Narra Niall:
No puedo. No puedo. El doctor no me agrada para nada. ¿De cuándo acá se tutean a los doctores? ¿Qué está pasando aquí? ¿De dónde se conocen? ¿Acaso le pidió que se quitara la ropa? ¡Pero qué falta de respeto! Espera… ¡no puede ser! ¿El doctor Zayn es el famoso chico del retrato de ______? ¡No puedo creerlo! Así que por eso es que se conocen. Ya veremos quién es el que gana esta batalla…
¿Pero qué cosas dices, Niall? ¿Qué sucede contigo? ¿Desde cuándo te mueres de celos por alguien? ______ es tu novia y la madre de tu hijo/a. ¡¿Qué rayos pasa contigo?! Okay, debo tranquilizarme. ¿Por qué se tarda tanto en ponerse una bata?
-Y dígame, señor Horan… ¿Desde cuándo conoce a ______? –Preguntó Zayn acomodando unas herramientas.
-Pues hace mucho tiempo, Doctor… ¿?
-Malik. Zayn Malik. –Sonrió.
-Claro. Malik. –Asentí.
-Y, señor Horan, ¿Es la primera vez que viene a una clínica por cuestión de embarazo? –Dijo sin mirarme. Estaba muy concentrado acomodando las herramientas.
-Sí, señor. ¿Por qué la pregunta? –Dije algo nervioso. ¿Desde cuándo debo decirle a un desconocido cosas de mi vida personal?
-Porque te noto muy nervioso. No dejas de mover tus manos y pies. –Dijo esta vez mirándome. Para luego soltar una leve carcajada. –Debes tranquilizarte, no voy a hacerle daño. Si tú te pones nervioso, ella también lo estará, así que relájate. –Sonrió. – ¿Quieres algo de tomar?
-No, gracias. –Dije algo incómodo.
-Bien. Entonces, toma asiento si gustas. –Dijo amable y luego se dirigió al cambiador. –______, ¿estás lista? –Preguntó en un tono alto para que ella pudiera escucharlo.
-Sí. –Contestó con un tono contrario al anterior. Salió de allí solo en una larga y muy finita bata color azul.
-Bueno, entonces acompáñame. Veamos cómo está esa criatura. –Sonrió y le tomó la mano para llevarla a una camilla. Cosa que me molestó. Creo que hoy moriría de celos. Ella siguió instrucciones. Me acerqué. Yo también quería ver. –Bien. Ahora lleva tus manos a tu cabeza y con cuidado comenzaré a mover la bata que cubre tu vientre. –Esas palabras habían hecho de mí el diablo. No sé si es posible que salga humo por los oídos, pero si nada es imposible, creo que me está pasando ahora mismo. “Tranquilo, Niall. Es solo un doctor.” Recalcaba mi mente. Si. Debía tranquilizarme. Era solo su doctor. Removió la bata dejando ver su abdomen. Aun no crecía, no estaba nada formado. Qué extraño. –Bueno, ahora te pondré esto en el abdomen. Va a estar frío, así que es normal que te sorprendas un poco. –Sonrió. Le puso una crema transparente. La distribuyó por cada rincón de su abdomen, pero con una cosa extraña. Era una parte de la máquina. Y si no me equivoco, con eso veríamos al pequeño bebé que viene en camino. –Bien. Ahora pongamos atención. Esto puede ser interesante. –Sonrió. Comenzó a pasar aquella cosa por su vientre. Una y otra vez. Una y otra vez; pero su rostro reflejaba preocupación.
-¿Todo está bien, doctor? –Pregunté un tanto preocupado. Sus expresiones no me daban buena espina.
-______, ¿Estuviste fumando? –Preguntó preocupado.
-No, doctor.
-¿Te estresaste? –Preguntó.
-No, doctor.
-¿Estuviste bebiendo?
No hubo respuesta. No entendía nada. ¿Qué estaba pasando aquí?
–______, ¿Estuviste bebiendo? –Preguntó otra vez.
-Puede que sí. –Dijo algo asustada.
-¿Te embriagaste? –Preguntó.
-S- Sí. –Contestó con dificultad. –Zayn, ¿todo está bien? –Zayn se volteó y en un papel escribió unas cuantas notas.
-Niall, ¿puedes acompañarme a mi oficina un momento? –Preguntó dándome una mirada.
-¿Todo está bien, doctor? –Pregunté.
-Solo vayamos a mi oficina. –Contestó para luego voltearse y salir de aquella sala. No pude moverme. No quería dejarla sola. ¿Cómo sabría si todo andaba bien?
-Hermosa, en seguida vuelvo. No te muevas de aquí. Todo estará bien. –Dije no muy seguro de eso. –Te amo, ¿si? –Deposité un beso en su frente. –Ahora regreso. –Asintió con la cabeza y me fui. Dejándola sola en aquella sala oscura y con tantas máquinas. Me dirigí a la oficina del doctor Malik y no toqué antes de abrir. Solo entré.
-Toma asiento. –Dijo cortante sin dirigirme una mirada. Llevaba puestos sus anteojos. Revisaba papeles.
-Doctor, ¿quiere decirme que demonios sucede? –Dije tomando asiento.
-Niall, contéstame algo primero. –Dijo suave, para luego remover sus anteojos. – ¿Cuándo fue la última vez que _______ tuvo relaciones sexuales? –La pregunta me había puesto incómodo.
-Eh, supongo que hace unos días. Quizás horas.
-A tenido sexo frecuente. –Preguntó tomando nota.
-¿Y por qué quiere que le diga esto, doctor? –Pregunté algo molesto. Primero tutea a mi novia, provocándome celos. Luego le pide que se desnude, luego le acaricia su abdomen desnudo y ahora me pregunta sobre relaciones sexuales. ¿Qué pasa con este tipo?
-Niall, soy doctor. Debo cuidar la salud del paciente. Y necesito saber. –Dijo mirándome.
-Pues sí. Ha sido frecuente. –Dije rodando mis ojos.
-¿Sabes el riesgo que corre ______ por esto? –Pregunto serio.
-No, señor. Realmente no. –Dije algo preocupado. Realmente no sabía y no quería que esto trajera malas noticias.
-Pues me he dado cuenta de que no lo sabes, porque lamento informarte que ______ ha perdido el bebé.