Narras Tú:
Luego de registrarme, me deshice de mi delicioso frapuccino y Harry me acompañó al salón de clases. Habían tres grupos. El que no sabía nada, que era donde yo me encontraba, los que sabían solo algunas oraciones y los que podían hablarlo, pero con algo de dificultad. Las clases eran algo divertidas. Algunos de mis compañeros, que no sabían nada, decían cosas sin sentido. Yo tampoco entendía, pero era divertido escucharlos, ya que sonaban demasiado graciosos. Todos eran muy amables, incluso el profesor. Harry me miraba y sonreía, se veía muy tierno ayudando a los compañeros; pero siempre está el orgulloso, egocéntrico, y la ingérida, popular. Estos se llamaban Isabela y Andrés. Andrés no me quita un ojo de encima, por lo que cuando Harry se da cuenta, lo fulmina con la mirada. Y por otro lado, Isabela no le quita un ojo de encima a Harry, que aunque somos amigos, muy buenos amigos, me dan algo de celos. Así que la fulminaba con la mirada también, pero ella era mucho más bonita que yo. Cabello rubio y ondulado, ojos color de los arboles, piel blanca y buen cuerpo. De seguro tiene todo el dinero del mundo y apuesto que cuando me vea sola, me hará la vida imposible; pero solo puedo compartir a este galán con Val. Solamente Val.
La clase pasaba rápido. Eran dos horas. El profesor se encargaba de hacer diferentes dinámicas para hacernos recordar como decir nuestros nombres en italiano. El que no lo pronunciara bien, debía escribir una oración diciendo su nombre, unas quince veces en el pizarrón. Luego decidió enseñarnos los colores. Era muy simpático y divertido. Así pasaron las dos horas hasta que acabó la clase.
-Y dime hermosa... ¿Qué aprendiste hoy? -Me pregunto Harry con una hermosa sonrisa.
-Il mio nome è ______. -Contesté con una sonrisa. -Eso significaba "Mi nombre es ______."
-Oh vaya. -Quedó sorprendido. - Il mio nome è Harry. -Sonrió.
-¿Qué dices si vamos a comer algo? -Invité.
-Claro. Si tu invitas. -Dijo divertido soltando una carcajada. Cuando nos comenzamos a dirigir a la puerta para irnos, Isabela se quedo mirando coquetamente a Harry, lo que me provocó algo de furia.
-Vámonos, amor. -Sonreí y entrelacé nuestros dedos hasta llegar a mi auto.
-¿Amor? -Preguntó confundido.
-Isabela no me cae muy bien. -Dije abriendo la puerta del piloto.
-Buen plan. -Sonrió y ambos nos adentramos en el auto.
Narra Niall:
Me puse unos jeans algo cómodos y una camiseta azul. Comencé a hacer mis maletas, ya que este sería mi último día aquí. Me distraje para buscar mi teléfono y marcarle a Kelly.
-¿Hola? -Contestó.
-Hola hermosa. ¿Cómo estás? -Sonreí.
-Mejor que ayer, gracias a ti. -Rió por lo bajo. - ¿Cómo amaneciste?
-Mucho mejor, gracias. Lamento haberte preocupado. -Continué haciendo mis maletas mientras hablaba con ella. -Oye, ayer no tuve tiempo de preguntarte sobre ______. ¿Encontraste algo?
-Pues no. No sé donde está exactamente, pero sus padres le heredaron una casa en Italia. Quizás pueda estar allí.
-¿Italia? ¿Por qué habrían de heredarle una casa en Italia? ¿Qué tiene Italia de entretenido? -Pregunté algo confundido, ya que ese era el último sitio donde buscaría.
-No lo sé, hermoso. Ella va a estar donde menos te lo esperes, así que yo iría para Italia. -Dijo convencida.
-Bueno, entonces hoy mismo partiré para allá. -Cerré mi maleta porque ya había terminado.