pasando?
-Ven. -Me agarró la mano y salimos de allí. Caminamos hasta su auto y ella condujo hasta el hotel. No podía decir nada; estaba demasiado asombrado. ¿De verdad esto está pasando? Nos bajamos del auto, caminamos hasta el ascensor. -No te vas a salir con la tuya, Horan. Me hiciste sufrir. Te toca a ti. -Dijo pícara. Llegamos al octavo piso. ¿Se estaba quedando en el mismo hotel que yo? ¿Esto es en serio? Abrió la puerta y nos adentramos en la habitación. - ¿Quieres algo de tomar? -Me preguntó mientras caminaba hasta la pequeña cocina.
-No, gracias. -Sonreí algo tímido.
-Bien. -Se sirvió un trago igual al anterior y se sentó en el sillón. -Ven aquí. -Me hizo espacio. Bebió un sorbo de su trago, seguí instrucciones y me senté.
-¿Estás bien, princesa? -Pregunté algo confundido. No estaba muy convencido de su salud.
-Perfecta. -Sonrió. -Ahora dime. ¿Qué hacías cuando te ibas a "trabajar"? -Preguntó. Lo que hizo que me sintiera bastante incómodo.
-______ no me hagas esto.
-Te propongo algo. Cada vez que te tenga que insistir para que me digas, te quitas una pieza de ropa. Si contestas, tú eliges cual me quito. ¿Trato? -Solté una carcajada. ¿Está loca?
-¿Segura que estas bien? -Reí más.
-Tu camiseta debe estar en el piso. -Dijo seria. La miré confundido. ¿Está hablando enserio? - ¡Vamos, Niall! ¡Apúrate! -Aplaudió. Lo que hizo que me quitara la camiseta. Ahora sí que era incómodo. -Ahora contesta mi pregunta.
-______...
-Los pantalones. -Dijo seria.
-¡¿Qué?! ¡Esto no es justo! -Me quejé. Ella soltó una carcajada.
-Tus pantalones. -Dijo levantándose.
-Está bien. -Dije entre dientes y rodeando mis ojos. Me levanté y me quite los pantalones. -Trabajaba en una empresa porno. -Dije algo avergonzado.
-Vaya, vaya, vaya. ¿Qué quieres que me quite? -Preguntó.
-Los zapatos. -Sonreí.
-¡Oh Dios! Eres malísimo en este juego. -Reímos. -Próxima pregunta: ¿Qué tan linda soy para ti? -Preguntó mirando mis ojos. Me acerqué a ella. Dejándola sentir mi respiración en su rostro.
-Hermosa. -Miré sus labios. Sabía que ahora debía escoger una pieza, pero no lo haría. Lo haría yo mismo. Llevé mis manos al final de su blusa y comencé a levantarla para quitarla, mientras mis dedos hacían contacto con su delicada piel.
-Cr- Creo que puedo qui- quitarme la blusa sola. -Dijo algo nerviosa, viendo como sus mejillas comenzaban a tomar algo de color.
-Sí, pero yo lo hago hacer mejor. -Terminé de quitársela. No pude evitar mirar sus senos. ¡Dios! Esta mujer era totalmente perfecta.