Narra Niall:
Y comenzó esa hermosa melodía. Los invitados se levantaron de sus asientos dándole una espectacular bienvenida. Abrieron las puertas dándome la vista de una hermosa mujer. La mujer de mis sueños y la que sería en unos instantes mi esposa. Comenzó a caminar con aquel hermoso vestido blanco, su cabello rizado que colgaba con pequeños diamantes que lo adornaban. En sus manos un hermoso ramo de flores de todos los colores. Caminaba con su más hermosa sonrisa. Haciéndome latir muy fuerte el corazón. Aun no puedo creer como conocí al amor. Es un sentimiento tan profundo, especial, tan difícil de explicar… que solo los que se han enamorado me entenderán. No se trata de gustar de alguien. No se trata de sentirte atraído por su físico o perfección. Se trata de sonreír al pensar en ella. Imaginarte una vida juntos, compartiendo sus vidas y amándose infinitamente. Creando una familia. Sentirte en el paraíso cuando ella te mira. Sentirte la persona mas feliz del mundo al verla sonreír. Sentimientos y sensaciones que no se describen con solo palabras. Sentimientos que se describen con hechos; con el paso del tiempo.
Se acomodó a mi lado, dándome su mano y entrelazando nuestros dedos. Aun sin borrar aquella hermosa sonrisa. Parecía un tonto. Estaba embobado mirándola. Disfrutaba de cada expresión que ella hacía. Compartía su felicidad. Me sentía el hombre más feliz y afortunado del mundo.
Y mientras viajaba en mis pensamientos, paseaba por cada hermoso rincón, recordaba cada oportunidad que esta hermosa mujer me había dado y agradecía infinitamente mi felicidad, las palabras que quería escuchar, se hicieron presentes. Retumbaron en mis oídos como una perfecta canción. Su delicadeza, esperanza y sinceridad me llevaron a un mundo donde solo éramos ella y yo.
-Niall James Horan Gallagher, por el don que me otorga la iglesia y el Señor… la sabiduría que obtendrás en el camino de tu vida y la compañía que te dará fuerzas para seguir, que será esta hermosa y dulce mujer, me obligo a hacerte una pregunta. –Hizo una pausa. – ¿Aceptas como esposa a ______ ________ ________? ¿Para amarla y cuidarla en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe? –Mi voz pareció haber desaparecido. La mirada en sus ojos era encantadora. Me daban seguridad y esperanza. Pero esta comenzó a cambiar al ver que el sacerdote no obtenía una respuesta de mi parte. Y fue entonces cuando recobré mi voz.
-Sí. Acepto. –Sonreí. Y entonces noté como una lágrima logró escapar de sus ojos, llegando a su mejilla. Llevé mi mano hacia su rostro y lo acaricié levemente. Susurrando un suave “te amo”. Limpié el rastro mojado y el sacerdote comenzó a hablar nuevamente.
-______ _______ ________, por el don que me otorga la iglesia y el Señor… la sabiduría que obtendrás en el camino de tu vida y la compañía que te dará fuerzas para seguir, que será este apuesto y responsable hombre, te haré una pregunta. ¿Aceptas como esposo a Niall James Horan Gallagher? ¿Para amarlo y cuidarlo en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe? –Su mirada volvió a fijarse en mis ojos. Mi corazón comenzaba a latir más fuerte. Tomé sus manos y ambas también temblaban. Las miré y luego volví a mirarla a ella. Le dediqué una simple y sencilla sonrisa dejándole saber que todo estaría bien. Y cuando menos lo esperé, escuché su contestación.
-Sí. Acepto. –La sangre comenzó a pasar por mi cuerpo más rápido de lo normal. Mi corazón latía rápido y muy fuerte. Más de lo normal. Solo ella hacía que se pusiera así. Sentí como mi vieja amiga, la fierecilla, volvía a despertar en mí haciéndome sentir satisfactorio y feliz.
-Entonces, puede besar a la novia. –Cerró su biblia y sonrió. Me dediqué a observar sus delicados y delineados labios, para luego ir acercándome a ella poco a poco. Comencé a sentir su respiración, su caliente y suave aliento, y seguido sentí lo rápido que palpitaba su corazón. Y entonces no esperé más. Junté nuestros labios como un perfecto rompe cabezas. Encajaban a la perfección. Como si estuvieran hechos el uno para el otro. Ya había besado a ______, pero nunca como lo hice ahora…
SIENDO MI ESPOSA